Daniel Scioli no encuentra referentes de peso en Escobar. Por eso, a menos de nueve meses de las elecciones primarias, cualquier bondi empieza a dejarlo medianamente bien. Es el caso del ex luchador Jorge “Acero” Cali (43), que acaba se subirse a la ola naranja para surfear desde allí sus aspiraciones de llegar a la Intendencia. Sin embargo, desde el mismo sector que lo alientan también le lanzaron un duro golpe al mentón que lo dejó mal parado y contra las cuerdas.
Una investigación realizada por la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA) descubrió una maniobra presuntamente fraudulenta del otrora campeón mundial de kick boxing: su Ferrari 458 Spider estaba radicada en un “paraíso fiscal” de Neuquén. Más precisamente en la zona de Vaca Muerta, donde los impuestos a los automotores son muy inferiores a los que se aplican en la provincia de Buenos Aires o Capital Federal.
Su lujosa máquina de la escudería del Cavallino Rampante cuesta medio millón de dólares y alcanza a desarrollar una velocidad de 320 km/h.
A la hora de dar explicaciones, “Acero” intentó minimizar la denuncia de los sabuesos sciolistas. Sostuvo que se trató de “una mala interpretación” y apeló al gastado “Ladran Sancho” para justificar el mal trago: “Venimos trabajando muy duro en Escobar y este tipo de sucesos que se generan en los medios son el termómetro de lo que está pasando”, expresó en declaraciones periodísticas.
Cultor del lujo -salió en la revista Caras mostrando la fastuosa casa del country Septiembre en la que vive y haciendo jactancia de su reloj Rolex Daytona de oro rojo, valuado en 20 mil euros-, Cali ya había tenido otros dolores de cabeza con sus coches de alta gama: en 2009 su 360 Modena fue atacado por el boxeador Jorge “La Hiena” Barrios a la salida de un programa de chimentos y otra Ferrari suya era vista con frecuencia en la puerta de un casino clandestino que se le atribuía, en Lavalle al 3400, clausurado en junio.
Con esta Ferrari también había sido noticia en febrero, cuando fue descubierto circulando por Palermo sin tener las chapas patente colocadas. “Me molestan la visual, tapan todo”, se justificó ante el policía que lo detuvo.