Ser artista en Escobar es lo mismo que ser artista en cualquier lado”, dice el actor, autor y director teatral Aníbal Matos (51), quien el viernes 17 de mayo estrenó Dinosaurios en el teatro Seminari.
“Acá no es que hay un solo teatro, hay una gran cantidad de espacios culturales que tienen sus salas. Lo que falta son políticas culturales. Me parece un descuido importante por parte de los gobernantes no entender que se puede hacer política desde o con la cultura. Es algo que ya debería revertirse. Hay países en el mundo donde los referentes culturales se sientan a la mesa del alcalde o del jefe de gobierno para ser consultados hasta de un aumento de impuestos, porque somos los que estamos con la gente”, apunta Matos a DIA 32.
Por haber criticado estas falencias y creer que ahora se ve algo así como una tenue luz al final del túnel fue que no pudo negarse a participar en la recientemente creada Comisión del Teatro Independiente. La propuesta llegó de manos del director del teatro municipal, Hernán Borsani, quien convocó a todos los grupos de teatro independiente del distrito y puso el Seminari a disposición para ofrecer diez obras en lo que resta del año con entradas cuyos valores no superan los $40.
El primero en abrir el ciclo fue Matos con la obra Dinosaurios, escrita por Santiago Serrano y protagonizada por los jóvenes actores Camila Spena y Marco Sosa, ambos pertenecientes al grupo Kurepa. “El elenco se conformó en 2012, cuando hicimos la obra Cuero de Chancho para un concurso de directores que gané en la provincia de Buenos Aires. Trataba sobre la Guerra del Paraguay y ahí aprendimos que los paraguayos nos llaman curepí o kurepas. Los soldados argentinos tenían botas de cuero de chancho y a quienes morían o tomaban prisioneros, los paraguayos les sacaban las botas, las mojaban con agua y chupaban ese cuero porque no tenían qué comer. Para ellos, nosotros éramos sólo un cuero de chancho”.
Matos es profesor de teatro en varias escuelas del distrito y lleva 36 años sumergido en el mundo de las tablas. Llegó a Matheu de muy joven por asuntos de trabajo, y ahí se quedó. Estudió en la Escuela Municipal de Arte Dramático, en Capital, e hizo talleres con varios reconocidos maestros, entre ellos Rubén Szuchmacher, con quien estudió dirección y puesta en escena.
Duda que a esta altura de su vida pueda convertirse en famoso, pero admite que a veces le gustaría. “Cuando veo famas efímeras, que pasan por otro lado, y no sólo en las vedetongas, también en tipos que son invitados a programas de tele… Escucho algunas cosas que me dan ganas de estar ahí para decir lo mío, y que no desperdicien esos segundos de televisión”.
El director teatral participa activamente en política, está afiliado al Partido Justicialista y dice estar convencido de que los actores deben estar comprometidos con alguna ideología. “Aplaudo a muchos, y no sólo a los de mi bando. A Luis Brandoni, por ejemplo, nunca le faltó trabajo por ser un militante radical de toda la vida. Hace poco hemos escuchado declaraciones de Sean Penn hablando de esto, de que es fundamental involucrarse. Se terminó la diva del teléfono blanco, la mayoría de los actores somos laburantes, y como tales tenemos derechos, obligaciones y conquistas sociales”.