Los mil y un intentos fallidos que se sucedieron a lo largo de dos años no significaron un desaliento sino, más bien, una acumulación de experiencia para que la editorial Maxbrod finalmente saliera a la luz, hace tres meses. Su creador es Cristián Trouvé (42), un docente y prolífico escritor de Loma Verde que no bajó los brazos hasta ver sus libros materializados y organizados en el estante de su biblioteca.
“La verdad… es un monumento al ego, porque en el catálogo solo están mis propios libros. Se dio una paradoja brechtiana: publicar mis seis libros de cuentos en una editorial más o menos respetable me salía mucho más caro que fundar la mía y editarme”, le cuenta el autor a DIA 32.
La serie #CNTS está dividida por temáticas: Crueles, Fantásticos, Jurídicos, Breves, Bucólicos y Futuristas. En sus páginas pueden leerse desde poemas con formas hasta la historia de un hombre que ama su automóvil y se pierde en las rutas argentinas, pasando por un encuentro con el Diablo y la leyenda de La pisada dada vuelta. Sus tapas están ilustradas con coloridas pinturas del italiano Giuseppe Archimboldo.
El amor de Trouvé por la escritura comenzó a tomar fuerza a los 15 años. Fue a partir de un concurso literario en la Escuela Técnica N°1, a la que asistía. El cuento que escribió mezclaba un sueño, una quebradura de clavícula y un chiste en una habitación de hospital. Desde entonces, con el tiempo, aprendió a tomarse la literatura con seriedad, a tal punto que leer es su pasión, lo que más le gusta en la vida. Para él, su lugar ideal es uno con muchos libros.
Escribir para olvidarse
Admirador de Franz Kafka, Oliverio Girondo y Cervantes Saavedra, Trouvé se inspira en historias que se le ocurren, pero sobre todo en anécdotas que le transmiten amigos y parientes. Toma relatos de la oralidad y las refunda. “Cuando sé cómo empieza, cuál es el conflicto y cómo termina, ahí escribo. No puedo hacerlo sin saber dónde voy, jamás”.
“Nunca escribí un cuento con algo que me haya pasado”, asegura. Cuenta que tiene dos novelas esperando ser publicadas y que escribe para olvidarse, porque si no se obsesiona con la historia pensándola una y otra vez hasta resolver la forma literaria que tomaría. “Pensar el texto me produce placer, escribirlo me angustia, pero me libera de seguir pensando en él”, explica.
A la hora de definirse, dice que no es metódico ni disciplinado, pero sí muy terco. No deja que se le escape ninguna historia que le interese, aunque a veces pasen años hasta que encuentran un lugarcito en sus cuentos.
El nombre de su editorial es un homenaje al amigo y albacea de Kafka, Max Brod, quien tras la muerte del escritor checo publicó gran parte de su obra, que le había prometido quemar, lo cual la hizo mundialmente conocida. “Fundar una editorial este año de ajuste no es el mejor negocio. Pero después de tantos años se me hizo urgente publicar. Así, apostando todo lo que tengo, el croupier gritó no va más y me lancé a la ruleta literaria”, grafica Trouvé.
La serie #CNTS se puede conseguir en la parada de diarios y revistas de Mitre casi Tapia de Cruz y en las librerías Buena Letra, Su Librería y Escobar Libros. De la repercusión que tenga este lanzamiento dependerá que Trouvé y Maxbrod sigan publicando.