Por JAVIER RUBINSTEIN
A excepción de los niveles primario y secundario, donde es más habitual ver hombres a cargo de un colegio, la dirección de los jardines de infantes ha estado reservada con absoluta exclusividad al género femenino. Pero Martín Carretero (44) es la excepción a la regla: desde diciembre del año pasado está al frente del jardincito 928 de Maquinista Savio y dice estar feliz con lo que hace, a pesar de las cargadas. Es que los tiempos cambian y todo pasa a ser unisex.
El impulso para involucrarse en el campo de la educación inicial se lo dio, casualmente, quien había sido su directora en el Jardín Nº907 de Belén de Escobar, María Rosa “Luli” Curino. Ella siempre le decía “tenés que cursar, le podés dar tu visión y forma de trabajar a un jardín, le ponés mucha energía”. Ese consejo quedó dando vueltas en la mente de Carretero, quien decidió anotarse para un concurso de directores. Pero después se arrepintió y no fue.
Al poco tiempo se volvió a inscribir y no lo dudó más, empezó a estudiar y le gustó. “Me puse a ver mi carrera como docente desde otro lado, como una forma de transformar lo que hacía. Ahora me entusiasmé y es una práctica habitual el hecho de releer, buscar e investigar cosas nuevas”, explica a DIA 32 el profesor de educación física, de tenis y preparador físico.
Una vez que pasó el coloquio, donde se resuelve una problemática junto a dos compañeros, llegó a la entrevista. Aprobó las dos instancias y quedó habilitado para tomar el cargo directivo en cualquier jardín de infantes del distrito. Ya en el listado oficial -donde los docentes se posicionan por puntaje- Carretero eligió el flamante jardín ubicado en El Ceibo 2993, en los fondos del barrio Amancay, donde tomó posesión el 16 de diciembre de 2013. Así, se convirtió en el primer director masculino de la rama inicial en el partido de Escobar.
Sobre las primeras repercusiones de su nombramiento, Carretero recuerda: “Muchos me cargaban, me decían si me podían llamar ‘señorita directora’ y esas cosas. Pero mis amigos y mi familia se alegraron mucho y para mí es un desafío importantísimo, le estoy muy agradecido a la vida por tenerlo y espero disfrutarlo”.
Además, cuenta sonriente que los nenes de la sala de 3 años lo llaman “doctor”, porque usa un delantal blanco y no el clásico a cuadrillé.
Formar equipos
El panorama que encontró al asumir no fue el mejor. “Pasamos muchas vicisitudes, no teníamos luz ni agua. Tampoco había mobiliarios ni materiales. Todo eso significó gestionar”, señala el directivo. En el jardín funcionan ocho sala -cuatro por turno- y concurren más de 200 chicos.
“Era un desafío importante en un cargo jerárquico que nunca había tenido. Sí tenía experiencia en formar equipos de trabajo en el deporte y esa es mi meta, funcionar en equipo y que cada uno cumpla con su función”, subraya Carretero, con cientos de batallas en el lomo como parte del cuerpo técnico de los planteles de básquet de Sportivo Escobar.
El equipo directivo del 928 se completa con la vicedirectora Sara Kerbs y la secretaria María Laura Garrone, en quienes Carretero se apoya para llevar adelante las cuestiones administrativas y pedagógicas del establecimiento. “Lo mío es más lo social, me siento capacitado para eso. No recibo a nadie en la puerta, hago pasar a todos a la dirección y ahí atiendo a quienes lo necesitan. Nuestra función es educar y hay que predicar con el ejemplo”, afirma, con absoluta convicción.
En el jardín puso un cartel con una frase que retrata a la perfección lo que busca en su ámbito laboral: “Hazlo con pasión o cambia de profesión”.