Por FLORENCIA ALVAREZ
falvarez@dia32.com.ar
El director pide que rebobinen las grabaciones una y otra vez. Acaba de ocurrir un accidente y necesita determinar si el auto embistió a la moto o si la moto chocó contra el auto. Revisa las imágenes y ordena que vuelvan al vivo para saber si los agentes de tránsito y la ambulancia ya llegaron para atender al motociclista, que quedó tirado sobre el asfalto, en el cruce de la ex ruta 9 y el boulevard Güemes. A simple vista, la moto cruzó mal y tendría la culpa.
Mientras, otras 62 cámaras siguen con su entrenado ojo espiando distintos puntos de la ciudad, los más concurridos, los más conflictivos, plazas, terminales, estaciones, calles comerciales y varios kilómetros de la Panamericana.
No se trata del control de un noticiero sino de lo que ocurre en el Centro de Monitoreo del partido de Escobar, ubicado sobre la Colectora Este, entre la avenida Eugenia Tapia de Cruz y la calle Estrada. Un espacio despojado, silencioso, con tecnología básica pero más eficiente de lo que suele decirse que es.
En la sala de monitoreo hay cuatro boxes ocupados por visualizadores que siguen de cerca 16 cámaras a la vez, manejándolas desde un teclado y viéndolas en dos pantallas. Mudos y concentrados observan las cámaras una a una, con una imagen principal y varios zócalos donde ven qué ocurre en cada lugar con total claridad y definición.
Desde allí registran y observan durante las 24 horas, en cuatro turnos rotativos, relevándose entre ellos cada 30 ó 40 minutos para descansar la vista después de haber estado inmersos en el ir y venir de personas y automóviles, detectando situaciones confusas o sospechosas y hasta participando de operativos cerrojos codo a codo con la policía.
Cada turno tiene su director, quien está en contacto con el 911 permanentemente a través de una radio y ve por GPS dónde está cada móvil de la Municipalidad para ir enviándolos adónde se los necesite. Según el evento, también debe llamar a la policía, a los agentes de tránsito o a las ambulancias.
¿Para qué sirven?
Por primera vez desde su puesta en marcha, el secretario de Seguridad del Municipio, Walter Gómez, abrió las puertas del Centro de Monitoreo a un medio periodístico para explicar y mostrar el funcionamiento del área.
Lo primero que queda claro luego de la demostración es que las cámaras funcionan; por lo tanto, el mito que corre por todo Escobar de que no andan y están puestas “de adorno” queda desterrado. “La gente dice cualquier cosa y eso se va repitiendo aunque no sea verdad”, sostiene el ex comisario, quien se retiró de la Bonaerense tras 26 años de servicio.
“Este sistema es muy bueno, porque permite documentar cosas que uno no ve. Se puede saber desde dónde está una persona a la que dan por desaparecida hasta quién tuvo la culpa en un accidente de tránsito. Por eso permanentemente recibimos notas de la fiscalía pidiéndonos si se ve tal o cual cosa”, señala Gómez.
En cuanto a si las cámaras previenen la inseguridad, el ex policía sostiene que “son disuasivas” y que tienen que estar complementadas con un buen y rápido trabajo de tierra. “Por ejemplo, roban un auto en Garín y empezamos a ver que vienen para el centro de Escobar, cada uno de los monitoreadores toma una cámara y lo empiezan a seguir, de esa manera se puede detectar al vehículo, al delincuente y el recorrido que va haciendo. Desde acá le vamos avisando a los móviles policiales por dónde van y es más fácil detenerlos”, explica. Y aclara que desde la instalación de las cámaras el delito que más menguó es, justamente, el robo de automóviles.
“También es muy difícil que roben en la zona comercial, porque los delincuentes saben dónde hay cámaras. Lo que pasa es que no podemos hablar de que hayan bajado los casos de inseguridad porque lo que se incrementó fue el delito y la cantidad de delincuentes”, afirma Gómez.
Según el secretario de Seguridad, las cámaras también contribuyen a identificar a los autores de un ilícito: “Una vez vimos cómo se llevaba a cabo un robo y pudimos saber quién era uno de los delincuentes porque una persona que estaba viendo la grabación se dio cuenta de que el hombre era un empleado de Coto”.
Quizás el día en que las cámaras hicieron su mayor aporte fue el viernes 21 de diciembre, cuando el fantasma de los saqueos sobrevoló Escobar y mantuvo en pánico a la población. “Yo estaba reunido con los comisarios en Savio, analizando la situación, y me llamaban para decirme que estaban saqueando el Jumbo o la feria de la estación, y por las cámaras podíamos ver que no era cierto”.
Modelos a seguir
El Centro de Monitoreo comenzó a funcionar en el segundo semestre de 2010, con 63 cámaras: 9 fijas y 53 “domo”, que giran a 360º, instaladas por la empresa Global View. Su puesta en funcionamiento fue posible a partir del programa nacional “Protección Ciudadana”, con un desembolso de $ 3.300.000.
Pero desde ese momento no se modernizó la tecnología ni hubo incorporación de nuevas cámaras, aunque en la apertura de las sesiones ordinarias de 2012 el intendente Sandro Guzmán había prometido que la Comuna adquiriría 60 más.
Si bien mirar a los costados no siempre es lo mejor, también sirve para tener parámetros. En Tigre, por ejemplo, que tiene una superficie continental menor a la de Escobar (148 km2 contra 226) pero más habitantes según el censo de 2010 (380. 709 frente a 213.619) pusieron en marcha un Centro de Operaciones que cuenta con 800 cámaras y que llegarían a ser 1.000 en julio de este año.
Desde el COT se controla el programa Alerta Tigre para que vecinos, comerciantes, escuelas, transporte escolar y público y mujeres víctimas de violencia de género estén monitoreados si se encuentran en situaciones de violencia o delito. Además, trabajan con una central de tránsito inteligente, con un sistema de emergencia con 22 ambulancias y un sistema único de despacho de bomberos y defensa civil.
Algo que parece ciencia ficción comparado con lo que sucede en Escobar, donde no existe más que la interconectividad básica. No cuenta siquiera con una página web para hacer denuncias ni para informar a los vecinos sobre cómo actuar o con quién comunicarse ante diferentes situaciones. Y si bien existe un 0800, no figura en la web oficial del Municipio porque no está funcionando.
Gómez afirma que no es un tema en el cual no hayan pensado, pero todavía no se han hecho cambios porque se está planificando la instalación de un sistema de fibra óptica: “Es infinita la información que puede pasar por algo del tamaño de un pelo. Se pueden instalar botones de pánico y comunicar escuelas, empresas, transporte, de todo, la interconectividad que permite es increíble. Se pueden conectar desde los semáforos hasta los posnets y hacer muchas cosas que no solo tienen que ver con la seguridad. Pero eso es un plan integral que hay que estudiarlo muy bien para no dar pasos en falso. Queremos poner el primer ladrillo e ir para adelante seguros de que eso es lo correcto”, finaliza.
Privacidad versus seguridad
El hecho de que todos nuestros movimientos sean observados por las cámaras de monitoreo, como presagiaba el libro 1982, es algo por lo menos inquietante, aunque se trate de la vía pública y no se esté en nada inconveniente. Sin embargo, el común de la gente parece aceptarlo a cambio de la seguridad.
Tiempo atrás, el portal de noticias EL DIA de Escobar hizo una encuesta con sus lectores sobre las cámaras de seguridad y el 50% las consideró “una herramienta útil, pero mal aprovechada”, mientras que el 30% opinó que “son eficaces para combatir la inseguridad”.
Apenas un 10% señaló que “está mal que se filme a la gente en las calles”. Además, el 6% afirmó que “hay métodos más eficaces contra la inseguridad” y el restante 4% consideró que las cámaras no son útiles para ese fin. Del sondeo participaron 506 personas.
Centro de monitoreo en Maschwitz
En un predio del barrio Lambaré que se había reservado para un destacamento de la Gendarmería, la Municipalidad de Escobar instalará finalmente una base de operaciones de la Patrulla de Prevención Urbana y un Centro de Monitoreo con las cámaras de Ingeniero Maschwitz, según anunció el intendente Sandro Guzmán.
