La primera cancha de arena que tuvo el distrito estaba en el polideportivo de Maschwitz y surgió por la incorporación del fútbol playa como nueva disciplina de los Juegos Bonaerenses. La novedad prendió entre los jóvenes y se empezaron a armar torneos. Desde el Municipio tomaron nota de este auge y pusieron manos a la obra: así, en octubre pasado se inauguró una cancha con medidas reglamentarias en el polideportivo de Escobar.
“En Buenos Aires hay solo tres canchas en condiciones. La del predio de AFA, otra en Parque Sarmiento y esta de Escobar, que es la mejor. Por eso la Liga Bonaerense se empezó a jugar acá”, explica a DIA 32 el profesor Diego Monti, coordinador de la actividad en el polideportivo.
El terreno de juego tiene 40 metros de largo por 20 de ancho, las áreas ocupan de lateral a lateral, tienen 9 metros de largo y se marcan con conos; los arcos miden 5,20 por 2,50 metros y un partido dura tres tiempos de 12 minutos. Cada equipo entra con cinco jugadores (cuatro y el arquero) y los cambios son ilimitados.
“En este fútbol la arena cansa mucho, cuatro minutos a full en alto nivel es muy difícil de aguantar, por eso los planteles son de 12 jugadores, con mucha rotación”, sostiene el DT, remarcando el desgaste físico y el trabajo de piernas que tienen los futbolistas de beach soccer. El sistema táctico más usado es el 2-1-1 y por partido hay un promedio de seis o siete goles. Si hay igualdad, se va a penales.
Otras variables reglamentarias son los laterales, que se pueden sacar con la mano o el pie, y que los arqueros pueden llegar en un saque de arco hasta el área rival, pero haciéndolo con la mano. Una curiosidad es que los tiros libres los tiene que ejecutar el jugador al que le hicieron la falta y siempre son directos, no puede haber barrera de por medio.
“Acá se privilegia el juego bonito, si uno está haciendo jueguito e intenta hacer una chilena y el defensor trata de meter la cabeza para despejar, es falta. Sí puede dar un paso atrás y saltar, pero no impedir que la haga”, cuenta Monti, acerca de uno de los aspectos más llamativos del reglamento.
Paso a paso
Durante los meses de calor se jugó la Copa de Verano -entre 10 equipos-, que terminó el sábado 17 de marzo. El campeón fue el Club Ituzaingó -también lo había sido en el Clausura 2017-, escoltado por el elenco de Escobar, que cuenta con dos equipos: mayores y Sub 20. En el circuito local también hay otras formaciones: el country Aranzazu, Loma Verde, La Pasión (Garín) y la Fundación Papa Francisco, de jóvenes en recuperación de adicciones.
Monti apunta que “el 80% de la Selección Argentina se forma con jugadores de la Liga de Buenos Aires, el resto sale de Rosario o Bahía Blanca, las otras dos ligas que hay a nivel nacional. De Aranzazu hay varios muchachos en la Selección, andan muy bien. Nosotros jugamos recién dos campeonatos porque empezamos hace poco”.
Uno de los objetivos a mediano plazo es jugar la liguilla clasificatoria a la Copa Libertadores. “Para eso los clubes deben estar afiliados a la AFA, por eso el año pasado jugamos con el nombre de Ferro, y también pusieron el nombre Independiente, Huracán, Racing, pero eran jugadores de otros equipos. En octubre se volverá a jugar y ojalá podamos entrar”, se entusiasma Monti.
Al hablar de las cualidades de los jugadores locales, el entrenador se muestra optimista, aunque prudente: “En el primer torneo fuimos anteúltimos y ahora segundos. Aprendemos cada vez más y levantamos un montón, pero nos falta un poco para llegar al nivel de los mejores”.
El 24 de marzo arrancó el Apertura 2018, con 16 equipos en busca de la consagración, y en abril se lanzará la Liga Femenina, porque las chicas también quieren llenarse de arena y gritar goles, como en la playa.