Buscadores de soluciones pacíficas, guardianes del Arroyo Garín y socialmente inclusivos, un grupo de vecinos de Ingeniero Maschwitz le pone el cuerpo a cuestiones que tocan de cerca a toda la comunidad.

El 3 de marzo de 2012 los vecinos se alertaron al observar que el agua del Arroyo Garín se había puesto blanca. Poco después se determinaría que el líquido provenía de unas piletas de contención de la ex fábrica Estiquím, que se habían desbordado contaminando todo a su paso.

Aquel crítico episodio despertó la conciencia de un grupo de lugareños comprometidos con el cuidado de la naturaleza, que los disparó a actuar, ponerse las botas y salir al barro para enmendar los errores de otros.

El 3 de marzo de 2012 los vecinos se alertaron al observar que el agua del Arroyo Garín se había puesto blanca. Poco después se determinaría que el líquido provenía de unas piletas de contención de la ex fábrica Estiquím, que se habían desbordado contaminando todo a su paso.

Aquel crítico episodio despertó la conciencia de un grupo de lugareños comprometidos con el cuidado de la naturaleza, que los disparó a actuar, ponerse las botas y salir al barro para enmendar los errores de otros.

La Asociación Ambientalista Los Talares fue fundada en 2001 por Jorge Wolff, abogado y vecino de Garín. El 3 de junio de aquel año turbulento, el grupo celebró sus comienzos con un acta constitutiva donde se proponían, entre otros objetivos, partir de la investigación y la educación ambiental, divulgar estos contenidos para que las personas participen en el cuidado de su entorno y realizar actividades (cursos, talleres, proyectos) para promover el desarrollo sustentable en la comunidad.

Desde el fallecimiento de su fundador, en 2003, Korine Schultz (64) tomó la posta de Los Talares. A partir de ese entonces, la asociación se concentra en tres ejes centrales para el cuidado del medio ambiente: arbolado urbano, agua y residuos.

Las problemáticas involucran varios frentes. Por eso, a la hora de buscar soluciones resulta importante entender que, si bien lo inmediato debe ser atendido, en cuestiones ambientales las soluciones más eficaces son las que contemplan el largo plazo.

Por otro lado, la asociación se distancia de un espíritu combativo y prioriza el encuentro con los distintos sectores de la sociedad para lograr acuerdos. “Nuestra forma de ser como grupo es horizontal e inclusiva. Nos focalizamos en lo que nos une y buscamos soluciones que incluyan a todos los vecinos. Aún sabiendo que de algunas cuestiones debería hacerse cargo la Municipalidad, nosotros buscamos alivianar estos conflictos”, explica a DIA 32 la vecina de Maschwitz, de nacionalidad estadounidense.

Hay vida que cuidar

Trabajar en el cuidado del agua implica el respeto hacia los arroyos por parte de la gente. El punto de partida es comprender que la buena convivencia con el entorno es imprescindible para una vida saludable. Por eso, la organización dedica actualmente sus esfuerzos a la limpieza y el seguimiento de la calidad del agua en el Arroyo Garín.

Los arroyos Miriñay, Bedoya y otro que no posee nombre desembocan en el Garín para constituir su nacimiento en el partido de Malvinas Argentinas, según un mapa provisto por la Dirección de Saneamiento y Obras Hidráulicas bonaerense.

El agua realiza un trayecto que pasa por Pilar, Del Viso, sigue en Garín, luego Maschwitz y desemboca en zona de humedales del Río Luján, lo que hoy es el sitio sagrado de Punta Querandí, en Dique Luján.

La asociación concentra su atención en el recorrido que hay entre los puentes de las calles Santiago del Estero y Santa Fe -unos 700 metros-, en Maschwitz. Se ubican allí porque la mayoría de los integrantes de la comisión son vecinos del lugar y precisan también establecer un área puntual donde abarcar un plan de acción.

Al estar este arroyo en una zona de planicie, no hay grandes cambios en la profundidad. El agua naturalmente genera meandros porque corre despacio y va marcando un camino sinuoso.

De flora autóctona pueden verse ejemplares de lantana, pasto estrella, chilca, tala, duraznillo, vinagrillo, Santa Lucía y pata de elefante. Algunos vecinos comentan que siguen viendo lagartos, tortugas y nutrias, al igual que distintas especies de garzas, rapaces, boyeritos, calandrias, zorzales y algunas otras.

También muchos peces nadan en el arroyo Garín. Los más comunes: sábalos y anguilas. Su paisaje se complementa con una gran cantidad de plantas acuáticas. “Con la contaminación y todo, hay mucha vida”, analiza Korine. Y enfatiza que “mantener la limpieza del agua es fundamental para conservar la biodiversidad”.

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Trabajo comunitario

A raíz del episodio de contaminación de 2012 se constituyó desde las redes sociales el grupo “Amigos del Arroyo Garín”. El primer objetivo fue realizar una limpieza profunda y, después, mantener la iniciativa en el tiempo para preservar el agua en buen estado.

Se reunieron distintas agrupaciones, algunos vecinos y también colaboró la Delegación Municipal de Maschwitz. “Aquella primera jornada fue realmente emotiva y convocó a muchas personas. Solemos combinar estas actividades con música, mate y pintura”, recuerda Korine.

En el proceso para llevar a cabo el proyecto ambiental, la asociación conoció a la Cooperativa 8 de Octubre, que brinda un servicio para limpiar arroyos. Su actividad depende de la renovación de contratos por parte del gobierno provincial, que puede contratarlos para atender estas necesidades.

La cooperativa realizó algunas jornadas en el arroyo con el fin de que la Provincia tome luego la iniciativa. Sin embargo, como esto no pareciera estar en la agenda de las autoridades, la asociación los contrató directamente y financió la tarea con dinero aportado por sus miembros. En otras oportunidades también lo hicieron a través de donaciones.

Korine señala que “el trabajo es duro y extenuante, sobre todo cuando se trata de la basura que se acumula en los costados y no llega a los puentes, donde el acceso es más sencillo”.

“El paseo de los puentes”

Con el propósito de que la comunidad se acerque al espacio y se puedan promover mensajes educativos sobre el cuidado del agua y la vida que alberga, surgió la iniciativa “El paseo de los puentes”. El recorrido se sitúa entre el cruce del arroyo con las calles Santiago del Estero y Santa Fe. Si uno camina por Moreno o Entre Ríos podrá ver carteles de colores que señalizan el circuito.

El programa contempla organizar periódicamente jornadas de limpieza y acompañarlas con otras actividades a orillas del arroyo, como música, pintura, ejercicio, biodanza y meditación, que insten a la participación y comuniquen la convivencia con el entorno natural.

Para seguir fomentando este calendario de eventos culturales y deportivos, en una oportunidad la asociación se acopló a Punta Querandí, con quienes comparten intereses, y organizaron una salida de kayaks donde se pudo concretar este concepto de vincularse con el arroyo y disfrutar momentos de recreación en sus orillas.

También se hizo un evento para despedir el año, que además del trabajo habitual y la pintura de un puente incluyó una pequeña feria de productos orgánicos, zapadas y una clase de yoga.

Todas estas propuestas apuntan a establecer pautas de convivencia específicas para estimular un acercamiento amigable, de amor, respeto y cuidado entre la vecindad y su curso de agua más próximo.

“El arroyo no está muerto, solo hay falta de accesibilidad, lo que provoca una sensación de pérdida. El primer paso es la concientización, que el pueblo vuelva a integrarse con este recurso valioso. Juntos, podemos hacerlo”, concluye Korine, embanderada de esta loable misión.

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