A contrapartida de lo que podría esperarse a esta altura del año, cuando las enfermedades virales desarrollan su mayor intensidad, la situación epidemiológica con respecto al coronavirus se encuentra lejos de su punto más crítico. Y no sólo eso: los indicadores marcan un escenario de alivio como hace mucho no se daba desde el inicio de la pandemia. El sostenido avance de la campaña de vacunación es la clave.
A lo largo de agosto se registraron apenas 13 casos fatales en el partido de Escobar, según la información que publica en su sitio web el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Es la menor cifra en los últimos trece meses, incluso muy por debajo de los niveles del verano, cuando la primera ola de contagios estaba en pleno descenso.
Los efectos de la vacunación en la merma de casos graves empezaron a notarse de manera contundente a partir de julio, cuando se registraron 63 fallecimientos, la mitad que en los dos meses anteriores. Al 31 de agosto sumaban 905 las muertes causadas por la pandemia.
Otro impacto fuerte de la vacunación es el que se está dando en la disminución de los contagios, que está entre los niveles más bajos desde la aparición del Covid-19. A lo largo de agosto se detectaron 1.075 nuevos infectados, lo que da un promedio de 34 por día. Fue el mes de 2021 con menos casos positivos. El pico de la segunda ola ocurrió en abril, con 5.884 contagios (196 por día).
Si bien mantuvo un ritmo considerable, en agosto la campaña de vacunación interrumpió por primera el ascenso que venía experimentando mes a mes. Fue una desaceleración leve, que se explica en el amplio universo poblacional alcanzado durante los primeros siete meses de 2021. En agosto se suministraron 57.919 dosis (1.868 por día), un 21% menos que en julio (74.023), que hasta ahora es el mes récord.
Así las cosas, más del 60% de la población escobarense ya recibió la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Puntualmente 156.240 personas, según las estadísticas oficiales al último día de agosto. En tanto, 71.441 (28% de la población estimada), en su mayoría adultos de más de 50 años, lograron completar el esquema de vacunación.
Por todo esto siguieron flexibilizándose las restricciones en toda la provincia: la nocturnidad se extendió hasta las 3 de la madrugada y ya es plena la presencialidad escolar.
Como contrapunto de estas buenas noticias está la amenaza latente de la variante Delta, cuya temida circulación comunitaria se pudo demorar incluso más de lo que se pensaba. Se descuenta que cuando eso pase iniciará una tercera ola de contagios, pero está claro que la situación tanto local como provincial y nacional dista mucho de los escenarios más críticos que se vivieron a lo largo de la pandemia.
Quizás, ahora sí, lo peor haya quedado atrás.