Por FLORENCIA ALVAREZ
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No fue la primera vez que el compositor de Lo atamo con alambre, Cuánta mina que tengo y la Marcha de River Plate visitó la capital nacional de la flor. A Ignacio Copani (53) se lo vio bastante por estas latitudes en el último tiempo. Dio un recital en Maquinista Savio en 2008, tocó en el Centro Deportivo “Néstor Kirchner”, en Ingeniero Maschwitz, el año pasado, y en abril se presentó en la Feria de Emprendedores que se realiza en la plaza de la estación de Belén de Escobar.
“No tengo una relación especial con Escobar. Vengo como cantante, de la misma forma que voy a todos los lugares de donde me llaman. En este caso, lo único especial es mi vinculación con compañeros que veo habitualmente como Ariel Sujarchuk, pero no hay nada secreto ni millones de dólares de honorarios de por medio”, aclara el cantante, que en la tarde del jueves 6 de junio se acercó hasta el centro cultural Macacha Güemes para participar de un encuentro con músicos locales.
Una charla sinuosa, que fue de la música a la política, y de su admiración por el kirchnerismo a la música nuevamente, dos de las pasiones de Copani, quien también es un férreo hincha del Millonario.
Terminado el evento, el popular artista se hizo un tiempo para una entrevista a solas con DIA 32.
Hablaste de “la importancia de expresar nuestras ideologías y de transmitir nuestra cultura popular”. ¿De qué manera se involucra un músico con sus ideales?
No digo que Julio Boca salga a bailar con una bandera de La Cámpora, digo que nos comprometamos en ser menos individualistas y en saber que si fracasa este proyecto popular vamos a tener muchas menos chances de hacer este trabajo. Creo que debemos plantear estrategias en común, un camino para andar hacia adelante. Es un tiempo absolutamente nuevo y hay que construir esos caminos. Un artista antes podía soñar que venía un mecenas, lo tocaba con una varita mágica e iba a triunfar, y ya se sabe que no es así, hay que participar.
¿Siempre estuviste metido en la política?
Sí, desde el primer año de la secundaria. Como decía el Mono Gatica: “Nunca me metí en política, siempre fui peronista”. Para mí es parte de mi identidad. En el mismo disco donde estaba Lo atamo con alambre, había canciones con otro peso que concertaban lo que yo quería alimentar.
Del kirchnerismo en especial, ¿qué es lo que te gusta, puntualmente?
Me gusta todo, entiendo hasta las cosas que hizo mal, porque las entiendo como escalones que había que sortear estudiando el contexto de esas cosas.
¿Cuáles son esas cosas que crees que el gobierno hizo mal pero que justificás?
Nombrar a Cobos fue la primera, o a algunos neoliberales que estuvieron en el poder. Permitir en su momento la fusión de Cablevisión con Multicanal, que le sumó más poder a un grupo que a las claras es enemigo de la comunidad y de la sociedad. Pero son cosas que entiendo dentro del contexto de un presidente que asumió con más desocupados que votos, tenía que hacer una construcción, y para eso tomaron las herramientas que tenían. Hoy, por suerte, nos ofrece otro tipo de instrumentos. Pero por mí podés titular tranquilamente: “A mí del gobierno me gusta hasta lo que hizo mal”.
¿Preferías a Néstor o te quedás con Cristina?
Cristina no hace nada mal. Yo los apoyo desde antes de ser presidentes. Si fuera un tipo que no sabe nada de lo que hicieron en estos diez años, conociera algo de la historia de la humanidad, y hoy aterrizara en Argentina, preguntaría: “Che, ¿de qué lado están las madres y abuelas de Plaza de Mayo?” Así me pongo ahí. Sería muy fácil darse cuenta de qué lado hay que estar parado. Eso no me hace tener ninguna duda. Además, cuando empezó la gestión, la presidenta mostró enseguida un interés por los derechos humanos, por la educación. Como decía Perón: “La única verdad, es la realidad”. Y si hay mejor educación, es por el tema de los 6 puntos del PBI destinados a ella, no por viento de cola. En 2003 ese porcentaje era destinado al pago del servicio de la deuda, ni siquiera para desendeudarse. Así que por eso, en todos los planos, creo que ha sido una década ganada y lo apoyo fuertísimamente.
Si en los próximos años te dan a elegir: cae el kirchnerismo o River se vuelve a ir a la B, ¿con qué opción te quedás?
No puedo especular con esas cosas. No tiene por qué caer el kirchnerismo, en todo caso podría gobernar una fuerza que sea propositiva y que convenza al pueblo de que la voten en su mayoría democráticamente. Si cae por un desorden institucional, ya sea con la guitarra o con cualquier otra herramienta, yo voy a defender hasta con la vida esto que nos costó tantas lágrimas, tantos años, tantos compañeros, tanto esfuerzo.
Con respecto a River, no conozco a ningún hincha que dejara de serlo porque se haya ido a la B. Yo soy de River de verdad. Cuando se fue a la B, le escribí canciones porque era un hecho conmocionante para mí y sentí la necesidad de transmitirle a los más pibes que no era el fin de la historia, que era una alternativa dolorosa y nada más.
Se te deben cerrar muchas puertas como artista por estar tan aferrado a una idea política…
Sí, absolutamente. Hay zonas como la pampa gringa o la zona sojera donde por años no pude ir a tocar. Si iba, me esperaban con pasacalles insultándome. Tuve varios escraches, pero no es mi tarea hacerme la víctima. Ahora por suerte todo se está recomponiendo. Pero lo peor es que se te cierran las puertas de la difusión de tu obra como artista. Más vale que no me van a pasar las canciones en Canal 13, pero que hagan lo que quieran, yo puedo vivir sin ellos. Ellos no pueden vivir sin odio, no pueden generar obras artísticas de alto vuelo, solamente cuando ponen la guita para hacer una ficción cara, no tienen testimonio, no tienen hueso.
¿Cómo definirías tu música?
Soy un trovador. Un tipo con la guitarra como hacían hace 500 años, cantando en las buenas y en las malas, los bautizos, los entierros, por las tabernas…
Sos dueño de algunos hits como Lo atamo con alambre y Cuanta mina que tengo, entre otros, ¿descubriste la fórmula de cómo se logran?
Si lo supiera haría uno al menos cada año y sería multimillonario. Tengo varios hits, entre ellos también La marcha de River, pero cuando los estoy componiendo no me doy cuenta porque lo hago a pedido de mis inquietudes. No elaboro un hit, muchas veces grabo y digo “este tema la rompe”, y no, el que la rompe es otro. Hay algo que no sé qué es que provoca que choquen los planetas, alguna grieta que se abre y cierto tema empieza a difundirse hasta convertirse en un éxito.