La gimnasia artística no fue el primer deporte que practicó, pero sí el que más lo atrapó y marcó para siempre. Como tantos chicos, Cristopher González (23) tuvo pasos previos por otras actividades, como el hockey, el softbol y el handball. Hasta que a los 11 años acompañó a su madre a buscar a su hermana a una clase de gimnasia en el polideportivo y quedó fascinado. Literalmente, fue un amor a primera vista.
“Le pedí a mi mamá que por favor me anote y no paré más. Al otro año me federé y fui con mis compañeros a competir a los Torneos Bonaerenses en Mar del Plata, donde sacamos medalla de oro por equipos. Era la primera vez que competía en algo y que viajaba sin mi familia. Fue una muy linda experiencia”, le cuenta el gimnasta a DIA 32 sobre sus inicios en esta disciplina.
Continuó varios años entrenando y compitiendo en buen nivel en diferentes torneos, siempre dirigido por el profesor Pablo Martínez. Incluso fue parte del equipo de Escobar campeón juvenil en el Nacional 2014 de Santa Fe, junto a Bruno Festino y Franco Cardozo. En ese evento quedó sexto a nivel individual en el all around (donde se interviene en los seis aparatos de gimnasia).
Después del secundario dejó de entrenar y estuvo un tiempo alejado de la actividad. “Pasamos un momento complicado a nivel familiar. Empecé a estudiar el profesorado de Educación Física, dejé y se me ocurrió volver a entrenar. Hablé con Pablo, fui escalando de vuelta y decidí tener otra oportunidad en el deporte de alto rendimiento”, recalca, feliz por la decisión tomada.
Así, en 2019 comenzó a entrenar bajo la supervisión de Federico Molinari, finalista olímpico en Londres 2012 y multicampeón panamericano y sudamericano en anillas. “Se me dio la chance de hablar con Fede, a quien conocía de hacía mucho tiempo, y empecé con él. Logré mejorar más mis ejercicios y se me abrió la posibilidad de competir en selectivos”, apunta.
En la misma academia, con sede en Don Torcuato, consiguió trabajo como instructor de los más chiquitos que van a la tarde. Por las mañanas entrena solo, perfeccionando estilos y tratando siempre de ir superándose, incluso en paralelas y salto, sus especialidades dentro de la gimnasia y donde suele sumar mayor puntaje en sus presentaciones.
“Hoy mis prioridades son los entrenamientos, después el trabajo y, por último, el estudio. También tengo la idea de terminar los dos o tres años que me quedan del profesorado”, cuenta. Mientras tanto, cursa el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires para empezar a estudiar kinesiología.
Gimnasta de selección
El año 2021 fue clave en su carrera. En marzo empezó a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento (CeNARD), donde los entrenadores de la Selección comenzaron a observarlo y a tenerlo en cuenta para los selectivos que se venían. Estuvo en la lista de preseleccionados para esas pruebas, buscando formar parte del staff nacional.
“Éramos unos 20 gimnastas y buscaban 12, que se elegirían en un Nacional que se hizo en Concordia. Fue el último torneo del año pasado. No pensé que iba a quedar, pero me fue bien, fue de los mejores torneos que tuve”, repasa, acerca de su actuación en Entre Ríos.
En ese Nacional, que también fue selectivo, compitió en los seis aparatos. Hizo bien todos los ejercicios y con el puntaje que obtuvo logró clasificar al Sudamericano que se llevó a cabo del 14 al 16 de diciembre en San Juan. Allí fue parte de la Selección Argentina B. Las seis notas más altas del equipo integraron el plantel A, con gimnastas de mayor experiencia.
“Mi entrenador me avisó que había entrado al Sudamericano y yo no lo podía creer. Cuando llegué a casa, se me caían las lágrimas, le conté a mi mamá y saltábamos de felicidad. Fuimos 12 gimnastas y antes estuvimos una semana concentrados para mejorar los ejercicios y preparar bien las series”, narra, detalladamente.
González participó en el all around y donde mejor rindió fue en salto, ya que pudo implementar en su rutina un ejercicio nuevo que le salió muy bien.
“Competí a la mañana, con tres colombianos y un uruguayo. Estaba muy nervioso, pero muy seguro de lo que iba a hacer. Tener la camiseta de la Selección es algo que nunca pensé que lograría, inimaginable. Los del equipo B no podíamos pasar a las finales, solo era participar y foguearnos internacionalmente. Fue un torneo muy lindo, con una energía tremenda. Cuando hice barra sentí los aplausos de la gente y fue muy emocionante”, confiesa, feliz de la vida.
Lo que viene en 2022
Los planes para este año son bien diversos. La gimnasia artística tendrá tres competencias puntuales: Juegos Odesur, Panamericanos y Sudamericanos. Entre abril y mayo comenzarán los selectivos para esos eventos, que tendrán sede en Brasil, Chile y Argentina, muy probablemente.
El gimnasta escobarense empezó a practicar ejercicios de mayor complejidad para tener la posibilidad de llegar a un mejor ranking de cara a esas competencias: “En este momento cumplo con todos los requisitos para entrar a elite. El año pasado no llegaba, así que ahora aspiro a mejores puntajes. Ojalá pueda a entrar a alguno de esos torneos”, desea, soñando en voz alta.
“Quiero ver hasta dónde puedo llegar. No creo que haga muchos años más porque ya estoy grande. Es un deporte que te desgasta mucho, te da dolores y te obliga a estar mucho tiempo en el gimnasio, pero me apasiona. Dejo muchas cosas de lado para llegar a un Panamericano y sacar una medalla. Sería un sueño y este es el momento, estoy seguro”, afirma, optimista y enfocado en los desafíos deportivos que tiene por delante.
PABLO MARTÍNEZ
Reconocimiento a su formador
Mucho tuvo que ver Pablo Martínez, su entrenador en el polideportivo, en este presente de Cristopher González. Por eso, él no deja de agradecerle y mencionar lo valioso que fue tenerlo como coach y amigo. “Yo lo veo como un padre. Me ayudó tanto en el deporte como en la vida, con muchos consejos. Fue un precursor en la gimnasia en Escobar, se encariñó mucho con el deporte y tiene a Mauro, su hijo, un groso que admiro un montón. Tengo un cariño muy especial por ellos”, contó en la entrevista con DIA 32.