Lejos de las promesas de una renovación histórica anunciadas para algunas líneas, los trenes diésel que atraviesan el distrito han quedado en el más absoluto olvido. A nadie parece importarle lo que suceda con este efectivo, rápido y económico medio de transporte, al que miles de personas apelan diariamente para ir a trabajar. El caso más demostrativo es lo que sucede con el ramal del Mitre que va de Victoria a Capilla del Señor, pasando por Garín, Maquinista Savio y Matheu: desde hace un año cuenta con menos unidades, porque a medida que se van rompiendo quedan arrumbadas al no haber dinero ni repuestos para arreglarlas.
“El servicio está funcionando en un 33% y reducido, porque a veces la única formación que realiza este ramal tiene inconvenientes y no circula, como está pasando hoy”, explica Arturo Miranda, quien desde hace tres años trabaja en la boletería de la estación Garín.
El problema es que de las tres formaciones que circulaban regularmente hasta el año pasado hoy opera solo una. Por lo tanto, hay días en que ni siquiera pasa un solo tren.
Si bien los usuarios ya se habían acostumbrado a viajar en condiciones inhumanas, en coches en paupérrimo estado y sobre formaciones que cada tanto suelen descarrilar de las vías, ahora, con un servicio en ocasiones inexistente, el panorama es mucho más oscuro.
“La gente se nos queja cuando llega a la estación y se entera de que no hay tren. Entendemos el reclamo y a nosotros también nos perjudica, porque como empleados ferroviarios nos sentimos menoscabados en nuestro trabajo. En mi caso siento que vengo a robar, porque yo quiero trabajar”, afirma Miranda.
Ante este lamentable escenario, todavía no hay certezas acerca de cuándo empezará a normalizarse el funcionamiento del ramal que atraviesa estas tres localidades escobarenses. “Dicen que están arreglando, pero nosotros realmente no vemos nada”, expresa Miranda, argumentando que los talleres y las vías están en las mismas y pésimas condiciones de siempre.
Peligro, barreras
Como si todo esto fuera poco, hace varias semanas que las barreras de los dos pasos a nivel existentes en Garín no funcionan -algunas están sostenidas por pedazos de madera- y generan un verdadero caos vehicular. Para peor, personal municipal que quitaba un terraplén de la calle Rivadavia que era utilizado por delincuentes como escondite levantó involuntariamente los cables que alimentan el circuito eléctrico de las barreras y entonces quedaron trabadas en baja.
Este tipo de situaciones no sólo ocurre en Garín. Por el contrario, hace cinco años es una postal cotidiana en el paso a nivel de la avenida Tapia de Cruz, en Belén de Escobar, donde la circulación de trenes es bastante más fluida que en el otro ramal.
Así, las barreras se convierten en una verdadera trampa mortal y a esta altura es casi un milagro que no se haya producido ningún hecho trágico sobre esos cruces.
¿Quién maneja el Mitre?
A partir de la tragedia de febrero de 2012 en la estación de Once del ferrocarril Sarmiento, la empresa que operaba ambas líneas, Trenes de Buenos Aires (TBA) fue despojada de la concesión mediante el decreto 793/2012 del 24 de mayo. Desde entonces, el ramal está siendo manejado por la Unidad de Gestión Operativa Mitre-Sarmiento (UGOMS), creada de urgencia y para tal fin por el Ministerio del Interior y Transporte de la Nación. Pero el servicio sigue siendo muy precario y las inversiones en el ramal diesel que circula por las localidades del partido de Escobar siguen haciéndose esperar.