Hace 35 años venimos postergando un debate muy sensible, que como sociedad nos debemos: el aborto”. Con estas palabras, expresadas el jueves 1º de marzo en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente Mauricio Macri daba el puntapié inicial a una polémica que enseguida se instaló en la agenda pública e, incluso, invadió las mesas familiares. En este marco, dos posturas antagónicas y un final más que abierto.
Poco le importó al colectivo feminista que desde la oposición hicieran referencia al tema como una “cortina de humo” levantada por el propio gobierno nacional para tapar los males que aquejan al país. Para ellas, más bien, representó la posibilidad de recoger el guante y salir a visibilizar el reclamo con el emblemático pañuelo verde y una sola consigna: “Aborto legal para no morir”.
Tanto golpearon en la puerta de Rivadavia 1864, con marchas antes y después del discurso presidencial, que ya lograron su cometido inicial: el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) ingresó al Parlamento y fue debatido por primera vez en un plenario de comisiones.
La iniciativa -en rigor, la más completa de las ocho presentadas- fue elaborada en 2006 por la Campaña por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito. Había perdido estado parlamentario tras su último paso en 2016, pero ahora llegó a la Cámara Baja por séptima vez y cuenta con la firma de 71 legisladores de distintos bloques políticos, incluyendo el de Cambiemos.
El proyecto consta de 12 artículos y, básicamente, establece que “toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas” de gestación “en ejercicio del derecho humano a la salud”.
Además, deroga los artículos 85 inciso 2, 86 y 88 del Código Penal, que castiga con uno a cuatro años de prisión a las mujeres “que se causaren su propio aborto, o consintieran para que otro se lo realice, y a los profesionales de la salud que lo practicaren”. También refrenda las dos causales de aborto legal existentes en la actualidad: “Si el embarazo fuera producto de una violación” y “si estuviera en riesgo la vida o la salud de la mujer”. Y agrega una tercera excepción: “Si existieren malformaciones fetales graves”.
“Consideramos la necesidad de legalizar y despenalizar el aborto como una cuestión de salud pública, de justicia social y de derechos humanos de las mujeres. El derecho a decidir sobre el propio cuerpo es un derecho personalísimo, ya que es el primer territorio de ciudadanía de todo ser humano”, fundamentan quienes impulsan la IVE.
Al igual que ocurre puertas adentro del Congreso, en la calle las aguas todavía están bastante divididas. Mujeres, hombres, políticos, laicos, religiosos y hasta los curas villeros se mostraron en contra de la despenalización del aborto, en tanto que unas cien organizaciones no gubernamentales aunaron sus fuerzas y salieron a luchar bajo una misma plataforma: Unidad Provida.
“El aborto legal es un fracaso social. Destruye a una mujer, termina con la vida de un niño y nos hace a todos más inhumanos. Nos unimos para defender el derecho a vivir de todos los argentinos, para que nadie deba sufrir o morir por el aborto. Porque todo ser humano tiene derecho a vivir”, argumenta la ONG, que el pasado domingo 25 -Día Mundial del Niño por Nacer- organizó la denominada “Marcha por la Vida”.
Con las cartas sobre la mesa, ahora es cuestión de esperar el dictamen de las diferentes comisiones -los debates empiezan el 10 de abril- para saber si la despenalización del aborto finalmente será tratada en el recinto legislativo. Si ocurre, será un hecho histórico. Por lo pronto, el debate ya está en plena gestación.
Estadísticas
En Argentina se realizan entre 370 y 522 mil interrupciones de embarazos por año, según datos de 2015 del Ministerio de Salud de la Nación, aunque son cifras estimativas porque se trata de una práctica clandestina. Sí se sabe con precisión que 33 mujeres murieron en 2012 a causa de abortos mal realizados, constituyendo la principal causa de mortalidad materna del país.
LAURA RUSSO
“Debemos escuchar a la mayoría”
La diputada nacional escobarense presentó un proyecto donde propone realizar un plebiscito sobre la despenalización del aborto. “Que el debate esté instalado es el paso más importante”, expresó.
– ¿Cuál es su opinión respecto a la legalización del aborto?
-Los legisladores lo somos en representación de un conjunto, por lo que la tarea legislativa no debiera ser cuestión de opiniones personales sino de pensar en lo colectivo. En este caso, es un debate que está instalado en toda la sociedad y que nos interpela desde las más diversas aristas: la salud pública, la religión, la ética, la educación sexual, el concepto de maternidad responsable, son aspectos que deben ser evaluados. Frente a este dilema, cada bloque mayoritario dejó la decisión en la conciencia de cada legislador, por lo que no representan la postura de un espacio político en su conjunto.
Los punteos en la Cámara Baja registran un 30% de votos a favor de la legalización, mientras que las encuestas a la ciudadanía dan casi un 60% de aprobación a la misma medida. Es por esta brecha que presenté un proyecto de consulta popular no vinculante que permitiría conocer la postura de la ciudadanía. Creo fervientemente que los legisladores debemos escuchar a la voz de la mayoría.
-¿Cree que esta vez sí se concretará el debate en ambas cámaras y no quedará pendiente como tantas otras veces?
-Sí. Yo creo que no hay vuelta atrás. El Presidente incluyó el tema en su discurso de apertura de sesiones ordinarias y ya comienza el debate en las diferentes comisiones de la Cámara Baja con varios proyectos que cuentan con estado parlamentario. Espero que se incluya en el debate la posibilidad de convocar a un referéndum por las razones que explicaba anteriormente y que nos permita dar un debate profundo y constructivo.
Que el debate esté instalado es el paso más importante, tanto en la sociedad en su conjunto como en el Congreso. Las cartas están echadas, el pueblo dirá.
ROCÍO FERNANDEZ
“Se debe despenalizar”
La Defensora del Pueblo de Escobar tomó una posición clara sobre el aborto y advirtió que “la legalización no redundará en que las mujeres se lo practiquen sistemáticamente”.
-¿Cuál es su posición respecto a la despenalización del aborto?
-En términos personales estoy en contra del aborto, pero como mujer del derecho estoy a favor de la despenalización. Estoy convencida de que ninguna mujer desea pasar por el traumático proceso de abortar. Es una decisión que, en general, ha marcado la vida de quienes la tomaron. Dicho esto, creo que sí se debe despenalizar. Es decir, no criminalizar a la mujer pobre, que es quien muere en abortos clandestinos e inseguros. La legalización no redundará en que las mujeres se lo practiquen sistemáticamente.
-Si bien no es su área específica, ¿les tocó en la Defensoría asistir a alguna mujer que quisiera abortar?
-Sí, hemos tenido el caso emblemático de una mujer que estaba gestando a un bebé anencefálico. Llegó a los seis meses y exigió su derecho a abortar para evitar la traumática vivencia de llegar a la culminación del embarazo con un feto que al nacer moriría inmediatamente, de forma irremediable. A través de diferentes gestiones con la región sanitaria se fijó la intervención en un hospital público. También hemos recibido mujeres que han manifestado su voluntad de abortar, todas ellas severamente conflictuadas, angustiadas.
-¿Cree que la sociedad argentina está preparada para recibir una ley que despenalice el aborto?
-No lo sé, pero sí creo que el debate es fundamental. Además, me gustaría agregar que el centro del análisis en todo momento es la mujer y me preocupa la estigmatización sobre el género. Porque hay que tener en cuenta que esa mujer ha quedado embarazada de un hombre que, en muchos casos, se ausenta y se desliga de su responsabilidad, no solo en la gestación sino también en la crianza del hijo. Por eso, me parece que también es importante incluir en el debate la severidad en las penas de los padres que no proveen el sustento a sus hijos.
FERNANDA BIGLIANI
“Estoy a favor de la vida”
Como católica practicante, la directora del hospital Erill se manifestó en contra de la despenalización del aborto. Pero celebró que se haya instalado el debate y alentó a tratar el tema “sin hipocresía”.
Espontánea, contundente y sin eufemismos. Así fue la respuesta de la directora del hospital Enrique Erill al ser consultada por DIA 32 sobre el debate por la despenalización del aborto. “Yo estoy a favor de la vida. No soy partidaria del aborto libre, porque creo que hay que respetar la vida de alguien que no se puede defender, sea ese el embrión o quien sea. Soy católica practicante, por lo cual tengo una cuestión de convicción dentro de mis ideas”, expresó.
A pesar de esto, Bigliani aseguró que “no hay que ser hipócritas” y celebró que se haya abierto este “debate responsable” en la sociedad argentina. “En buena hora que se abra un debate con respeto, donde todos podamos escuchar los aportes que tenemos”, manifestó.
Si bien no hay ninguna estadística oficial, la facultativa reveló que el hospital de Escobar no está ajeno a la problemática y recibe casos de mujeres que quieren interrumpir su embarazo. “No es algo diario, pero pasa”, confesó. “Los profesionales de la salud apostamos a la vida siempre. Por eso, en general, la idea es tomarse el tiempo para hablar con la persona. Hay que laburar mucho”, aseveró.
Además, desmitificó la cuestión social del aborto: “Las chicas ‘bien’ también abortan. La diferencia radica en que la que tiene menos recursos va a la cocina de equis y le ponen una aguja en el útero. Y la que tiene más recursos va y paga un aborto, ilegal, en un lugar que está esterilizado. Y esto también es parte de la hipocresía”.
“Esto nos atraviesa como sociedad en forma transversal. Por eso, no podemos rehuir al debate si no somos hipócritas. Y mucho menos, pensar en criminalizar sin tener la capacidad de pensar en el otro y tratar de entender que esto es un fenómeno social que obedece a un montón de razones y que tenemos que ver cómo resolver esas causas”, concluyó.