Por ALEJO PORJOLOVSKY
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La longevidad saludable es un anhelo de la sociedad desde los albores de la historia. ¿Cuántas veces científicos, médicos y especialistas investigaron la manera de prolongar la estancia del hombre en la Tierra? Ya no hace falta más estudios: la solución a la incógnita apareció en forma de árbol y se llama Moringa Oleífera.
Esta variedad caducifolia -es decir, que pierde sus hojas- está conformada por 13 especies. Todas crecen en climas tropicales y subtropicales, al año alcanzan tres metros de altura y llegan a los seis en su momento de esplendor. Originaria de la India, la Oleífera es la única que tiene las virtudes que la consideran “árbol de la vida y la eterna juventud”.
El sistema médico Ayurveda, proveniente del país hindú y con más de 4 mil años de antigüedad, asegura que puede curar más de trescientas enfermedades. Los estudios médicos reconocen que es beneficiosa para tratar desde diabetes, hepatitis e hipertensión hasta bronquitis, asma, tos, cáncer y artritis, pasando por problemas renales y de hígado, tuberculosis, anemia, epilepsia y enfermedades cardíacas.
“No es fácil encontrar otra especie vegetal en el mundo que pueda superar todas las bondades de la Moringa”, asegura el portal especializado CIPSE. Es que esta especie contiene altos valores de vitaminas A, B y C, ácido fólico y minerales, como el calcio, el potasio, el magnesio y el zinc.
Lo llamativo de este árbol es que cada parte tiene funciones específicas para tratar diferentes problemas: las hojas se aplican como cataplasmas para las heridas, el jugo de la raíz alivia la irritación, su aceite es beneficioso para problemas de la piel, las raíces funcionan como tónico para los pulmones y como tranquilizante para la epilepsia y la infusión de sus hojas ayuda a la digestión.
“Prácticamente todas sus estructuras tienen propiedades medicinales, pero las hojas, los frutos y las semillas merecen una atención especial, ya que se ha demostrado que sus componentes tienen una amplia aplicación para la prevención y el control de diversas enfermedades”, asegura el sitio de ventas Moringa Pura.
Siguiendo con sus virtudes, este árbol cuenta con aproximadamente 46 antioxidantes, que son los que proporcionan los átomos libres que el cuerpo necesita para la prevención de formaciones malignas.
Se pueden consumir sus raíces en forma de té, picarla y espolvorear las comidas, usar sus semillas para hacer aceite o comerla directamente, aunque con moderación, para obtener sus beneficios.
“Es un sabor que no se encuentra en otro vegetal y que cuando lo probás, querés más. Seguís comiendo y podés sentir que tu cuerpo tiene más energía, estás más saludable y ves la diferencia”, reconoció Vicky Domingo, una agricultora hawaiana, en un documental del canal Discovery Channel sobre el tema.
Otra característica de la Moringa Oleífera es que puede ser cultivada en casi todo el mundo, sin la necesidad de una gran cantidad de agua, florece una vez al año y sirve para la reforestación, la depuración de aguas, para ser usada como biofertilizante y hasta como biodiesel.
El sauce tiene propiedades que le dieron origen a la aspirina, el abedul sirve de diurético, el eucalipto previene el catarro, el tilo ayuda a solucionar el insomnio y el aloe vera es fundamental para los cortes y las lastimaduras, pero ninguno supera a la moringa. ¿Será posible la vida eterna gracias a este árbol? Quizás habría que preguntarle a Mirtha Legrand.