Después de añares de promesas incumplidas, la repavimentación del camino al Paraná se hizo realidad en tiempo récord. La obra, además, incluyó el ensanche del trayecto Matheu-Villa Rosa. Una mejora integral e histórica de una arteria estratégica.

A veces, felizmente, las utopías se transforman en realidad. Lo que pasó en el partido de Escobar con la ruta provincial 25 es una prueba de esta afirmación: después de décadas de espera, y cuando ya parecía imposible, el camino al Paraná de las Palmas fue íntegramente repavimentado y sus gigantescos baches son parte del pasado. Además, la obra incluyó el ensanche del trayecto Matheu-Villa Rosa, haciendo que el cambio sea de punta a punta.

Los anuncios y las promesas sobre la remodelación de la ruta fueron moneda corriente en los últimos tiempos. Entre licitaciones que quedaban en la nada, comunicados de prensa grandilocuentes y falsas ilusiones, lo máximo que llegaba a materializarse eran algunos “parches” que servían temporalmente, pero que con el correr de los meses dejaban el pavimento en condiciones iguales o peores que antes.

Por fortuna, este último año la historia dio un giro de 180 grados. En marzo fue el anuncio oficial de la obra. Parecía una cuestión de fe, entre tanta incredulidad acumulada, creer que esta vez no sería otra promesa en el aire o palabras en un documento perdido en el mar de la burocracia. Pero finalmente se hizo realidad aquel compromiso que el gobernador Axel Kicillof tomó con el intendente Ariel Sujarchuk.

La mayor parte del proyecto demandó una inversión global de $465 millones y fue finan-ciado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través de la Dirección de Vialidad.

De acuerdo a lo planificado, se determinaron dos grandes intervenciones. Una dentro del casco urbano de Belén de Escobar, con una longitud de 3.300 metros, y otra desde la barranca de El Cazador hasta la costanera: una extensión de 10.500 metros que estaba en muy malas condiciones -en algunos tramos el pavimento había desaparecido-, donde muchos vehículos dañaron sus trenes delanteros y otras partes.

A esto se sumó el ensanche de la ruta en el trayecto Matheu-Villa Rosa, con un desembolso de 365 millones de pesos a cargo del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, dándole un carácter integral al proyecto.

De esta forma, con apoyo nacional y provincial, por primera vez se remodeló por completo el trayecto de la ruta 25 en el partido de Escobar.

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Antecedentes y decepciones

Antes de esta obra, las intervenciones más profundas realizadas para mejorar el estado de la ruta 25 habían sido apenas parciales. En 2017 se asfaltaron los últimos dos kilómetros del camino a la costanera. También se repavimentó el trayecto comprendido entre la intersección de las avenidas Tapia de Cruz y Belgrano y el cruce de la avenida San Martín con la calle Felipe Boero. Al año siguiente se hicieron 1.300 metros más: hasta San Martín y San Isidro. La mayor parte de los recursos salieron de las arcas municipales.

Mucho más atrás en el tiempo, hace dos décadas, se ensanchó el tramo de la ruta comprendido entre las calles José Hernández y Schweitzer, en Belén de Escobar. La obra fue financiada con un Adelanto del Tesoro Nacional (ATN) que el entonces presidente Carlos Menem autorizó para reforzar la gestión de gobierno de su ahijado político, Luis Patti.

También a fines de los ’90 se hizo la repavimentación y el ensanche de la ruta entre el puente de Panamericana y la entrada al barrio parque Florido. Aquella obra la pagó el empresario Gregorio Pérez Companc, que además de tener su mansión sobre esa arteria estaba por abrir la heladería Munchi’s y ya había empezado la construcción del bioparque Temaikèn. En pocas palabras, necesitaba la obra y por eso la donó al Municipio, en uno de los tantos mecenazgos que tuvo con Patti.

En 2010 ocurrió algo que quizás muchos ya no recuerden con precisión, pero que signó el derrotero de incredulidad de la última década. Como moneda de cambio ante la llegada del polémico puerto regasificador a la ribera escobarense, en 2010 el Municipio anunció una inversión de $100 millones del Ministerio de Planificación Federal de la Nación, a cargo de Julio de Vido, para repavimentar el camino al Paraná de las Palmas.

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“Sandro Guzmán escribe una de las páginas más importantes de la historia de Escobar”, tituló el comunicado de prensa del Municipio que daba cuenta de la firma de este convenio. La obra llegó a licitarse y se adjudicó, pero nunca se llevó a cabo. Y tampoco hay rastros de que ese dinero haya sido transferido a las cuentas de la Comuna.

En 2017, en tanto, se hizo la repavimentación de la ruta en el trayecto correspondiente al partido de Pilar, que entre fines de 2015 y diciembre de 2019 gobernó el macrista Nicolás Ducoté. En aquel tiempo se cuestionó que la gobernadora María Eugenia Vidal no incluyera en el proyecto al partido de Escobar. Tiempo después, incluso, Sujarchuk la responsabilizó por el deplorable estado del camino al puerto de Escobar.

“Muchos se preguntan por qué el acceso está como está: señora gobernadora, queremos el asfalto de la ruta 25, es responsabilidad suya. El Municipio hizo lo que le toca ahora usted debe hacerse cargo de lo que le corresponde”, declaró al inaugurar la remodelación de la costanera, en marzo de 2019.

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Radiografía de la obra

La reciente remodelación de la ruta 25 se dividió en tres etapas. La primera abarcó el tramo que va desde el límite con Villa Rosa hasta el barrio Parque Florido y fue llevada a cabo por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Aún no finalizó, pero está bastante avanzada y pronta a culminar. Su desarrollo se extiende en un tramo de casi cuatro kilómetros, entre las calles Alborada y Las Marías. Todo ese trayecto está siendo ampliado y tendrá dos carriles por mano.

A lo largo de ese corredor también se está construyendo un boulevard central, se reconvirtió a LED el sistema de alumbrado público y se readecuaron las vías de escurrimiento hidráulico. Además, se prevé la instalación de dársenas para el transporte público, nuevos refugios para los pasajeros y protecciones para los giros a la izquierda de acceso a los distintos barrios.

A pesar de que el avance de los trabajos fue visto como algo positivo por parte de los vecinos que transitan diariamente la ruta, los cortes de tránsito generaron cierto malestar. A su vez, a medida que se desarrollaban los trabajos, la escasa señalización e iluminación desencadenó en más de un accidente vial.

“No hay explicación de por qué esta ruta no se repavimentó antes. Nosotros entendemos que las obras no son de los partidos políticos, no importa quién las inaugure, quién gobierne una ciudad, lo importante es que se hagan”, manifestó en mayo el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, cuando recorrió el inicio de los trabajos.

La segunda etapa de la obra se realizó íntegramente en Belén de Escobar. Mientras se ensanchaba el trayecto que va hacia Pilar, se repavimentó el ingreso a la ciudad y otros tramos que estaban bastante castigados por el paso de camiones y colectivos.

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La remodelación inició a mediados de junio sobre la avenida 25 de Mayo, a la altura del Reloj, y se extendió hasta la intersección con la avenida Belgrano. La intervención continuó por esa misma arteria hasta el cruce con Tapia de Cruz y, más adelante, sobre la avenida San Martín, desde la calle San Isidro hasta la entrada de El Cazador. Más de 3.000 metros lineales.

Los trabajos comprendieron la instalación de bloques de hormigón con una resistencia de 470 kilos por centímetro cuadrado y una capa de rodamiento con un espesor de 25 centímetros, además de bacheo en diferentes sectores críticos. El entonces secretario de Infraestructura del Municipio, Diego Benítez, aseguró que esas reparaciones tendrán una duración “no menor a 50 años”.

La tercera etapa -y la históricamente más reclamada- es la del sector de la ruta que va desde la entrada de El Cazador hasta el río Paraná de las Palmas. Este trayecto fue pavimentado por primera vez en la década del 50, cuando se inauguró el puente Gobernador Mercante, que atraviesa el río Luján. A juzgar por su aspecto, nunca más fue intervenido como ahora.

Esta etapa comprendió un trayecto de 10,5 kilómetros, entre la calle Paso -a 200 metros del acceso al barrio parque El Cazador por la calle Kennedy- y la rotonda de ingreso a la base de la Prefectura Naval Argentina, en el puerto de Escobar. El proyecto contempló trabajos de mantenimiento en el mencionado puente, señalización horizontal y vertical, la construcción de dársenas y refugios para pasajeros del transporte público e iluminación en diferentes puntos.

La diferencia es abismal. Ir a la ribera dejó de ser un martirio para los conductores; ahora, por el contrario, es una experiencia realmente placentera.

Aunque todavía faltan algunas terminaciones, el grueso de la remodelación global de la ruta 25 está prácticamente terminado, casi en tiempo récord. Una obra largamente reclamada que llega a su fin en época navideña, como un regalo de Papá Noel. A veces, las utopías, o aquellas cosas de las que muchos descreen, se hacen realidad. En este caso, la deuda está saldada.”

CORREDOR VIAL. Una estupenda imagen aérea del trayecto de la ruta desde Matheu hacia Belén de Escobar.

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