No hay dudas, las energías limpias son el futuro. El sol, el viento y la fermentación de productos vegetales podrían llegar a generar una gran parte de la electricidad y el gas necesario para la subsistencia.
A medida que la tecnología avanza y se perfecciona, los costos se abaratan. Por lo tanto, acceder a esa posibilidad se torna cada vez más tangible para quienes están interesados en salir del actual sistema de producción basado en la explotación de combustibles fósiles, uno de los principales causantes del gas invernadero que provoca el cambio climático.
Escobar es uno de los municipios que se destacan a nivel país por su interés en el cuidado ambiental. De hecho, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, expresó más de una vez que este distrito “es un faro en temáticas ambientales”.
Durante los últimos años, la Comuna implementó varios proyectos en esa línea, como la colocación de un biodigestor en el Mercado Frutihortícola de la comunidad boliviana del barrio Lambertuchi para producir biofertilizantes y energía eléctrica a partir de los desechos de orgánicos; los biocorredores con sus huertas, programas de reciclaje, jardines de mariposas y viveros de nativas; entre otras acciones.
Ahora, el Municipio redobla la apuesta con la construcción de un parque solar de tres hectáreas en Loma Verde. El proyecto fue anunciado por el intendente Ariel Sujarchuk en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante en marzo de 2021. Quince meses después ya es una realidad y está listo para ser inaugurado en los primeros días de julio, según se anunció.
“Hace 10 años, cuando se empezó con los paneles solares, una obra de este tipo era imposible de imaginar. Para un calefón en una casa había que tener un techo entero de paneles que además eran enormes, pesadísimos y generaban poca energía”, explica la directora de Innovación del Municipio, Victoria Bandin. “Hoy esa tecnología está mucho más desarrollada y por eso esto es un sueño hecho realidad”.
La idea de incursionar en el mercado de las energías limpias no es algo nuevo en el Municipio, ya que se viene cocinando desde hace tiempo y se barajaron varias posibilidades. En 2017, por caso, el intendente Ariel Sujarchuk y otros funcionarios se habían reunido con inversores de Israel y de Holanda con el propósito de poner en funcionamiento un parque solar. Finalmente, aquellas promocionadas negociaciones no prosperaron, pero el tema siguió en la agenda.
Generar lo consumido
El parque solar está en un predio emplazado a unas diez cuadras de la autopista Panamericana, a la altura del kilómetro 53, en la esquina de las calles Congreve y Viraró. Son seis hectáreas de terrenos fiscales, de las cuales la mitad está destinada a generar energía obtenida exclusivamente de los rayos solares, a través de un enjambre de 3.700 paneles fotovoltaicos. El montaje y el desarrollo del proyecto estuvo a cargo de la empresa Ingalfa.
Es una instalación que utiliza diez inversores que permiten convertir la electricidad de corriente continua (CC) a corriente alterna (CA) y la llevarán por una red de cableados subterráneos -colocados bajo protocolos de seguridad- hasta una estación transformadora, donde la tensión se elevará de 800 a 13.200 voltios.
La vida útil de cada panel es de 30 años. “Están preparados para perdurar a la intemperie, soportan hasta el granizo mientras no sea una granizada fuera de lo común. Solo hay que hacerles un mantenimiento que consiste en evitar que se formen sobre ellos grandes capas de polvo, porque eso impide que capten la energía solar”, explica a DIA 32 el subsecretario de Hacienda del Municipio, Martín Laclau.
La inversión desembolsada por el Municipio para llevar a cabo el proyecto fue de $260 millones. Una apuesta que recién se amortizaría y empezará a rendir frutos económicos a los siete años de funcionamiento, según se estima.
El parque solar generará unos 3.790 MWh, dependiendo de las variaciones climáticas, casi lo mismo que demandan las más de 150 dependencias municipales de todo el partido de Escobar, entre las que se encuentran edificios administrativos, polideportivos, centros de salud, jardines de infantes y espacios culturales.
“No es que la energía va directo a esos lugares. La energía del parque solar va a la red y se suma a la red de Edenor. Estaremos aportando el equivalente a lo que consumen las dependencias municipales”, aclara Laclau.
En cuanto a si este emprendimiento generará nuevos empleos, el funcionario comenta que no, porque todo se maneja de manera remota y virtual, mientras que del mantenimiento se encargarán personas que ya trabajan para el Municipio.
Desde y para Loma Verde
La Cooperativa Limitada de Consumo Popular de Electricidad y Servicios Anexos de Escobar Norte es una pata fundamental del proyecto. La entidad social de Loma Verde es pionera en el campo de la energía solar a nivel local, ya que desde 2018 tienen 16 paneles instalados en el techo de la Biblioteca 20 de Junio, que están conectados a la red eléctrica. El sistema, a pequeña escala, ayuda a reducir la cantidad de megavatios que le compran a Edenor.
En el caso del parque solar, toda la energía que produzca se inyectará a la misma red. Mediante un convenio entre el Municipio, la Cooperativa colaboró con la construcción de una cámara transformadora y un tendido de media tensión de 700 metros interconectada al sistema.
Su presidente, Raúl Lo Nigro, resalta que entre las prioridades de la Cooperativa está trabajar con energías limpias y renovables: “Es un beneficio, lo venimos pregonando desde hace mucho tiempo. Hay que dejar de quemar combustibles fósiles para generar electricidad”, afirma.
La energía solar se produce solo de día, ya que este parque no cuenta con un sistema de acumulación como baterías por dos motivos: el primero es que son muy costosas, el segundo es que generan un residuo que termina siendo perjudicial para el medio ambiente. “Nos sirve porque de día la podemos utilizar y eso es muy bueno, pero de noche hay que seguir recurriendo a la energía que proporciona Edenor”, aclara Lo Nigro.
Para la Cooperativa no se trata de un beneficio económico, ya que le pagará a la Municipalidad el precio fijado por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) por megavatio. Es decir, el mismo que le paga a Edenor. “Además, tenemos que pagarle a la empresa el precio de la potencia aunque no vayamos a utilizarla de día. Eso no se puede revertir porque tenemos un contrato firmado con antelación”.
¿El primero del país?
Desde las redes sociales, los comunicados y los discursos oficiales se viene promocionando con énfasis la inauguración del “primer parque solar de gestión municipal del país”.
En Argentina hay más de 200 parques solares; algunos son gigantes, sobre todo los ubicados en el NOA. Si bien es verdad que la mayoría son articulaciones público- privados o construidos con recursos provinciales o nacionales, hay varios proyectos municipales a lo largo y ancho del territorio argentino.
Sin ir muy lejos, Gualeguaychú, en Entre Ríos, cuenta con tres parques (o huertas) solares municipales. Uno de ellos sirve para nutrir de energía al corsódromo en las noches de carnaval, donde normalmente recurren a generadores eléctricos que consumen 150 litros de combustible fósil cada noche. Los otros dos se usan para abastecer a una planta potabilizadora de agua y a otra de tratamiento de efluentes.
Hay parques solares municipales en Neuquén -alimenta a una sede del Poder Judicial- y otro más grande en Mendoza -todavía no fue inaugurado-, por dar más ejemplos. El municipio bonaerense de Saladillo también avanza en un proyecto similar.
Desde el Municipio aclaran que todos ellos son muchísimo más chicos que el de Loma Verde -el que más se le acerca es el de Mendoza, con mil paneles- y están diseñados para aportar energía a un único y específico lugar.
Otra diferencia que remarcan es que Escobar, gracias a la creación del parque solar, es el único municipio del país que obtuvo el Certificado de Usuario Generador emitido por la Secretaría de Energía de la Nación. El mismo responde al Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública, creado por Ley N° 27.424.
Bandin, además, apunta que ya han capacitado a otros distritos sobre cómo generar ordenanzas de recuperación ambiental.
Hace unas décadas, la urgencia era dejar de destruir el medio ambiente. Eso no se logró. Hoy la emergencia es revertir el daño causado. Ya no es suficiente no destruir, hay que restaurar.