Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web
Se vio empantanado, no pudo salir y lo terminó pagando con el tan temido descenso. Para Deportivo Armenio las cosas en la Primera B Metropolitana no venían bien desde hace rato, con futbolistas que no alcanzaron el rendimiento esperado y entrenadores que no dieron la talla necesaria para salir de una crisis que se fue agravando hasta terminar de la peor manera.
El golpe final lo sufrió el sábado 4 de junio, cuando superó a Deportivo Español por 2 a 0 en el Bajo Flores. Fue una victoria con lágrimas, porque esa tarde Colegiales también derrotó a San Telmo y los promedios terminaron sentenciando a los del barrio San Miguel en su lucha mano a mano con el tricolor de Munro, que a una fecha para el cierre del torneo se hizo inalcanzable.
La campaña del club de la colectividad en esta última temporada fue muy floja, justo cuando más necesitaba sumar: 3 triunfos, 7 empates y 9 caídas; con 12 goles a favor y 22 en contra. En las tres que se cuentan para los promedios sumó apenas 131 puntos sobre 363 posibles (121 partidos), con un promedio de 1.082 que lo condenó a perder la categoría, tras 26 años ininterrumpidos en la divisional.
Armenio también pasó por una nefasta racha de encuentros sin sumar de a tres: desde el 26 de septiembre de 2015 (2-1 ante Almirante Brown) hasta el 30 de abril de este año (2-1 a Tristán Suárez), pasaron 17 fechas en las que solo cosechó 6 puntos sobre 51. Esas 26 semanas fueron cruciales en sus aspiraciones por salvarse: se hundió en las tablas, tanto de promedios como de posiciones, los jugadores perdieron confianza y ganaron en nervios y desesperación.
Capítulo aparte para los directores técnicos, otro de los puntos que generó la debacle del equipo. La última campaña buena del club fue en la temporada 2012/13 con Fernando Ruiz a la cabeza. Después agarró el plantel Eduardo González, lo siguió Federico Domínguez (2014) y en fila pasaron Pulciano Aquino, “Pachorra” Smaldone -renunció al segundo partido- y Néstor “Coqui” Ferraresi, el menos responsable de la situación, porque agarró un fierro caliente y muy difícil de remontar.
Cuando empiece la nueva temporada de ascenso -aún no hay fechas confirmadas, pero sería entre julio y agosto- Armenio deberá barajar y dar de nuevo. La idea de los dirigentes es que la estadía en Primera C dure lo menos posible y para eso deberán conformar un plantel que entienda el desafío y quiera entrar en la historia de una institución que hoy atraviesa uno de sus momentos más difíciles.
LA AUTOCRITICA DE LUCIANO NAKIS
“Fallamos en no cambiar el entrenador a tiempo”
“Estoy mal, con mucha tristeza”, afirma del otro lado del teléfono un Luciano Nakis con el dolor a flor de piel por el reciente descenso. Pero el duelo debe ser corto si Armenio quiere enderezar su rumbo y él lo sabe bien: “Tengo 21 años de dirigente y hago de todo en el club. Ahora vamos a trabajar para volver a estar donde nos corresponde”.
La familia Nakis es un sinónimo del club de la colectividad. Noray, padre de “Lucho” y actual vicepresidente de Independiente, manejó durante varias décadas las riendas de la entidad. Y no solo eso: también se calzó el buzo de DT y lo sacó campeón de la B Metro en el Clausura ‘98.
Cuando un club desciende nunca hay un solo responsable. Y el mandamás armenio no tiene reparos en admitir públicamente sus errores. “Yo hago mi mea culpa. Sabemos que la falla nuestra fue no cambiar a tiempo la conducción del equipo”, le cuenta a DIA 32.
“Quise cambiar cuando estaba Federico Domínguez, porque no estaba de acuerdo en algunas cosas. Quise traer a Fernando Ruiz, un viejo conocido del club, pero él justo arregló para dirigir Almagro. Después tuvimos otra oportunidad en diciembre del año pasado, estando Pulciano Aquino como DT, pero pensé que él iba a poder revertir la situación”, confiesa asumiendo su responsabilidad.
Profundizando en la cuestión, puntualiza: “Estuvimos como 18 fechas sin ganar y en el torneo pasado de los últimos 18 puntos en juego sacamos 1. En ese momento yo tendría que haber cambiado”.
Apenas consumado el descenso, el club le rescindió el contrato a una decena de futbolistas, entre otros a Matías Giménez, ex Tigre y Boca, que llegó en este torneo y se fue rápidamente, llevándose sus pertenencias del vestuario y sin saludar ni siquiera a sus compañeros, según trascendió.
Una de las pocas certezas para lo que viene es que “Coqui” Ferraresi seguirá siendo el técnico. “Con él vimos un cambio en el equipo. Cuando vino estábamos descendidos, eso tiene un valor agregado para mí, es un tipo de primera, los jugadores lo entendieron y hubo una mejora evidente”, asegura Nakis.
El principal desafío para emprender el “Operativo Retorno” será acertar en las próximas incorporaciones. “No nos podemos equivocar en la elección, voy a estar encima del tema con el técnico. Haremos pruebas de jugadores y veremos a otros que ya conocemos”, declara, involucrándose en lo importante que resultará ser fino a la hora de escoger los refuerzos.
También aclara que no se harán locuras en cuanto a lo económico, aunque buscará un equipo rendidor. “Quiero disfrutar el fin de semana y no sufrir como hasta ahora. Armaremos un proyecto sin tirar la casa por la ventana. Con los fondos que hoy ingresan al club no vamos a poder ascender, hay que generarlos y necesitamos el apoyo de la Municipalidad”, explica el uno de Armenio, quien ya mantuvo reuniones con el intendente Ariel Sujarchuk.
Hablando de la poca llegada de Armenio a los escobarenses desde que se afincó en Maschwitz, en 1992, el mandamás del club es claro: “Quiero que la gente de Escobar sepa que Deportivo Armenio tiene una función muy importante, albergamos 300 chicos por día en el club y hay actividad siempre. Ojalá podamos tener 600 en vez de 300, le digo a los chicos de Escobar que se prueben en Armenio, que no vayan a Colegiales, Fénix o Tigre. Que crezcan en su distrito, acá tienen las puertas abiertas”.
MATIAS ROJAS, REFERENTE DEL EQUIPO
“No sé qué será de mi futuro”
Matías Rojas lleva cuatro años en el club y es de los futbolistas más queridos por la gente, por su entrega y buen juego en el mediocampo, donde se desempeña como volante central. En el último torneo tuvo inconvenientes físicos por un problema en una rodilla, pero siempre quiso estar y no le importó jugar infiltrado para ayudar a sus compañeros.
“En la mayoría de los partidos jugué con dolor, pero sentía la necesidad de estar, hice el esfuerzo y los cuerpos técnicos me bancaron. Ahora estoy mejor, viendo con los médicos qué voy a hacer”, declaró el jugador tras el empate 1 a 1 con Fenix de la última fecha.
Como referente del plantel, también se refirió al manejo del vestuario, la adaptación de los nuevos y lo que se jugaba la institución con un promedio tan bajo. “Fue difícil, porque vinieron muchos jugadores nuevos, muchos eran del interior y tenían problemas, como el tema del alquiler. Con los compañeros de más experiencia los ayudamos y tratamos de que al grupo no le falte nada”, confesó.
En cuanto a si se quedará para jugar en la Primera “C”, el mediocampista manifestó: “No sé qué será de mi futuro, todos los años tengo llamados de otros clubes y no me dejan ir, tengo contrato. Tendré una reunión con el presidente y ahí se decidirá, uno busca progresar. El que juega acá no lo hace por la plata, uno hace tantos años que está que quiere al club, a la gente. Pero soy profesional y tengo que pensar también en mi futuro”.
LOS HITOS DE ARMENIO
Pasado con gloria
Hoy parece quedar muy lejos aquel título de Armenio en el Clausura ´98, cuando después perdió la final con El Porvenir y no pudo ascender al Nacional “B”. Ni que hablar de sus hazañas en la “A”, donde derrotó a Boca 1-0 y a River 3-2 en la temporada 88/89 del fútbol grande.
Un poco más atrás en la historia, los hinchas armenios recordarán aquella súper campaña del ´86/87, cuando estuvo 34 partidos invicto -aún mantiene el récord- y consiguió el ascenso a primera en un torneo nacional donde también estaban Huracán, Lanús, Banfield y Belgrano de Córdoba.