Cuando parece que nada puede ser peor, todo empeora aún más. Así transcurre esta pandemia del Covid-19 en el partido de Escobar, en el país y en la mayor parte del mundo.
La segunda ola que empezó a formarse a mediados de marzo se convirtió en un tsunami para fines de abril, que cerró con un triste récord de muertes, el sistema sanitario en jaque y nuevas restricciones para intentar ponerle freno a la estampida de contagios.
Mientras la campaña de vacunación avanza y ya más de 30 mil escobarenses recibieron al menos la primera dosis, el coronavirus sigue asolando con nuevas variantes y niveles de contagiosidad muy superiores a los del año pasado.
Escobar, al igual que todos los municipios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), está en una situación crítica, grave, porque el aumento de casos tuvo como lógica consecuencia una creciente demanda de cuidados intensivos, a tal punto que ya no hay camas de internación disponibles.
Es el peor momento de la pandemia. Otra vez. ¿Dejará de serlo el mes que viene?
Números que duelen
Con las estadísticas oficiales disponibles al miércoles 28, a lo largo de abril se llevaban contabilizados en el partido de Escobar 5.401 casos positivos de Covid-19; un promedio de 192 por día y de 8 por hora. Jamás se habían dado números tan altos desde el inicio de la pandemia.
En septiembre, cuando la primera ola alcanzó su pico, los contagios habían sido 2.930: 97 por día, 4 por hora. La diferencia entre aquel momento y el actual es exponencial: más del doble de casos y la aparición de las temidas cepas de Inglaterra y Brasil.
Consecuentemente, aunque en una proporción porcentual menor, las muertes también fueron más en abril: 86 hasta el miércoles 28. Un promedio de 3 cada 24 horas. El récord se registró el lunes 26, con 16 casos fatales. Hasta ahora, septiembre era el mes con más decesos: 71.
En marzo, cuando empezó a gestarse esta nueva ola, se habían registrado 1.858 contagios (59 por día) y 50 fallecimientos, siempre según las estadísticas publicadas en el sitio web del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Camas calientes
A fines de marzo, el intendente Ariel Sujarchuk grabó un nuevo video a modo de “cadena municipal” -el último había sido en octubre- que difundió en sus redes sociales y por los medios de comunicación, donde anunciaba que la situación epidemiológica se estaba agravando y advertía el inminente arribo de la segunda ola.
Junto a él estaban el secretario de Salud, Juan Ordoñez, y el director del hospital Erill, Gaspar Costa, quienes ya entonces alertaban que el sistema sanitario estaba en una situación límite.
“Escobar aún no se encuentra en una zona roja, pero consideramos que inexorablemente vamos camino a ello. En las últimas dos semanas se han duplicado los contagios y el porcentaje de la ocupación de camas, tanto provinciales como municipales, es a pleno”, afirmaba Ordoñez. Hoy Escobar está en nivel de alerta sanitaria.
El sistema de salud público local cuenta con un total de 41 camas UTI para los pacientes más críticos, aquellos que se debaten entre la vida y la muerte. Hay 11 en el Erill, 24 en el hospital municipal Néstor Kirchner -ex clínica San Carlos- y 6 en la UDP de Garín. La Clínica Privada Fátima aporta otras 10. Al 23 de abril, el 92% estaban ocupadas, según las estadísticas de la cartera sanitaria bonaerense.
Cuando no hay camas, las personas que requieren internación son llevadas a otros establecimientos, ya sea zonales, más lejanos o de Capital, a través de una red de derivaciones en la que intervienen la Secretaría de Salud del Municipio, la Región Sanitaria V y el Ministerio de Salud. Pero la disponibilidad es cada vez menor, ya casi no hay margen.
Ante esta acuciante situación, el intendente anunció la creación de 45 camas para internar a pacientes Covid: 15 se distribuirán en centros de atención primaria y las otras 30 estarán en un Centro Modular Complementario que se construirá detrás de la UDP de Garín. Se espera que en mayo estén habilitadas. También le dio al hospital Erill un subsidio de $3 millones para habilitar otras doce camas. Ninguna será UTI, pero ampliarán la atención de cuidados intermedios.
Dosis de esperanza
Mientras las restricciones a la circulación comunitaria intentan ponerle freno a la curva de contagios -en la última semana del mes dejaron de crecer y tuvieron un tenue descenso-, la esperanza de que esta pesadilla quede atrás está puesta pura y exclusivamente en el avance de la campaña de vacunación.
Abril fue el mes con más dosis aplicadas: iban 15.987 hasta el miércoles 28 (fueron 13.997 en marzo) -570 por día- y 33.509 desde el inicio del plan. De ese total, solo el 7% de los vacunados había recibido los dos componentes; en su inmensa mayoría personal del sistema sanitario. El restante 93% está compuesto por adultos mayores, fuerzas de seguridad y docentes.
El avance de la vacunación en Escobar es más lento que en la mayoría de los distritos del Conurbano. Con una población estimada en 258 mil habitantes, según la Dirección Provincial de Estadísticas, apenas el 12% recibió al menos una dosis. En contraste, Morón (25%), Berisso (22%) y Vicente López (22%) son los que llevan la delantera en la provincia.
Los nuevos cargamentos que llegaban al país al cierre de esta edición presagian que la campaña de inoculación podrá sostener y hasta acelerar su ritmo en las primeras semanas de mayo. Una pequeña luz de esperanza entre tanta oscuridad, para un final que todavía está lejano.
Vacunate
Quienes aún no se hayan inscripto al programa de vacunación pueden hacerlo en el sitio www.vacunatepba.gba.gob.ar o a través de la aplicación VacunatePBA.