Cuando parecía que el teatro Seminari iba a correr la misma suerte que tantos otros a lo largo del país, que terminaron convertidos en supermercados chinos o en iglesias de los más diversos credos, un acuerdo entre el Municipio y la empresa Consultatio logró hacerlo resurgir de sus cenizas y que vuelva a brillar, incluso mejor que en sus años de oro.
El histórico edificio de la calle Mitre 451 fue construido en 1889 por la Sociedad Italia de Socorros Mutuos y supo albergar al Cine Victoria, luego al Cine Italia y, en la década del ‘80, al Gran Escobar. Pero las buenas épocas pasaron y a mediados de los ‘90 comenzó su decadencia.
El entonces intendente Luis Patti tomó nota de la situación y logró la cesión del inmueble a favor de la Comuna, lo remodeló, lo reconvirtió en teatro municipal y le puso el nombre de Tomás Seminari, en homenaje al apasionado y entrañable actor vocacional escobarense fallecido en 2015. La reinauguración fue a toda pompa, en junio de 1998. Casualmente, hace justo veinte años.
Con el tiempo, la falta de mantenimiento de su estructura hizo que el estado edilicio cayera en picada, otra vez. Últimamente se encontraba en condiciones ruinosas: techos que con la lluvia goteaban sobre las destartaladas butacas, palcos con peligro de derrumbe, un escenario demasiado alto y de dudosa estabilidad, camarines que daban pena y baños que no tenían ni agua.
Por esas razones, entre muchas otras, el Seminari estaba cerrado desde 2015. La última función fue el 9 de mayo de ese año, cuando Beto Casella realizó el preestreno de Encuentro de Genios.
El anuncio de la restauración se realizó hace más de un año, en marzo de 2017. El intendente Ariel Sujarchuk junto al CEO de Consultatio y creador de Puertos, Eduardo Costantini, comunicaron que la empresa, en nombre de todos los vecinos del mega emprendimiento, haría una donación de $16 millones para recuperar el teatro municipal.
Al final, la obra terminó costando un poco más: $17 millones desembolsados por Consultatio y $6,5 millones que aportó el Municipio para cubrir gastos no contemplados en el proyecto original.
En aquel momento no se dio una fecha exacta de inauguración, pero se estimó que la refacción demandaría poco más de un año. Y así fue: el jueves 31, al cierre de esta edición, la centenaria sala reabría sus puertas con una gala que tuvo por protagonista a la bailarina Eleonora Cassano con su show Tangokinesis. Además, adoptó una nueva denominación, algo rara, que combina presente y pasado: Teatro Seminari Cine Italia.
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Etapa de transformación
La inmensa obra comenzó en agosto. Los volquetes en la calle cargados de trastos inservibles, los golpes de martillo en su interior y la media sombra que cubría la fachada del edificio daban cuenta de que los trabajos estaban en marcha.
Las 400 butacas fueron retiradas para ser restauradas, retapizadas y reubicadas; en el centro de la sala se dejó un espacio mayor para que pueda situarse la gente con movilidad reducida, algo que antes no estaba considerado. La fachada y el edificio se pintaron íntegramente, el interior del mismo color que el original: blanco y dorado.
Los pisos de pino tea fueron pulidos y plastificados. De esa manera se aprovechó la nobleza de la madera y se mantuvo ese material tan característico de la época de construcción, pero el aspecto cambió considerablemente. También se reemplazó la araña principal que iluminaba el salón por otra nueva, imponente y hermosa; se bajó la altura del escenario para facilitar la visión desde el patio de butacas -sobre todo para cuando se proyecten películas- y el tablado fue totalmente reparado y cubierto con piso flotante.
Hace pocos días, ya en el final de obra, los constructores del nuevo telón de boca estaban tomando medidas y haciendo los últimos ajustes para sustituir al viejo, del que solo quedaban unos sucios jirones. El espacio tras bambalinas fue mejorado y los camarines reformados íntegramente.
Los baños se hicieron a nuevo, con mesadas de piedra negra y grifería de última generación. En tanto, los sectores de oficinas y de boletería se trasladaron a diferentes posiciones para permitir una mejor circulación general. Hay que decirlo: todo se ve nuevo, luminoso, moderno, digno del siglo XXI y del crecimiento de Escobar.
La placa incrustada en el piso del hall de entrada y los cuadros que enmarcan aquellos viejos programas que anunciaban las películas con grandes letras negras impresas sobre papeles de colores son los pocos vestigios que recuerdan que se trata de un edificio centenario. No quedaron ni rastros del moho en las paredes ni del olor a humedad. Ya no se siente el frío y tampoco se sufrirá el calor en verano, ya que también se instalaron sistemas de climatización que se adecuan a las diferentes estaciones del año.
Uno de los cambios más beneficiosos fue cubrir la carencia de un equipo de sonido e iluminación, que tanto complicaba a los artistas que venían con sus espectáculos y tenían que hacerse cargo de alquilarlos o traerlos de afuera para realizar sus funciones. Ahora, el teatro tiene tecnología propia para cubrir las necesidades básicas de cualquier evento.
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Nuevas alternativas
Además de las remodelaciones profundas, de las capas de maquillaje y del cambio del tendido eléctrico, que era antiquísimo y ocasionaba innumerables problemas, se sumaron nuevos espacios donde el público podrá tener una mayor interacción con las obras culturales e incluso permitirá que varias actividades sucedan en simultáneo.
“En el piso de arriba se acondicionó la Sala B, un espacio que fue primero biblioteca, después salón general o de ensayo de elencos municipales y luego oficinas. Ahora se transformó en una sala con capacidad para cien personas, donde se podrán realizar conferencias, muestras de artistas plásticos, ciclos acústicos, talleres y ensambles, entre otras cosas”, explica a DIA 32 el secretario de Cultura, Leonardo Montero.
En ese mismo sentido, el de ampliar los espacios públicos para el mejor aprovechamiento de todos, se pensó también en un ambiente al aire libre. Lo que antes era un jardín que no tenía utilidad, al costado del teatro, se convirtió en una plaza seca con sillones de cemento, guirnaldas de luces, un escenario y un bar cultural al que se podrá acceder libremente desde la mañana hasta que finalice la última función en el Seminari.
“La idea fue cambiarle la cara a los espacios que estaban obsoletos. Allí habrá stand up y recitales acústicos de dúos o tríos. Obras ambientales con el objetivo de que sea un lugar de dispersión para quienes quieran sentarse a tomar un café, escuchar música o leer”, dice Montero.
Entre las novedades se encuentra la boletería online que permite sacar entradas mediante el sistema Ticket Hoy. Un práctico recurso que no impedirá adquirirlas también a la vieja usanza: comprándolas en el teatro. La cartelera de junio está completa y recargada de espectáculos de primer nivel: además de Eleonora Cassano, se subirán al escenario figuras estelares como Nacha Guevara, José Larralde, Virginia Lago, Ariel Tarico y “Coco” Sily, entre otros.
Recuperar la mística
El lado teatral está cubierto y dominado, mientras que el cinematográfico aún se está pensando y negociando. “Queremos proyectar películas comerciales, de Disney, de Paramount, de todos los grandes estudios, pero las licencias son carísimas. Estamos barajando esa posibilidad para un poco más adelante”, aclara Montero, con cautela para no generar falsas expectativas.
Por ahora, la idea es empezar con algunos films de culto filmados en Escobar, clásicos e infantiles. Lo que sí es fundamental para todos aquellos involucrados en la reapertura es volver a darle legitimidad a lo que fue el lugar en sus orígenes: una fusión de cine y teatro.
Hay voluntad, asegura Montero, de que no se pierda esa impronta. “Las historias que aquí vivieron los vecinos son muy ricas. ‘Freddy’ González, por ejemplo, cantante de tango y vecino ilustre de Escobar, recuerda que de chico venía con su tío, que era el que proyectaba las películas, y se sentaba con él a lo Cinema Paradiso. Historias como esas hay muchas”, destaca el funcionario.
A pocos días de la inauguración también se supo que el complejo cultural tendrá como padrino y director artístico a Osvaldo Laport. El actor viene trabajando en el distrito desde el año pasado, cuando se puso al frente del Profesorado de Teatro que se dicta en el Instituto Superior Municipal de Formación Docente y Técnica.
Entre tanta protesta y descontento social, con el invierno asomando y un horizonte demasiado incierto, una buena noticia por donde se la mire: un patrimonio histórico y cultural fue rescatado para que los escobarenses lo utilicen y lo disfruten a pleno. Desde el cielo, Tomasito debe estar más orgulloso que nunca de que el teatro lleve su nombre.
ELEONORA CASSANO
“No esperaba encontrarme con un teatro así, es bellísimo”
Semanas antes de presentarse en la velada de gala con su espectáculo Tangokinesis, Eleonora Cassano recorrió las nuevas instalaciones del teatro municipal junto al secretario de Cultura, Leonardo Moreno. Y al enfrentar los micrófonos no ocultó su admiración: “No esperaba encontrarlo así, es bellísimo. La restauración de este teatro, sin dudas, es muy importante para la cultura del pueblo de Escobar y para toda la región”, manifestó.
“Me pone muy feliz cada vez que se abre un espacio, porque soy de las que creen que todas las expresiones culturales hacen a la felicidad de nuestra gente. Por lo tanto, debemos saber aprovechar estas oportunidades y valorar todo lo que se hizo desde el Municipio”, enfatizó la prestigiosa bailarina, que también inscribió su nombre en la historia del Seminari.
FERNANDO SUREDA
“Siento un gran agradecimiento, como vecino y como artista”
El actor Fernando Sureda expresó a DIA 32 su alegría por la recuperación del teatro Seminari. “Siento un gran agradecimiento, como vecino y como artista. Mis primeros pasos como actor fueron ahí, con mi padre y junto a un grupo de teatro que se llamaba Apertura. También fue el lugar donde vi mis primeras películas”, rememoró.
“Siempre cito una frase de Enrique Pinti en su espectáculo Salsa Criolla: ‘Pasan militares, pasan peronistas, pasan radicales, quedan los artistas’. Todo lo que está relacionado con el arte queda. Cada vez que se abre un espacio de arte es algo positivo y un motivo de alegría, espacios donde la gente se pueda expresar, pasar un momento agradable. El arte te conecta con algo que va más allá de lo material, te conecta con lo espiritual”, expresó el hijo de quien fuera fundador del recordado Teatro Girona, Edberto “Cacho” Sureda, fallecido en 2013.
Para concluir, señaló: “A mí no me importa el color político de la gente que invierte y apuesta en la cultura, siempre es un motivo de agradecimiento. Así que a las personas que hicieron posible esto, mis felicitaciones, mi agradecimiento y bienvenido”.
ANÍBAL MATOS
“Hay que honrar la historia y la tradición teatral local”
Actor independiente, director, dramaturgo y docente, el matheuense Aníbal Matos también se refirió a la reinauguración del teatro municipal: “Pienso que siempre tiene que ser bienvenida la apertura de un espacio así, sobre todo con el abandono histórico que sufrió el Seminari”, le dijo a DIA 32.
“Fueron muchas las veces que escuchamos que había venido dinero para recuperarlo e incontables los esfuerzos que se han hecho desde las distintas comisiones de la Asociación Amigos del Teatro, sin buenos resultados. Siempre fueron intentos limitados e insuficientes como para poder mantenerlo a flote”, recordó.
“Solo espero que los elencos del distrito tengan su espacio entre tanta programación que se ha publicado. Además de disfrutar de los elencos comerciales de gira, también es una oportunidad de poder ver a nuestros vecinos de Escobar arriba del escenario. Hay que honrar la historia y tradición teatral local”, enfatizó Matos.