A partir de los beneficios que aporta construir con paneles que vienen listos de fábrica, en los últimos tiempos aumentó significativamente la demanda de quienes quieren realizar obras en seco y en tiempo récord.
A principios de los ‘90, levantar un edificio con paneles térmicos era exclusividad de galpones industriales, supermercados, laboratorios, depósitos de industrias alimenticias y centros de distribución, entre otros. Rubros que, aún hoy, requieren de grandes superficies cubiertas, donde no importan demasiado los detalles pero sí que sean espacios aislados y seguros.
En la actualidad, el uso de ese tipo de construcciones se ha extendido para cubrir otras necesidades, como oficinas móviles y obradores para alojar a los trabajadores, pero también con aplicaciones que tienen que ver con la vivienda y con diferentes ambientes que se pueden necesitar en una casa. En este caso sí, teniendo en cuenta los detalles de terminación y la estética.
La empresa Frío Star, ubicada en Belén de Escobar, es especialista en fabricar paneles aislantes térmicos inyectados en poliuretano. Y acaba de lanzar al mercado una línea de techos térmicos que se destacan por ser livianos y resistentes a temperaturas de más de 70 grados.
Comercializados a través de la firma CLASA, otras bondades exclusivas de estos techos es que no atraen bacterias ni roedores, son impermeables al agua y tienen estabilidad dimensional.
Los paneles T1000 poseen la capacidad de acondicionar los ambientes climáticamente, reduciendo hasta en un 30% los costos de energía. Son muy utilizados en techos de viviendas y para armar íntegramente los tan útiles galpones de jardín. No se rajan por movimientos del suelo, lo que los hace resistentes a superficies movedizas, pantanosas, arenosas e inundables.
Los paneles de CLASA contienen tres productos en uno: la primera capa es metálica y funciona como cubierta (vienen en modelos y colores distintos), la segunda se encarga de aislar y la tercera hace las veces de cielo raso.
Otras de sus características es su liviandad: pesan tan solo doce kilos por metro cuadrado y permite una capacidad estructural de tres metros sin apoyos intermedios.
Se pueden utilizar sobre una obra húmeda tradicional, es decir, sobre una casa construida con ladrillos y cemento, o sobre cualquier otro tipo de sistema.
Por otra parte, no necesitan de grandes cuidados de mantenimiento y los tiempos de armado son súper veloces: el techo se instala en un día y al siguiente se agregan las terminaciones.
Esta rapidez significa también un fuerte ahorro en mano de obra, por lo que elegir este tipo de techos es también una de las opciones más económicas a la hora de construir.
CLASA está en Colectora Oeste 1330, Ingeniero Maschwitz, donde los interesados podrán conocer todos los detalles sobre esta novedad, 100% escobarense.