Los servicios del ferrocarril Mitre que atraviesan Escobar y Maschwitz funcionan a cuentagotas, mientras que la renovación de las vías y la modernización de las estaciones quedó a medio terminar. ¿Otra promesa incumplida para siempre?

Por DAMIAN FERNANDEZ
dfernandez@dia32.com.ar

“Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual en una hora y media podremos estar en Japón o en cualquier parte del mundo y, por supuesto, más adelante en otro planeta, si se detecta vida”, anunciaba en 1996 el entonces presidente Carlos Saúl Menem. Aunque todavía siga despertando tanta gracia como crítica, aquella declaración del riojano estaba en franca sintonía con la literatura y cinematografía de esa época, que, entre otras cosas, presagiaba un siglo XXI signado por la robótica y los autos voladores. Ese futuro llegó hace rato, pero nada más lejos de la realidad, al menos por estos lares, donde ver pasar un medio de transporte tan primitivo y esencial como el ferrocarril se convirtió, paradojal y prácticamente, en cosa de ciencia ficción.

En 2011, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner lanzó el Programa Nacional de Recuperación Ferroviaria. En ese marco, una de las obras de mayor envergadura sería la renovación total de los 517 kilómetros de vía doble que comprenden el corredor Retiro-Rosario de la línea Mitre, con la consecuente reactivación del servicio, cuasi-desaparecido desde la privatización de los trenes en la década del ‘90.

La noticia despertó una gran expectativa en toda la comunidad local, ya que dicho ramal atraviesa las estaciones de Ingeniero Maschwitz y Escobar, las cuales también serían objeto de profundas mejoras, dejando atrás un largo período de abandono, al igual que los pasos a nivel de toda la traza.

El proyecto encabezado por la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF S.E.), dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación que conducía Florencio Randazzo, comenzó a ejecutarse en octubre de 2013 y representaría una inversión total de $2.512.334.802.

Según figura en el contrato, los trabajos, divididos en once tramos (Maschwitz-Otamendi es el segundo) y licitados a empresas privadas, demandarían 570 días corridos, por lo que se estrenarían en abril de 2015, aproximadamente. Sin embargo, un año después, la realidad es otra: las obras se encuentran paralizadas desde septiembre; se remozó únicamente la vía descendente y el corte de cintas sigue haciéndose esperar, al menos de la manera acordada.

Como si fuera poco, el ramal suburbano Villa Ballester-Zárate, que comparte rieles y también utilizan los vecinos de Maschwitz y Belén de Escobar, lejos de progresar, actualmente solo ofrece tres servicios diarios.

Para la foto

Pese a los incumplimientos, el histórico ramal interurbano Retiro-Rosario se reinauguró de forma oficial y a toda pompa el 1º de abril del año pasado. Claro que el servicio dirigido por la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE) dista bastante de ser el prometido. Hasta el momento, sólo ofrece un tren diario (ida y vuelta) a la flamante estación Rosario Sur -no llega a Rosario Norte- de los 104 servicios mensuales anunciados inicialmente.

Las nuevas formaciones chinas están preparadas para alcanzar los 160 km/h, pero el mal estado de la trocha sólo permite que circulen a un promedio de 60. Por ende, el viaje dura 6 horas y media en vez de las 3 horas y 50 minutos estipuladas; es decir, más que en un micro.

Semejantes desajustes no pasaron inadvertidos y las promesas volvieron a renovarse en plena campaña electoral. “La recepción definitiva de la doble vía del tren Rosario-Buenos Aires va a estar para mediados del año que viene con el servicio de unas cuatro horas, pero a principios de octubre ya se notarán las mejoras”, aseguraba el titular de ADIF S.E., Ariel Franetovich, en julio de 2015.

Está claro que lo último no sucedió y para lo primero habrá que esperar. Mientras tanto, sí se puede afirmar que la mayúscula obra se interrumpió casualmente luego de que Randazzo fuera descartado como precandidato presidencial del FPV para las primarias de agosto.

¿Esa decisión política fue el causal del parate? ¿El gobierno de Cambiemos dejará abandonada la obra o la retomará? ¿La renovación de las estaciones de Escobar y Maschwitz será una promesa eterna como el Hospital del Bicentenario de Garín y las 274 viviendas sociales de Savio? Muchas preguntas y pocas respuestas.

A medio terminar

En el marco del programa que hasta diciembre último venía ejecutando el Estado Nacional para rehabilitar y renovar la infraestructura ferroviaria, las maltrechas estaciones de Escobar e Ingeniero Maschwitz comenzaron a experimentar un proceso de reforma y modernización que, al igual que la vía ascendente del corredor Retiro-Rosario, aún no concluyó.

Entre las significativas y visibles mejoras, a cargo de la empresa contratista Centro Construcciones S.A., ambas paradas ya cuentan con andenes totalmente renovados, que incluyen solados nuevos con las condiciones adecuadas de borde reglamentario y preventivo, y también relucientes abrigos metálicos y mobiliario urbano.

Asimismo, se realizaron nuevos laberintos y rampas de acceso para personas discapacitadas; se construyeron las redes de infraestructura para el tendido eléctrico a través de cañeros subterráneos para el posterior montaje de iluminación LED en andenes y refugios; los viejos edificios fueron refaccionados y las estaciones ya tienen un cerramiento en todo su cuadro, con rejas de hierro de un lado y alambrado perimetral del otro.

Pese a que ya no se encuentran en el estado ruinoso de los últimos años, en ninguna de las dos estaciones se completaron los trabajos de remodelación. Los bancos, apoyos y cestos de residuos son por demás insuficientes. También falta colocar la señalética de información para el usuario en las cubiertas y andenes y construir las sendas peatonales para cruzar las vías. Esto último ya generó incidentes: varias personas mayores o con alguna dificultad motriz se han caído y golpeado contra las piedras.

¿El principio del fin?

La renovación total del corredor ferroviario Retiro-Rosario empezó a surcar el distrito en abril de 2014. Desde entonces, se pudo observar durante más tiempo que los dos meses pautados a hombres y máquinas realizando el cambio de rieles, la sustitución de durmientes de quebracho por hormigón armado y la colocación de piedras machacadas -balasto- a lo largo y ancho de las vías que comprenden el tramo de casi 46 kilómetros (i/v) Ingeniero Maschwitz-Otamendi.

Finalmente, a principios de 2015 y del corriente año, se arreglaron despacio pero eficazmente los destruidos pasos a nivel de Escobar y Maschwitz, que son, junto al sistema de señalización, seguridad y estaciones, la otra pata de la mentada obra.

No obstante, el segundo tramo no fue la excepción a la regla y a partir de septiembre no tuvo más avances generales, aunque en teoría, sus vías ya estarían renovadas por completo. Al menos, ese dato se desprende de un reciente comunicado publicado por la ADIF S.E., donde anuncia que se reactivarán las obras de renovación de los “94 kilómetros faltantes” (dos tramos: Zárate-Atucha; Alsina-Río Tala) para completar el trazado y “antes de 2017” ofrecer “más servicios y más rápidos” entre Retiro y Rosario.

“Estamos cumpliendo nuestro objetivo de hacer obras con los mejores estándares de calidad, promoviendo, junto con los trabajadores y el sector privado, un transporte moderno y seguro”, señaló el nuevo titular del organismo nacional, Guillermo Fiad, quien pareciera continuar la política de su antecesor.

El gobierno saliente no pudo cumplir su promesa y le pasó el fierro caliente a la nueva gestión. Ojalá que la obra se complete y que en Escobar el tren deje de parecer una ficción y se convierta, de una vez por todas, en una realidad tan útil como palpable. Estamos en el siglo XXI, cambiemos.

Hospital del Bicentenario: Promesa incumplida I

El Hospital del Bicentenario de Garín fue anunciado en 2008 y su construcción con fondos del PAMI comenzó en 2011, pero estuvo interrumpida durante un año y medio y se reactivó tenuemente en abril de 2015. Por entonces, el intendente Sandro Guzmán -recién regresado al kirchnerismo y todavía con intenciones de ser reelecto- recorrió la obra junto a funcionarios del Ministerio de Planificación Federal y a otros alcaldes de la provincia. La terminación del moderno sanatorio se convirtió con el tiempo en una especie de botín electoral. De hecho, el último avance significativo de la obra había sido a mediados de 2013, en plena campaña para los comicios legislativos. Actualmente, la construcción del edificio está en un 90% y «el equipamiento ya fue comprado por el Ministerio de Salud de la provincia», según afirmó días atrás el intendente Ariel Sujarchuk. No obstante, todavía falta una inversión similar para dotar al lugar de la infraestructura sanitaria y energética imprescindible, así como la designación del personal profesional y no profesional. Pasaron ocho años ya desde el anuncio. ¿Cuántos más tendrán que pasar para que el hospital sea una realidad?

Viviendas sociales: Promesa incumplida II

En noviembre de 2010 se inició la construcción del plan de 274 viviendas sociales en el barrio Amancay de Maquinista Savio. Las mismas tendrían una superficie de 48 metros cuadrados, dos dormitorios, un baño y un ambiente que es living, cocina y comedor a la vez, y podrían albergar hasta 4 personas. Un 10% del total de las casas, costeadas con fondos de la ANSES y erigidas en el denominado “Barrio de la Memoria, la Verdad y la Justicia”, serían asignadas a ex combatientes de Malvinas y un 5% a personas con discapacidades motrices. En mayo de 2013, el Municipio realizó una segunda y última preinscripción de interesados y se anunció que las construcciones estarían terminadas para 2014. Sin embargo, seis años después de su primer ladrillo, las viviendas siguen por la mitad, semiocultas entre pastizales, y con serios riesgos de ser usurpadas.

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