Objeto de películas, libros y series, una píldora que combina ingredientes naturales y químicos es la última sensación de la medicina. Promete elevar al 100% la capacidad cerebral de quien la tome.

Por ALEJO PORJOLOVSKY
aporjolovsky@dia32.com.ar

Pasar de ser un escritor frustrado y sin inspiración a un exitoso hombre de negocios y fuerte candidato a una banca en el Senado, en menos de lo que canta un gallo. Este repentino cambio es el que experimenta el personaje de Bradley Cooper en la película Sin Límites, una ficción que tiene un punto en común con la realidad: la píldora Adderum.

Esta pastilla llegó al mundo como la solución a casi todos los problemas. ¿Falta de concentración? ¿Poca creatividad? Un simple comprimido permite utilizar el 100% de la capacidad cerebral -habitualmente solo se usa el 20- y sortear todos los obstáculos que traben a la mente humana en su camino al progreso.

En una sociedad tan consumista, este argumento pareciera ser el ideal para ponerle fin a las imposiciones que presenta la vida cotidiana. No hace falta esforzarse ni tratar de lograr algo por propia cuenta: tomando Synapsyl -su nombre comercial- todo estará más que en orden.

Conocida popularmente como “el viagra de la mente”, esta droga es un psicoestimulante potenciador cognitivo que contiene una mezcla de ingredientes naturales, como el Ginkgo biloba y la acetilcarnitina, y otros químicos, como la vinpocetina. Mezclados, producen una revolución cerebral que, hasta el momento, no ha generado efectos secundarios.

Leer libros en un suspiro, aprender varios idiomas rápidamente o tocar el piano con facilidad son algunas de las habilidades que confiere la pastilla, ideal para perfeccionistas. Solo basta tomar una al día y las posibilidades son ilimitadas.

En el film, basado en el libro The Dark Fields, de Alan Glynn, el protagonista encarnado por Cooper prácticamente pasa de ser un engendro a un dandy con todas las luces y los sentidos en alerta constante. “Todo se unía en mí lóbulo frontal y se mezclaba en un coctel chispeante de información útil”, manifiesta enfáticamente el personaje.

Puede ser que el largometraje exagere los efectos de estos comprimidos, pero en la vida real su aparición es cada vez más tenida en cuenta y el rally por la pantalla grande triplicó las ventas de manera súbita. Su creación vino a suplir al Aderall, otro potenciador similar que tuvo algunos efectos secundarios y quedó fuera de competencia ante su sucesor.

Aumentar la capacidad cerebral, agudizar la mente y potenciar la energía son las tres premisas que promete el Adderum en su web oficial. Allí, un frasco con 60 comprimidos se puede conseguir por 44 dólares.

Pese a estar tres años fuera del mercado por sospechas sobre su composición, los investigadores no pudieron comprobar nada. Los fabricantes ganaron la pulseada y el medicamento, desde entonces, volvió a las farmacias.

Los flashes hollywoodenses, la prensa y los testimonios pintan todo de rosa, pero aún las cosas no están tan claras. La sola razón de tomar una pastilla todos los días para mejorar el rendimiento cerebral suena insalubre. Si bien los análisis no han detectado resultados adversos en los pacientes, la posibilidad de que se generen adicciones es una alarma a considerar.

Como sea, aquellos que quieran comprobar cuánto hay de mito y de verdad en esta nueva medicina podrán sacar sus propias conclusiones comprando un frasco de Adderum. Eso sí, para los caballeros rige una advertencia: por más que consuman cinco píldoras al día, los estudios no aseguran que se obtenga la pinta de Bradley Cooper.

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