Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar
Es usual, por no decir inexorable, que en la última sesión de cada año el Concejo Deliberante despache, muchas veces con los ojos cerrados y a las apuradas, expedientes que no pueden darse el lujo de permanecer cajoneados durante los tres meses del receso legislativo. Por lo general, se trata de asuntos urgentes, cuando no también vidriosos, que requieren una determinación inmediata, impostergable.
Un ejemplo de esto ocurrió el 29 de diciembre último, cuando se aprobó -por mayoría- un proyecto de ordenanza enviado por Sandro Guzmán que destrabó un serio problema que tenían los emprendimientos inmobiliarios del autodenominado “Nuevo Escobar” para comercializar y habilitar sus lotes.
Polémica al margen, entre la pila de expedientes tratados en esa sesión también se dio luz verde a un proyecto de ordenanza del Frente Renovador que impulsa la implementación de un nuevo Sistema de Estacionamiento Medido y Arancelado (SEMA).
La iniciativa apunta en dos direcciones: por un lado, agilizar la rotación vehicular y ampliar la disponibilidad de los espacios para estacionar; por el otro, generar un instrumento que permita nuevos ingresos a las arcas municipales. En este caso, con la promesa de destinarlos a ornamentación, iluminación y mejoras en las áreas comprendidas por el SEMA.
¿En cuánto tiempo se hará efectiva esta medida? Si bien el interés del oficialismo en aprobar el proyecto antes del receso hizo suponer que se trataba de algo “cocinado”, lo cierto es que a la fecha prácticamente no hubo ningún avance del Ejecutivo en la cuestión. No obstante, la iniciativa no tardó en despertar controversias.
Aspectos principales
La flamante ordenanza establece que el cobro de estacionamiento se realice en dos de las cinco localidades del distrito: Belén de Escobar y Garín, sobre un radio céntrico que abarca alrededor de 110 manzanas.
Actualmente quedan en la cabecera de distrito un puñado de destajistas municipales que les cobran a los automovilistas entregándoles un recibo oficial. Este sistema fue implementado por Luis Patti a fines de los ‘90, pero su estructura está casi extinta y solo se limita a unas pocas cuadras del centro de Belén.
El nuevo sistema reemplazará a los hombres de guardapolvo verde por elementos tecnológicos: parquímetros digitales instalados en la vía pública, tarjetas de crédito prepago, teléfonos celulares e internet. Si bien este ítem no está expresamente detallado en la ordenanza, es así como operan todos los estacionamientos inteligentes conocidos en la zona, léase Pilar, Campana, Zárate, Tigre y San Isidro.
La mayoría de las comunas tercerizan esta tarea a empresas que se encargan absolutamente de todo a cambio de una comisión -generalmente del orden del 20%- por la explotación del negocio. Pero en el caso de Escobar el SEMA será de gestión municipal, lo que implica un mayor nivel de ingresos para el Estado y también responsabilidades mucho mayores.
Según dicta la ordenanza, el Ejecutivo podrá “subscribir un convenio específico con las universidades nacionales e instituciones privadas, quienes realizarán la tarea de soporte técnico ante eventuales incidentes y proveerán la licencia del uso para la implementación del servicio”.
En tanto, el control del uso y pago de estacionamiento estará a cargo de un cuerpo de cincuenta inspectores municipales, quienes revistarán bajo la órbita de un director y un subdirector del SEMA.
Por su parte, los comercios podrán adherirse al sistema a través de un convenio con el Municipio para vender crédito, realizar cargas virtuales o cobrar infracciones y pagos voluntarios de actas contravencionales.
En una primera etapa, el SEMA abarcará en Belén de Escobar el radio comprendido por la avenida 25 de Mayo, las calles César Díaz y Gelves y la Colectora Este; en tanto que en Garín afectará al circuito que va desde la Colectora Oeste al boulevard, entre las calles 2 de Abril y Alvear.
La tarifa inicial sería de $5 por media hora y $8 por hora. También se ofrecería un abono mensual de $420.
La estadía de los autos en el espacio público será arancelada de lunes a viernes de 8 a 20 y los sábados de 9 a 14. Se considerarán tolerancias de hasta 10 minutos para distintos casos y posibles excepciones los días festivos y feriados. También se creará un registro de frentistas con garage, a quienes se les exceptuará el pago de un vehículo en la cuadra en que se encuentre su vivienda.
Los ingresos que se generen por este mecanismo serán asignados a la reparación, ornamentación y embellecimiento del área de estacionamiento medido y obras civiles complementarias en los centros urbanos, así como a gastos generales por la aplicación y el mantenimiento del sistema de estacionamiento medido.
Debate en las bancas
El expediente por el cual se tramitó la ordenanza del SEMA arrojó una votación dividida: 14 concejales a favor y 7 en desacuerdo. Palabras más, palabras menos, las críticas coincidieron en que la medida se debería enmarcar en un Plan Maestro del Tránsito y el Estacionamiento.
“El tránsito en el partido de Escobar es un problema grave y a resolver. Creemos que el tema del estacionamiento medido tiene que ser resuelto en el marco de todo un estudio serio, responsable, que el distrito está necesitando”, planteó el concejal macrista Miguel Jobe.
En la misma sintonía, otra voz adversa al proyecto del SEMA fue la de María Rosa Pereyra (FPV), quien consideró que “para normalizar el tránsito en Escobar deben tomarse otras medidas”. Y sentenció: “Esto es un nuevo ingreso, como si fuera una nueva tasa”.
Con una mirada diferente, la presidenta del bloque kirchnerista, Claudia D’Ortona, decidió acompañar la propuesta y discrepó en que se esté poniendo el carro delante del caballo. “Lo que se está haciendo es una adecuación de algo que ya está implementado. En los centros de las localidades se cobra estacionamiento y por un valor que no llega a pasar ni cerca de los que se cobran en una playa privada”, señaló.
“Celebro que no sea una licitación privada sino que los bienes y los frutos de ese cobro vuelvan a la gente de alguna manera, para mejorar las veredas, las calles y que se pueda implementar también en los barrios donde no se cobre estacionamiento”, amplió D’Ortona, a tono con la postura del massismo.
Por su parte, el autor del proyecto afirmó que el intendente está de acuerdo con la propuesta del estacionamiento medido, aunque no supo precisar cuándo se implementaría. “A Sandro la idea le pareció buena y nos dijo que vayamos avanzando. La intención es tecnologizar lo que ya está, adaptarlo al tiempo que vivimos y que esto sea una herramienta más para ir ordenando el tránsito”, explicó Maldonado.
Partes difíciles
Cuándo comenzará a implementarse el SEMA es una verdadera incógnita. Pero, al paso que viene, parece estar claro que no ocurrirá enseguida. Es que poner en marcha un sistema de estas características implica una larga serie de pasos y un procedimiento que exige un salto tecnológico a nivel municipal.
Funcionarios del Ejecutivo consultados por DIA 32 reconocieron que son muchas las cuestiones a considerar. Por ejemplo, que en cada cuadra haya como mínimo un comercio donde los vecinos puedan comprar crédito. Por eso, una posibilidad que se evaluaría es achicar las áreas de estacionamiento medido, ya que los sectores delimitados en la ordenanza abarcan calles de nula actividad comercial.
Otro no menor detalle es que los sistemas actuales de estacionamiento inteligente requieren de un servicio online donde los automovilistas puedan registrarse y pagar por el aparcamiento. Un simple vistazo por el -prácticamente inexistente- sitio web del Municipio deja a las claras que para viabilizar este servicio habrá un largo camino por desandar en el terreno de la informática.
Para más, la puesta a punto de un sistema de esta complejidad generalmente está acompañada de errores, aprendizajes y un malestar, al menos inicial, de los usuarios. Y eso, en un año electoral, es un dato crucial. Mal podría el Municipio invertir esfuerzos en una acción que derive en contraproducente y le implique un costo político.
De eso hay plena conciencia en el Ejecutivo. “Sandro lo sabe y de algo estoy seguro: si se avanza con esto, el SEMA comenzará a funcionar cuando estén todas las condiciones perfectamente dadas. No antes”, aseveró un funcionario cercano al intendente.
Por ahora, la ordenanza aprobada no es más que un mero marco, muy genérico, que deja la pelota en el terreno del Ejecutivo. Quizás Guzmán decida que lo más conveniente sea enfriar el juego y no arriesgar hasta que pasen las elecciones. Los parquímetros, en todo caso, pueden esperar. Los votos, no.
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Escraches en Facebook
Que el estacionamiento vehicular en el partido de Escobar está colapsado, al menos en los cascos céntricos de sus principales localidades, no es ninguna novedad. Tampoco lo es el hecho de que esta situación ha dado origen a una camada cada vez más numerosa de automovilistas desaprensivos, que estacionan sus coches cómo y dónde quieren, con descarado desapego a las normas.
Prácticamente no hay cuadra donde, a cualquier hora del día, pueda detectarse una flagrante y burda infracción. Incluso a la vista de los inspectores de tránsito, que a veces da la sensación de que tuvieran la orden de hacer la vista gorda al desparpajo de autos subidos a las veredas o bien parados delante de rampas para sillas de ruedas, entradas de garages y cordones recién pintados de amarillo.
Si todas estas inconductas, ya tan crónicas, fueran debidamente multadas, Escobar sería un municipio rico.
Por lo pronto, los vecinos indignados por este tipo de cosas crearon una página en Facebook donde “mandar al frente” con datos y fotos a los infractores, algo que en otros municipios es tomado como fuente formal de denuncias pero que en Escobar, por ahora, solo sirve para hacer catarsis.
“En Escobar se maneja como el orto!” es el nombre del grupo creado hace unos meses en la red social de Mark Zuckerberg, que cuenta con más de 600 miembros y actualizaciones permanentes.