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Transportar mercancías en barcos que recorren ríos a través de todo el mundo es una de las formas más viables de comercio que existen. No requiere de inversiones en rutas capaces de soportar el paso de camiones excedidos en peso ni de obras de vías férreas para trenes de carga o de aviones gigantes que ni siquiera soportan tanta carga como un navío de ultramar.
Los países que cuentan con importantes vías fluviales son privilegiados para exportar lo que producen o importar lo que necesitan. Argentina es uno de ellos, ya que es parte de la gran vía navegable que se extiende a través de los ríos Paraguay y Paraná, uno de los mayores sistemas navegables del mundo: recorre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Esta hidrovía tiene una extensión de 3.442 kilómetros, que van desde Puerto Cáceres, en Mato Grosso do Sul, Brasil, hasta el puerto de Nueva Palmira, en Uruguay. Un sistema de navegación que tiene como punto final, y de partida, el Océano Atlántico.
Escobar tiene la ventaja geográfica de pertenecer a ese trayecto, con la presencia del Paraná de las Palmas en su territorio. Por eso, durante su paso por el Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable en el gobierno de Alberto Fernández, el intendente Ariel Sujarchuk empezó a motorizar la idea de desarrollar un puerto de aguas profundas a orillas del río.
A fines de 2024, cuando nadie lo esperaba, se anunció la construcción de la Terminal Marítima Escobar (TME), que posicionará a Escobar como un nuevo epicentro logístico y ayudará a reforzar la capacidad exportadora de Argentina. El proyecto incluye un muelle multipropósito y otro especialmente diseñado para la exportación de commodities. Además, se construirán 18 kilómetros de autopista que unirán el río Paraná con la Panamericana.
El anuncio fue realizado el jueves 26 por el portavoz presidencial, Manuel Adorni. En una de sus habituales conferencias matutinas, el funcionario informó que la iniciativa se enmarca en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). “Se trata de una idea pensada hace años pero que fue posible ahora, gracias al RIGI y a la buena salud macroeconómica de la que goza la República Argentina”, sostuvo.
🎙️ Manuel Adorni habló sobre la construcción de la Terminal Marítima Escobar
— El Día de Escobar (@eldiadeescobar) December 28, 2024
El vocero presidencial se refirió al proyecto para crear un puerto de contenedores y otro de commodities en el Paraná de las Palmas. “Esto es posible gracias al RIGI”, afirmó. https://t.co/twF4ke8Tor pic.twitter.com/5D1kAxvY3Y
Un proyecto faraónico
El ambicioso plan prevé construir una terminal multipropósito en el kilómetro 77 del Paraná de las Palmas, con un muelle de 375 metros de longitud, ampliable a 1.000. Se calcula que la profundidad del río en ese sitio es de 17 metros. Según lo que se pudo saber, contará con una escalabilidad de hasta 4 grúas pórtico, que son las que sirven para trasladar contenedores de mucho peso.
El segundo muelle, que se destinará de la exportación de commodities como granos, combustibles, minerales y productos industrializados, se ubicará en el kilómetro 70 y su extensión será de 240 metros. El puerto granelero tendrá 6 silos con capacidad para 90.000 toneladas y 6 cintas transportadoras. A esa misma altura está el puerto regasificador, que funciona desde mediados de 2011. Sin embargo, un video difundido por TME lo ubica a la derecha del muelle de la costanera, cerca del arroyo El Correntino.
Por su parte, la futura circunvalación tendrá 18 kilómetros y unirá ambos muelles con la Panamericana a la altura del parque industrial de Loma Verde. Como efecto secundario, esta obra aliviaría el tránsito pesado en la zona urbana de Belén de Escobar -particularmente de camiones de ganado- y permitiría accesos estratégicos a los barrios residenciales cercanos con salidas y accesos a lo largo del trayecto.
En su fase inicial, el complejo ocupará 32 hectáreas ampliables a más de 80, utilizará tecnología avanzada en inteligencia artificial y energías renovables para aminorar el impacto ambiental. Además, destinará un espacio exclusivo a las operaciones de Prefectura Naval Argentina para garantizar la seguridad.
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“Está todo dado para que se dé”, expresó Sujarchuk en una conferencia de prensa que dio el lunes 30 de diciembre junto a Montalván. Además, consideró que la concreción de este proyecto representará “va a modificar de manera sustancial la matriz económica y productiva de Escobar, a muy largo plazo”.
Por su parte, el titular de TME dijo que la creación de estos puertos no aumentará el tránsito de embarcaciones sobre la vía navegable del Paraná. “Los barcos ya están, la diferencia es que actualmente pasan y siguen de largo y en el futuro se detendrían en Escobar”.
Además, el empresario comparó el desarrollo portuario que tendría Escobar con el existente en el estado norteamericano de Misisipi, aunque con una escala menor. A su vez, dijo que la etapa administrativa previa al inicio de las obras podría demandar cerca de un año y medio, incluyendo el llamado a licitación internacional.
Números impactantes
La empresa Terminal Marítima Escobar S.A. será la que lleve adelante el proyecto, que demandará una inversión estimada de 600 millones de dólares. TME está encabezada por Alfredo Montalván, quien es titular de la firma Transportes Montalván.
Esta empresa se dedica al transporte terrestre, la construcción y la logística. Tiene un centro de distribución de 40.000 m2 en Isidro Casanova y otros dos en Garín: una plataforma logística de 41.500m2 y una nave de 6.000 m2, desde donde se mueven y depositan cargas nacionales e internacionales.
En cuanto al rubro de construcción, se encargan de levantar grandes edificios, depósitos y oficinas, realizar movimientos de suelo, montaje de estructuras y obras de pavimentación. De hecho, la empresa asfaltó 200 metros de la calle Santiago del Estero, en Garín, donde tiene su sede.
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Según TME, la obra generará tres mil puestos de trabajo: 1.500 para la construcción de caminos y estructuras portuarias y otros tantos especializados. Se prevé que el transporte, la logística, el alojamiento y el abastecimiento de diferentes tipos de insumos se vean beneficiados con este movimiento.
La obra también contempla la incorporación de servicios ferroviarios junto a las instalaciones, áreas para el almacenamiento de vehículos, depósitos de frío y, posiblemente, un frigorífico Ciclo 3, que podría implicar la relocalización de la planta FRIMSA, ubicada en el barrio El Matadero de Belén de Escobar.
Competidores directos
La ubicación de este nuevo puerto lo posicionaría como una alternativa competitiva frente a otras terminales, como San Nicolás, San Pedro y Rosario, pero sobre todo ante las de Zárate y Campana, que están a pocos kilómetros de diferencia náutica y terrestre.
Campana tiene tres terminales multipropósito operadas por el holding de los Swier (Grupo Euroamérica). Cuenta con dos centros logísticos, acceso ferroviario, depósitos fiscales y una flota de camiones propios, junto con un management ejecutivo encabezado por ex líderes de Maersk y Bactssa.
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Euroamérica suma entre sus tres terminales 785 metros lineales de muelle sobre el Paraná de las Palmas. Y reparte su infraestructura en la atención de cargas, cargas refrigeradas, productos siderúrgicos, granos, químicos, productos forestales, carga RO-RO y contenedores.
Un poco más al norte se ubica Terminal Zárate, del Grupo Murchison. Es la mayor terminal portuaria de automóviles del país y la primera dedicada de América Latina. Tiene un frente de río de 1000 metros y cuenta con un muelle operativo de 480 metros, dos sitios de atraque para buques de carga rodante, un área portuaria de 1,45 millón de m2 y 40 mil m2 para playa de camiones, y desvío ferroviario con zona de maniobras.
La terminal portuaria de Escobar contaría con la ventaja de tener aguas más profundas que Zárate y Campana, lo que permitirá operar con mayor carga, ya que las bajantes provocadas por el fenómeno meteorológico de La Niña se ven menos afectadas en esta zona. “Los accesos náuticos están en un tramo del río que recibe la influencia de la marea semidiurna del Río de la Plata, lo que evita los problemas de sequía río arriba”, aseguran desde la empresa constructora.
La megaobra se financiará íntegramente con capital privado. Hay versiones que aseguran que el proyecto ya se encuentra en etapa de selección de operadores portuarios y logísticos, mientras que entre los interesados habría importantes inversores y compañías constructoras, tanto locales como internacionales.
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Impacto ambiental
Según lo que se anunció, el Municipio de Escobar aprobó el estudio de prefactibilidad presentado por TME S.A., mientras que la Universidad de Buenos Aires (UBA) elaboró un informe de impacto ambiental que será evaluado por autoridades de la Provincia de Buenos Aires.
En proyectos de estas magnitudes el tema ecológico no es menor, ya que indefectiblemente los ecosistemas acuáticos se ven afectados, se provocan cambios en la hidrología, se pierden humedales, biodiversidad y se deteriora la calidad de agua.
Los puertos son fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contaminación atmosférica, condición que perjudica no sólo al medio ambiente, sino también a las comunidades aledañas.
Los buques emiten óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM), que pueden afectar la salud humana debido al deterioro de la calidad del aire. Las aguas de sentina, las aguas de lastre, los residuos oleosos, las aguas residuales, la basura y otros residuos del buque pueden contaminar los ríos. Así como también los vertidos de aceites, lubricantes, combustibles y otros líquidos oleosos.
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Por otra parte, los contenedores marítimos y sus cargas pueden actuar como vectores de plagas invasoras. Si se introducen en nuevas zonas a través de las vías del comercio internacional, estas plagas invasoras dañan las plantas, amenazan la agricultura y contribuyen a la inseguridad alimentaria. Asuntos que tendrán que atenderse antes de implementar su funcionamiento.
Queda claro que la iniciativa es más que interesante y que fortalecería a Escobar económicamente, dando lugar a la concreción de grandes negocios. Pero por el momento el proyecto está verde, en plena etapa de maduración y queda un largo recorrido por delante hasta hacerlo realidad.