En el partido de Escobar hay varias historias sin fin. Una de ellas es la del denominado “Barrio de la Memoria, Verdad y Justicia” de Maquinista Savio. Sus 274 viviendas sociales fueron anunciadas en 2009 -a raíz de uno de los tantos convenios firmados entre el entonces intendente Sandro Guzmán y el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido-, comenzaron a construirse en noviembre de 2010 y se paralizaron a la mitad de su ejecución, a fines de 2013. Desde entonces no hubo más avances ni novedades y el complejo habitacional se convirtió en otra obra abandonada. Hasta ahora.
Tras casi cinco años de olvido, la iniciativa resurgió de la mano de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que logró un nuevo acuerdo para que el gobierno nacional aporte los fondos necesarios para terminar el proyecto.
En una primera etapa se finalizará la construcción de 122 unidades, poco menos de la mitad de las previstas originalmente. Pero, si todo sale bien, está la posibilidad de que más adelante se completen las restantes.
“Lo que antes era un monumento al fracaso, hoy es una semilla de esperanza”, expresó el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien el miércoles 7 encabezó un acto en el que se anunció la reactivación de las obras.
El predio consta de dos parcelas, ubicadas sobre la calle El Ceibo, en el fondo del barrio Amancay. En agosto de 2010 fueron cedidas al Instituto de la Vivienda, por entonces encargado de fiscalizar los fondos de la ANSES que la Provincia giraba al Municipio.
“Nos genera mucha alegría transformar todo este terreno casi abandonado en hogares para nuestros compañeros y es una satisfacción saber que podemos lograr la integración de un barrio y hacer algo tan necesario para la comunidad”, manifestó el dirigente social, integrante de la CTEP. “Ahora está en nosotros demostrar que somos capaces de organizarnos para ayudar a muchos compañeros a salir de la difícil situación en la que se encuentran”, concluyó.
Por su parte, el intendente Ariel Sujarchuk hizo referencia a la intervención de la CTEP para reflotar una iniciativa que parecía estar condenada al olvido. “Hace más de un año Emilio se encargó de gestionar el proyecto ante los organismos nacionales y provinciales. Luego se acercó a contarme la idea a la Municipalidad y nosotros le brindamos todo nuestro apoyo, ya sea en la gestión de la infraestructura como en la logística general”, señaló el jefe comunal.
Las obras se desarrollarán a lo largo de 12 meses y se informó que darán trabajo a unas 130 personas que integran la Cooperativa La Patriada. Las viviendas tendrán una superficie de 48 metros cuadrados, dos dormitorios, un baño y un ambiente que es living, cocina y comedor a la vez, y podrán vivir, en condiciones aceptables, hasta cuatro personas.
Se estima que cada casa tendrá un valor de unos 700 mil pesos -en 2013 su precio iba a ser de $115.500-, pero todavía no está definido el proceso de adjudicación ni la forma de pago. En principio, se tomaría en cuenta a las 1.500 familias que en 2013 se preinscribieron en la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio, aunque hay muchos aspectos a resolver.
Por lo pronto, lo cierto es que el proyecto salió del olvido y se reactivó la esperanza de que concluya con final feliz.