Fabiana Vallejos (28) vive en Garín. Enfrente de su casa está el polideportivo del barrio Los Tulipanes, donde empezó a pegarle a la pelota cuando apenas tenía 7 años. Su padre era el entrenador de los varones y le faltaba un integrante para completar los equipos de su categoría. “¿Te animás a jugar, Fabi?” le preguntó a su hija, quien no dudó y entró a la cancha sin ningún tipo de vergüenza. A partir de ese momento su vida estuvo ligada siempre al fútbol, un deporte que le dio infinitas satisfacciones.
Tiempo después en Los Tulipanes empezó a funcionar una escuela de fútbol femenino y la novedad de los Torneos Bonaerenses motivó a las chicas del barrio a tener su propio team, que en 1999, con Enrique Flores como DT, logró el pasaporte a las finales de Mar del Plata. “Ahí empezó el furor. Salimos terceras, después ganamos dos medallas de oro seguidas y otra más en el último año de nuestra categoría, fue muy lindo”, recuerda Vallejos en charla con DIA 32 sobre sus primeras mieles en certámenes importantes, cuando su deporte empezaba a ser mucho más reconocido y aceptado.
Sus buenas actuaciones hicieron que los dos principales clubes del país se fijaran en ella. “Cuando cumplí 14 años me ficharon en River y jugué hasta los 21. Pero por problemas con el DT me fui a Boca y gané tres títulos”. Después cruzó la cordillera de los Andes para jugar en el Everton, donde ganó la Copa Chile y el torneo local, y estuvo otro año en Cobreloa. Finalmente, en 2012 volvió a River, el club de sus amores.
Con la celeste y blanca
La carrera de Fabiana como integrante de la Selección también está colmada de éxitos. Su título más preciado fue la reciente medalla de oro en los Juegos Odesur de Chile, pero también supo ganar otras cosas: en los Juegos Sudamericanos 2006 Argentina le ganó la final a Brasil y clasificó a los Juegos Olímpicos de Beijing, donde perdió ante potencias mundiales. “Esa fue la competencia más importante en la que estuve, fue increíble”, confiesa.
Si para un futbolista el gran sueño es jugar un Mundial, Vallejos ese anhelo lo vivió por triplicado: Estados Unidos 2003, China 2007 y Alemania 2011 fueron las copas que jugó con la camiseta albiceleste. Y el año próximo tendrá otra chance en Canadá, si Argentina clasifica en el Sudamericano que se hará en septiembre en Ecuador.
No solo es la jugadora más experimentada del seleccionado femenino sino que el DT Luis Nicossia la nombró capitana y la ubicó como volante central, donde se destaca por su claridad y buen pie. “Es un sueño para mí y un orgullo muy grande llevar la cinta, a veces hay que retar un poco a las más chicas, pero es bueno para ellas”, explica la garinense, quien reconoce estar en su mejor momento como futbolista.
Hace rato que el fútbol entre mujeres venció por goleada a los prejuicios y la actividad hoy está en pleno crecimiento. “Ahora hay más libertad, los padres ya no miran a este deporte de costado. Antes no te dejaban jugar porque era para varones, pero gracias a Dios nosotras cambiamos esa mentalidad. Yo no nací diciendo ‘quiero jugar al fútbol’, se dio. Podés cambiar de deporte, sí, pero ya nacés así”, sostiene Vallejos, crack adentro y afuera de la cancha.