Por MARTIN POZZO
Director de revista La Negra
Alejandro Martínez (guitarra y coros), Gustavo Jonquera (bajo y voz) y Sebastián Escalante (batería) son el trío que forma 1619, banda surgida en 2004 en la localidad de Garín y a cuyo código postal debe su nombre.
“Teníamos la necesidad de expresar y de sentir una música que no veníamos reflejada en otras bandas. O sea, me gustaban muchas de diferentes estilos, pero ninguna reflejaba lo que queríamos tocar nosotros”, explica Alejandro.
“Lo nuestro es rock pesado con diferentes tipos de influencias al haber escuchado diferentes estilos que van del hardcore, pasando por el punk, hasta el metal. La onda no era copiar a una banda famosa sino crear nuestro propio ruido. Es una mezcla de nuestras tres cabezas. Con respecto a las influencias, entran hasta Vilma Palma (risas) y los Rolling Stones (más risas), todos tenemos un muerto en el placard. ¿O vos no escuchaste algo que ahora querés olvidar?”, acusa el guitarrista.
Provocadores, ácidos e irónicos, arremeten desde sus letras con la cruda realidad que muchas veces deben afrontar. “Por lo general, hablamos de temas sociales pero también tenemos algunas más personales, de nuestras retorcidas cabecitas. Tampoco queremos que sean todas del mismo estilo, nos aburriríamos”, asiente Gustavo.
Las consecuencias post Cromañón en cuanto a las posibilidades de tocar en vivo parece que a la agrupación no le generan limitaciones. “La escena la hace cada banda, nosotros tenemos bastantes fechas. En Escobar te cobran fortunas para tocar, hay que salir a otros lugares. Hay que buscarlos. Un ejemplo son los Motoencuentros, por lo general fechas buenísimas. Nosotros fuimos a Entre Ríos, Córdoba y hasta a Tierra del Fuego al ‘Motoencuentro del fin del mundo’”, repasa Sebastián.
“Tocamos con casi todos los grupos de Escobar y de todos los estilos. El pensamiento de la banda es: donde nos dejen enchufar y podamos hacer ruido un rato, ahí estaremos; no importa cuál sea tu onda. También hemos tocado en lugares de la avenida Corrientes, la avenida Rivadavia, en San Andrés de Giles, Moreno, Campana, etcétera. En mejores y peores escenarios, y nosotros en mejores y peores condiciones (risas)”, rememora el baterista.
En enero de 2005 editaron su primer CD, titulado 1619. Y en marzo de este año lanzaron su segundo disco bajo el nombre Primitivo. Así lo presenta Alejandro: “Es el sonido 2011 de 1619. La tapa representa estos tiempos del siglo XXI, donde todo sigue igual. Guerras, hambre, torturas, todo tan primitivo. Tiene que ver también cómo fue hecho el demo, tan primitivo”.
Con respecto al futuro en el mundo del pentagrama es Gustavo quien sacude con una honestidad brutal: “Con la música, lo único que queremos lograr es tocar. Alrededor del recital se encuentra todo lo que buscamos, todo lo que venga después es de yapa. Mentiría si digo que no quiero tocar en Obras, pero estamos jugando en la B y estamos felices”.
En alusión a su nombre, Alejandro y el resto coinciden en que es el acertado. “El nombre lo elegimos porque identifica a la cuidad de Garín, de donde somos. Identifica a la banda y a cada uno que viva en Garín, casi todos conocen el código postal de su ciudad”. Evidentemente, estos muchachos no fueron succionados por la globalización. Menos mal.