Tiene el chasis y el motor de una camioneta Dodge 200, pero no se usa para transportar materiales, muebles ni otros elementos inertes, como marca su historia, sino a personas con ganas de divertirse. Se trata de El Tren de la Alegría, el pintoresco carromato que hace dos años hizo su aparición en Belén de Escobar y cuyos servicios son cada vez más requeridos por chicos y grandes.
El Hombre Araña, los Minions y célebres estrellas de Disney como Mickey y Minnie Mouse son algunos de los personajes que acompañan al pintoresco vehículo, propiedad de Oscar Krusic (59), que también ofrece una iluminación de lujo y música para todos los gustos. Otrora empresario de la noche, tras cambiar de rubro y casi por obra del destino, decidió traer a las calles escobarenses el célebre trencito de la Costa Atlántica.
Hace tiempo que Krusic se dedica al transporte de chicos discapacitados. Pero como la actividad no es demasiado estable, empezó a evaluar nuevas ideas para reforzar sus ingresos. “Estuve buscando en Internet y encontré que el trencito estaba en venta. Lo habían sacado de Mar del Plata y estaban trabajándolo en La Matanza. Fui a verlo, arreglamos con el dueño y me lo traje”, le cuenta a DIA 32. Así, sin nada de experiencia, se transformó en el chofer del primer coche de este tipo en la historia de Escobar. Y no le fue nada mal.
“La gente lo pide mucho, más en esta época, principalmente por tres motivos. Primero por la novedad, segundo porque no hay otro y tercero porque muchos chicos no saben lo que es un trencito paseando por la Costa y lo tienen acá”, explica Krusic. Si bien la idea en el país surgió a principios de los ‘80 como una propuesta exclusivamente infantil y familiar, los servicios fueron cambiando a la par de los nuevos tiempos.
A los cumpleaños de chicos y salidas de alumnos, ahora se sumaron múltiples opciones, desde fiestas de egresados de escuelas secundarias hasta despedidas de solteros. “Contratamos strippers que trabajan en el Golden y son profesionales cien por ciento. Por eso tenemos los caños en el medio”, señala el emprendedor escobarense. Los paseos en el Tren de la Alegría duran entre 45 y 60 minutos y cuestan alrededor de $1.500.
Igual, no todo lo que brilla es oro. Aunque hay mucha demanda, mover tamaño rodado implica una gran inversión de dinero. “Hay que mantenerle el motor, las luces Led, el equipo de audio y ponerle $500 de gasoil cada vez que lo saco. Todo es plata”. Además, el vehículo, que tiene “la VTV y todos los sistemas de seguridad habidos y por haber”, asegura Krusic, debe abonar patente y seguro como cualquier automotor.
Krusic bromea al decir que se siente famoso porque “todo el mundo le saca fotos” a su trencito, pero lo cierto es que su proyecto es hacer que todos lo conozcan y suban a dar una vuelta.
“Quiero que el Municipio me habilite una parada en la plaza San Martín o en la de las Américas para pasear a los chicos de Escobar. Y también que me dé autorización para poder trabajar en las plazas de Savio y Garín”, explica el mentor de la fiesta sobre ruedas. Y concluye: “El que sube no se olvida más del trencito, te lo aseguro”. Será cuestión de sacar boleto y comprobarlo.