Al borde de la asfixia financiera por el retiro del subsidio anual del Ministerio de Turismo de la Nación, pero con un absoluto apoyo municipal, la 54º Fiesta de la Flor se despidió hasta 2018 con un final lleno de emociones y una grata sorpresa para los organizadores.
Uno de los momentos más esperados de la exposición, que había abierto sus puertas el sábado 23 de septiembre, llegó en la tarde del domingo 1º, cuando se realizó la coronación de la nueva Reina Nacional de la Flor. La lluvia -cuándo no-, obligó a modificar la programación original del evento, que debió trasladarse del anfiteatro del predio ferial al salón de la cocatedral. Pero el cambio de escenario no le quitó brillo.
Como nueva soberana de los floricultores fue elegida Celeste Claribel García (23), de Garín. Nacida en Tigre, empleada de comercio y estudiante de Diseño de Indumentaria de la UBA, la joven recibió los atributos de mando -corona, capa y bastón- de manos de la reina saliente, la maschwitzense Wanda Riviere (26). Además, el jurado designó princesas a Silvana Domenech (18), de Belén de Escobar, y Delfina Russo (18), de Ingeniero Maschwitz.
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El plato fuerte fue el sábado 7, un día antes del cierre, en la víspera del 57º aniversario del partido de Escobar. Fue por eso que este año se adelantó para esa fecha el desfile de carrozas, que históricamente se realiza en el segundo fin de semana de cada edición.
Durante una hora y media, el pintoresco espectáculo llenó de color, música y alegría la avenida Tapia de Cruz, ante una multitud que se volcó a las veredas para disfrutar el paso de decenas de carrozas florales ornamentadas con originales diseños. El primer premio del concurso quedó para la Asociación Japonesa, que siempre sobresale con la creatividad de sus ornamentaciones. También participaron murgas, comparsas, ballets y centros tradicionalistas.
La frutilla del postre fue el recital de Los Auténticos Decadentes, con entrada libre y gratuita. La popular banda ofreció un show de alto vuelo que hizo bailar, saltar y cantar al numeroso público que se acercó al sector industrial de la Ciudad Floral.
En un contexto económico poco auspicioso y con la menor promoción que tuvo, resultó lógico que el movimiento de las boleterías haya mermado considerablemente. Se vendieron poco más de 35 mil entradas, un 30% menos que el promedio de los últimos años.
Sin embargo, no todas fueron malas noticias en el plano económico: apiadándose de la crítica situación financiera de la Fiesta de la Flor, el Ministerio de Agroindustria de la provincia, a cargo del ingeniero Leonardo Sarquís, decidió destinar una partida de 200 mil pesos para cubrir algunos gastos de la exposición. Un pequeño oxígeno para las raquíticas arcas de la entidad, que durante quince días volvió a vestir de fiesta a Escobar, como lo hace cada primavera desde 1963.
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