Hablar de ritmos, baile y gimnasia en Escobar es sinónimo de Silvia Levi (63). La profesora que le enseñó danza a tantas generaciones de chicas ha tenido y tiene un singular éxito deportivo: en cada competencia sus alumnas siempre ganan algo o suben al podio, mostrando un nivel superlativo y profesionalidad.
“Abrí el gimnasio en mi casa el 6 de enero de 1983. Me ayudaron mucho mi papá y mi marido (Juan Carlos Villalba). En aquel momento estaban Adriana Pellegrini dando aeróbica y Emilia Occhipinti; que enseñaba danza. Yo traje algo nuevo, que era la gimnasia con baile, el free dance, y fue furor”, comienza narrando la profesora, que recibió a DIA 32 en su estudio de baile.
Estudió en un instituto privado de Capital, donde se graduó como profesora de gimnasia y técnica de jazz. Fueron cuatro años de preparación que hoy le siguen dando sus frutos. Más adelante también se recibió de profesora de step, hip-hop, latino, free dance y comedia musical. Les enseña a bailar a nenas desde los 4 años hasta adultos mayores, y año tras año prepara sus grupos para las selectivas de la organización Gym on Stage y sus respectivas finales.
En sus épocas de apogeo, a principios de los ´90, los elencos infantiles de mini jazz de la coach escobarense se presentaban en el escenario mayor de la Fiesta de la Flor, como previa de la elección de la Reina, ante miles de personas.
Levi pasó por la mayoría de los clubes locales, en todos con gran cantidad de chicas y dejando en sus vitrinas decenas de copas y trofeos. Cuando el gimnasio de su casa le empezó a quedar chico fue a Independiente, donde tenía 80 mujeres en cada clase y los sábados a la mañana eran 120, pasando a ocupar el gimnasio principal. “Era algo impresionante”, recuerda.
Después llegó a Bolagama Center, donde estuvo dos años; pasó por el teatro Seminari y se quedó siete años más. Dando aeróbica allí ganó la medalla de oro para Escobar en la primera edición de los Torneos Bonaerenses.
También dio clases en el Club de Leones, estuvo dos períodos en Italiano, donde se quedó más de diez años entre ambas etapas, y luego llegó a Boca del Tigre, el club que le faltaba. En todos lados ganó copas, reconocimientos y el cariño de las alumnas.
En 2016 volvió a enseñar en su gimnasio y prepara a sus chicas para el Gym on Stage. “Hace 25 años que me presento en sus competencias. Ganar no es lo único, me interesa que las chicas puedan presentarse en el escenario de un teatro, que vean lo que es Capital, que muchas ni conocían”, sostiene, mostrando su faceta más maternal que profesional.
En estos torneos nacionales se evalúa la coreografía, el vestuario, la musicalización, originalidad y el desempeño sincronizado de las participantes, en un desafío donde nada puede quedar librado al azar. Las finales suelen hacerse en el teatro Niní Marshall de Tigre.
Con 35 años de trayectoria, Silvia tiene un anhelo deportivo que pretende volver a vivir, como lo hizo en 2011. “Quiero ganar la Copa de Oro, donde se juntan los campeones nacionales y compiten entre ellos. Me encantaría volver a ganarla, para eso tenemos que ser primeras en las finales de diciembre. Es difícil, pero estamos a full”, confiesa, con la ilusión de una principiante.
Levi pasa por uno de sus mejores momentos como profesora, con muchas alumnas, salud y cosas por delante. “La verdad que estoy muy bien, disfrutando hasta que Dios disponga. ¿Si pienso en retirarme? ¡No! Tengo 63 pero mi mente, mi cuerpo y mi corazón tienen 20 años menos. Mi actividad me obliga a estar bien. Aparte, amo lo que hago. De última, ya dije, seguiré con un bastoncito dando indicaciones”, suelta, sonriente. Una pionera en lo suyo, que está más vigente que nunca.