Esa guerra fue una locura total, los militares la hicieron para poder eternizarse en el poder. Por eso para mí el 2 de abril es una fecha para meditar, callarse la boca y nada más.”, sostiene José Antonio da Fonseca Figueiras, escritor, historiador y experto en Malvinas. De hecho, es autor de tres libros sobre el tema, por el cual en 1973 ganó el célebre premio Odol Pregunta.
Para él, la única fecha en que habría que conmemorar a las islas es el 10 de junio: “Ese día se juntan dos hechos históricos, cuando en 1770 los ingleses son desalojados por la Armada española luego de que nos usurparan por primera vez en 1765; y el mismo día de 1829, cuando Argentina nombra su primer funcionario con rango de gobernador”.
Convencido de esto, hace cuarenta años Da Fonseca Figueiras se embarcó en una fuerte campaña que no menguó hasta que el 14 de noviembre de 1973 fuera sancionada la ley 20. 561, que establece el 10 de junio como Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico Argentino.
Siendo una de las personas que más saben sobre el tema en el país, “Tati” no ve un cambio en la situación general ni una decisión enérgica por parte del gobierno nacional para recuperar la soberanía sobre las islas: “No hay fuerza en nuestra diplomacia, ni siquiera hay embajadores que conozcan la cuestión legal. No tratan el tema basado en la jurisprudencia, en la historia, en la geografía. Por otra parte, hay mucho capricho por parte de Gran Bretaña. Si ahora hasta le pusieron el nombre de la reina al sector de la Antártida Argentina”.
Sin embargo, el gobierno hizo un planteo ante la ONU, ante el Papa mismo… Y se habla del tema permanentemente.
Lo que hay que hacer es apretar a las Naciones Unidas para que hagan cumplir las resoluciones del año 64 hasta ahora. Si ellos reconocen que hay un problema de soberanía. A partir de 1971 las relaciones habían mejorado, se firmaron acuerdos de colaboración, Argentina construyó la pista de aterrizaje de aluminio para que puedan volar aviones de Fuerza Aérea y brindarle a los malvinenses servicios como gas, combustibles, salud, frutas, y hasta vinos. Pudieron dejar de cocinar con turba y hacerlo con gas, venían a operarse en hospitales argentinos, había intercambios culturales y turísticos. Estábamos como hermanados con los malvinenses, veníamos lo más bien hasta que ocurrió lo de la guerra.
¿Cree que si no hubiera sido por la guerra Argentina podría haber recuperado las islas?
Pienso que sin la guerra había un 80% de posibilidades de que Menem las recuperara.
¿Justamente con Menem, qué liquidó todo el patrimonio nacional?
Sí, porque él logró que el príncipe viniera a la Argentina, fue a Gran Bretaña, reabrió las conversaciones. Los ingleses se las querían sacar de encima. Pero a partir de la guerra el status de los malvinenses cambió. De ser ciudadanos de cuarta pasaron a ser ciudadanos de segunda, y el archipiélago adquirió valor.
¿Qué piensa del referéndum recientemente realizado en las islas?
Que no tiene validez. Ellos quieren seguir siendo británicos, nadie les dice que no lo sean, pero las tierras son argentinas. Son británicos viviendo en Argentina. Esto sólo le sirve a los diplomáticos ingleses que como no quieren discutir van a decir que la falta de relaciones con Argentina es por culpa de los habitantes de las islas.
¿Y por qué cree que intensificaron tanto la militarización?
Pienso que tienen que justificar gastos militares, y además para intimidar, para que nos quedemos quietos, y eso no está dirigido sólo a nosotros, sino desde Tierra del Fuego a Venezuela.
¿Cree que no hay ninguna chance de que en un futuro Inglaterra reconozca la soberanía argentina y devuelva las islas?
Sinceramente, no. A menos que gane un candidato del Partido Laborista y se llegue a algún acuerdo comercial. Es la única posibilidad que veo.