Radicado hace ocho años en Quetzaltenango, la segunda ciudad más importante de Guatemala, Juan Manuel Díaz Puerta no deja de sorprender y cautivar a los amantes del arte en ese país, donde presentó en marzo una fascinante exposición con pinturas de paisajes urbanos, naturales y edificaciones.
La muestra, titulada “Guatemala viva”, es un conjunto de obras de un estilo realista casi fotográfico, que permite al espectador apreciar y cautivarse con la sensibilidad del artista al interpretar lo que ve y transportarlo a la tela, valiéndose de una virtuosa técnica que lo distingue en el manejo de la paleta cromática, la forma y la textura. Desde el movimiento del agua en una cascada a la vitalidad de los bosques, la fuerza de la roca y la soledad de una balsa que descansa sobre una mancha de arena, entre otras postales.
“La de Díaz Puerta es una íntima mirada al objeto de sus deseos, una disección meticulosa de sus formas, sus estructuras ocultas, su movimiento, su textura y su color”, expresó Carolina Vásquez Araya, quien escribió el catálogo de la exposición.
La especialista destacó también el “refinamiento obsesivo en el detalle” del escobarense y su “búsqueda incansable de soluciones técnicas para expresar complejas escenas que fluyen entre los sueños y la realidad”.
La inauguración de la muestra contó con la presencia de la embajadora argentina en Guatemala, María Margarita Ahumada, quien reconoció ante el público su admiración por el artista y su “mirada cuidadosa, amante y luminosa sobre la belleza de Guatemala”.
“Para mí, pintar es un placer. Y poder pintar los paisajes de Guatemala es un doble placer”, expresó Díaz Puerta, dueño de una humildad innata que contrasta con la imponencia de sus obras, que engalanaron durante dos semanas las paredes de la galería El Túnel, donde ya había expuesto en 2015.