Cientos de personas trabajan mancomunadamente cada año para lograr que la gente pueda disfrutar del maravilloso desfile de carrozas que se realiza en el marco de la Fiesta Nacional de la Flor. Y el pasado 6 de octubre no fue la excepción: más de una docena de floridas carrozas de instituciones y empresas se pasearon por la avenida Tapia de Cruz ante miles de espectadores de Escobar y otras ciudades.
El primer premio del concurso fue para Temaikèn, que presentó un trabajo alusivo a su décimo aniversario. “Quisimos transmitir un mensaje de celebración, porque hasta el 20 de julio del año próximo estaremos generando eventos especiales para festejar nuestra década de vida”, explicó a DIA 32 Andrés Giordano, del área de Marketing de Temaikèn.
Por eso, para armar la carroza se inspiraron en lo que fue uno de los acontecimientos más sobresalientes del año: la incorporación de peces payasos, hipocampos, medusas, arrecifes de coral, peces amazónicos y pirañas al asombroso acuario del biopaque.
Lo primero que hicieron fue colocar un 10 gigante en el centro de la carroza, recubierto con claveles y rodeado de la palabra años a cada lado. Mientras que para destacar la presencia de los nuevos habitantes del acuario construyeron dos hipocampos gigantes -de casi tres metros de altura-, cubiertos con gerberas de distintos colores.
“A eso le agregamos dos medusas de claveles blancos e iluminadas desde abajo con luces de diferentes colores que iban cambiando a medida que la carroza avanzaba. También pusimos dos peces payasos que se movían en círculo y unas pirañas que mostraban la boca abierta con sus enormes dientes”, cuenta Giordano.
El esqueleto de la carroza, realizado en hierro y alambre de gallinero, fue ubicado en un depósito. Y desde las cinco de la mañana del día del desfile fueron acercándose al lugar por turnos para colocar las 18.000 flores, que se iban enganchando con escarbadientes a la estructura. Tarea que debía ser cuidadosamente realizada, ya que la carroza tenía movimiento y las flores corrían el riesgo de caerse.
Giordano reveló que para conservar las flores en excelentes condiciones las mantuvieron sumergidas en unos piletones con agua. “Nos recomendaron esa técnica y funcionó a la perfección, porque son unas flores que necesitan mucha hidratación”.
Quien desfiló en la carroza de Temaikèn fue la aspirante a reina Wanda Riviere, de Ingeniero Maschwitz, que al día siguiente fue seleccionada segunda princesa. Muy simpática, durante todo el recorrido la joven repartió flores y saludos entre el público.
“Con el premio sentimos que la misión ha sido cumplida y que se logró el objetivo de que a la gente le gustara, porque fundamentalmente lo que quisimos hacer fue homenajear a la comunidad de Escobar, con la que siempre hemos tenido una relación buenísima”, finaliza Giordano.
El segundo premio del desfile de carrozas fue para la Asociación Japonesa, que rindió homenaje al búho, símbolo de la sabiduría y el conocimiento, mientras que el tercer puesto fue del Instituto de Florihorticultura, que representó a las manos del hombre como responsable de proteger el futuro del mundo.