Invertir una ganga y llevarse una fortuna podría ser el sueño de cualquier mortal que aspira algún día dejar a un lado las obligaciones laborales para darle más espacio al ocio. El anhelo pareció hacerse realidad el año pasado, cuando surgió en las redes sociales un juego conocido como “La Flor de la Abundancia”, que promete dinero fácil.
Su origen fue en México y tuvo popularidad en Chile, Colombia y Uruguay, pero en octubre explotó en Argentina. En Facebook, Twitter y WhatsApp, todos hablaban del “milagro” que permitiría obtener más ganancias que las de un plazo fijo, la compra de divisas o la mejor especulación financiera.
Horas de charlas y discusiones ocurrieron mientras miles de personas aportaban su dinero esperando una jugosa retribución que, en muchos casos, debía venir de manos desconocidas.
Este juego financiero toma metafóricamente el nombre de las flores. Cada uno de sus pétalos es un componente para llegar al objetivo: cuatro niveles y 14 hojas contribuyen a que el “cáliz” se quede con todo.
Suena complicado, pero es más simple de lo que parece. En el cuarto nivel, conocido como Fuego, hay ocho aportantes que dejan una cantidad de plata bajo la promesa de que recibirán ese monto multiplicado por siete; en el siguiente (Viento), sus cuatro integrantes tienen como objetivo atraer inversionistas; en el segundo (Tierra), dos personas tienen la misión de motivar a los donantes; y por último está el nivel central (Agua), en el que se encuentra el afortunado que “recibirá toda la abundancia del universo para hacer sus sueños realidad”.
Una vez que los ocho pétalos del nivel Fuego aportan la cantidad acordada, la flor se completa, el único integrante de Agua se retira y le deja a las personas del siguiente escalón la posibilidad de formar dos flores diferentes, repartiéndose los integrantes de la anterior y permitiendo que así el ciclo se reproduzca hasta el infinito.
“La razón principal del gran éxito que ha tenido se debe a la falta de cultura financiera en las personas, especialmente en tiempos en los que la situación económica no está tan bien”, reconoce el portal especializado Club Finanzas.
En las redes sociales se encuentran casos de gente que afirma haber conseguido multiplicar su dinero gracias a este juego, pero la mayor parte de las publicaciones hablan de fraude.
Chamical, un pueblo de 13 mil habitantes de La Rioja, tomó notoriedad el año pasado por una estafa realizada por una mujer que ideó una flor, le pidió 18 mil pesos a cada uno de los interesados y se fugó con el dinero. La justicia estimaba que alrededor de 400 personas habían caído en el timo y que Julieta Ruiz había embolsado más de 6 millones de pesos.
Ese caso y otros obligaron a la Procuración General de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) a expedirse sobre el tema: “El dinero ingresado no se destina a ninguna actividad que de por sí produzca utilidades. La ganancia prometida depende exclusivamente del ingreso de nuevos participantes”, afirmaba un comunicado.
El sistema del italiano Carlo Ponzi, en la década del 20, y el esquema de la pirámide prometieron anteriormente beneficios similares y terminaron desacreditados por casi todo el mundo.
Decenas de amigos y conocidos trataron de convencer sin éxito al autor de esta nota para que ingrese al juego. Quizás es temprano para sacar conclusiones, pero hasta ahora ninguno ha tenido brotes en sus inversiones. Y eso que Escobar florece…