Cuando empezó a pisar una cancha de golf tenía apenas 4 años. Lo hacía para acompañar a su papá, Adrián. De paso, agarraba un palo y aprendía a pegarle a la pelotita. Nunca se hubiera imaginado que ese entretenimiento iba resultar para ella una forma de vida y el trampolín a grandes logros, como ganar una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputaron semanas atrás en Buenos Aires.
Ela Belén Anacona (18) participó en la especialidad golf mixto junto a Mateo Fernández de Oliveira. Los partidos se jugaron en el Hurlingham Club y ambos finalizaron con 273 golpes (siete bajo el par), detrás de Tailandia (oro) y Estados Unidos (plata).
“Los primeros tres días fueron de competencia individual, donde quedé quinta. Estaba muy nerviosa y me sentí bien solo en algunos momentos. En el torneo mixto me sentí mejor por jugar en equipo, apoyarnos nos hizo mantenernos positivos para tener el impulso que necesitábamos”, le cuenta a DIA 32.
“Llegar al podio no era una tarea fácil y lograrlo fue una alegría enorme. Veníamos entrenando desde hace años para esto. Es una satisfacción que nuestro trabajo nos haya recompensando con una medalla”, agrega, destacando el valor que le da a este tercer puesto.
Ela es alumna del Instituto San Vicente de Paul de Escobar y entrena semanalmente en el Maschwitz Club, country donde vive. Para ella, el hecho de haber compartido la villa olímpica, convivir con deportistas de todo el mundo y sentir el orgullo de representar al país en un evento de tanta magnitud fue lo más valioso que le dejaron los Juegos, más allá de su logro personal.
“Los casi 20 días que estuvimos en la villa fueron hermosos, ver todo el movimiento que hay es increíble, te llena de energía y positividad”, asegura, feliz.
Que se hayan realizado en Buenos Aires fue otro punto clave para el buen desempeño de los deportistas nacionales. “Fue un entusiasmo extra, aunque por momentos se notó la presión. Que la gente que te quiere te vaya a ver fue algo invalorable”, confiesa.
Su carrera como golfista comenzó a los 6 años, cuando jugó torneos metropolitanos, y a los 7 ya estuvo en eventos internacionales. Fue creciendo y sobresaliendo en su juego, hasta que llegaron los títulos: campeona sudamericana pre juvenil y juvenil, dos veces campeona argentina de menores, medalla de oro en los Juegos Odesur 2017 de Chile (junto a su compañero Fernández de Oliveira) y de plata en individuales. Una verdadera crack del golf, con un futuro de ensueño.
De chica su deseo era entrar al Centro de Alto Rendimiento de la Asociación Argentina de Golf, y lo logró después de jugar un Nacional. “Ahí entrenaban las mejores y quería compararme con ellas, yo soñaba con viajar, ir a estudiar a Estados Unidos… Me levantaba a la mañana pensando en eso. Vivo el aprendizaje como un proceso y espero que los resultados sean una consecuencia”, afirma, con la madurez de una adulta, focalizando sus metas y siendo tan precisa como cuando le pega a la pelotita en los greens.
Su calendario de competencias terminará este mes con otro desafío importante, del 19 al 25 en el Sudamericano por equipos que se disputará en Uruguay. “Este año competí un montón, ya estoy necesitando parar un poco, hacer una buena pretemporada, ordenarme y entrenar fuerte otra vez”, admite.
A punto de egresar del secundario, ya tiene previsto que en agosto de 2019 se radicará en Estados Unidos para estudiar abogacía en la Universidad de Arkansas. “Voy con una beca deportiva y representaré a mi universidad en los torneos de allá. Y obviamente que voy a jugar para la Asociación Argentina de Golf cuando me convoque. Es un orgullo enorme seguir representando a mi país”, sostiene Ela, la joven maravilla del golf.
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