La plaza de la estación de Escobar se llena de gente que viene y que va, que mira, toca, pregunta y comenta. En el marco de una sociedad regida por el consumo masivo, Internet, Facebook y la telefonía móvil; en las bases de un siglo cada vez más artificial y abstracto, el recientemente inaugurado Paseo de Artesanos y Emprendedores “Silvina Grierson” aparece como un espejo que traslada a otra dimensión, a una manera distinta de pasar las horas, el día y los fines de semanas.
Esta iniciativa nació hace poco más de cinco años, como una tímida ambición de un grupo de organizaciones sociales que al principio no era tan grande ni estaba tan consolidado como ahora. Durante un tiempo, los artesanos montaron sus puestos en el predio del Centro de Jubilados Ferroviarios. Pero a fines de 2007 la entidad cambió de planes y se negó a renovarles el contrato de locación. A partir de ahí, comenzaron a recorrer un arduo camino hasta llegar a tener un espacio definitivo.
Como no siempre sucede, la solución llegó de la mano del Estado. Y por partida doble. El Municipio, que tiene a su cargo la administración del predio de la estación, cedió por cinco años una fracción para que la feria pudiera establecerse. Y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del programa “Manos a la obra”, desembolsó 158 mil pesos para la construcción de los puestos.
De la cartera dirigida por Alicia Kirchner también llegó una importante asistencia mediante el “Banco Popular de la Buena Fe”, un programa de microcrédito destinado a solventar pequeños emprendimientos con préstamos solidarios de hasta mil pesos a una tasa de interés simbólica.
Así, con cuarenta puestos fijos y diez móviles, “La feria del banquito” -como la llaman sus integrantes- se inauguró oficialmente el 24 de septiembre. Su nombre evoca a una joven militante social, oriunda de Azul, que hasta su fallecimiento participó activamente en la capacitación de estos emprendedores de la economía social.
“Me siento muy feliz de estar acá y seguir en la lucha, porque este espacio va a quedar cada día un poco mejor y vamos a lograr que sea un orgullo para el distrito”, comenta emocionada la presidenta de la Asociación de Artesanos de Escobar, Marta Delange.
El paseo “Silvina Grierson” también representa fuentes de trabajo para aquellos a quienes el tan estrecho mercado laboral se rehúsa a incorporar. “Somos gente grande a la que no nos dan un lugar en el circuito comercial y que con este trabajo logramos llevar la comida a casa todos los días”, explica Delange a DIA 32.
Entre los puestos que se posan sobre las piedras rojas que riegan el piso de la estación se entrelazan numerosas historias. Gente grande y chica que ama lo que hace y que con mucho esfuerzo cuida hasta el último centímetro de cada pared azul de sus refugios. Durante cinco años mantuvieron una lucha incansable para conseguir lo que tienen hoy. Primero fueron carpas, después puestos móviles que la lluvia destruía sin dejar huellas; hasta que por fin consiguieron estructuras bien formadas que los protegen tanto a ellos como a sus mercaderías de los caprichos del clima, permitiéndoles trabajar con mayor comodidad y tranquilidad.
Desde su inauguración, la feria funciona todos los viernes y sábados de 10 a 19. “Nuestra idea es convertirla en un espacio cultural, donde la gente pueda venir a ver y disfrutar sin pagar, con bandas en vivo y grupos de teatro a la gorra. Que sea un lugar donde dé placer caminar”, sueña Liliana, una de sus artesanas más antiguas, mientras entre mate y mate cuenta la historia de la nueva atracción de Escobar.
Unidos son más
Perseverancia, unidad y organización fueron las contraseñas para que los emprendedores pudieran alcanzar sus objetivos. Remaron contra la corriente de la burocracia sin darse por perdidos ante la adversidad. Y se agruparon en entidades que les permitieron acceder a las políticas que el Estado impulsó para movilizar la economía social. En la actualidad, ocho organizaciones participan del paseo “Silvina Grierson”: Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, Asociación de Militantes Sociales (AMIS), Asociación Civil de Microemprendedores de Escobar (ACME), Sonidos del Alma, Asociación de Productores del Paraná, ACIDAC, Asociación de Artesanos, Crecimiento y Progreso y Asociación Cultural Alternativa. Por eso les gusta decir que la puesta en marcha de la feria es “un sueño compartido”. Ni más ni menos.