La llegada cada vez más masiva de vacunas al país ilumina el difícil camino de salida de esta maldita pandemia de Covid-19, también en el partido de Escobar, donde además la curva de contagios marcó un nuevo y pronunciado descenso en junio. Son datos positivos, que invitan al optimismo. Sin embargo, el promedio diario de casos sigue siendo muy elevado y las muertes directamente no bajan. De hecho, repitieron el trágico récord de mayo.
La situación epidemiológica del partido de Escobar volvió a mostrar una evolución favorable en el último mes. El acumulado de contagios reportados oficialmente cerró en 3.823, lo que representó un descenso de 27% en relación a mayo (5.206) y de 35% si se compara con abril (5.884). Fue en ese mes cuando se registró el pico más alto de la segunda ola, a partir del ingreso de las nuevas y más transmisibles cepas provenientes del Reino Unido y de Brasil.
De manera porcentualmente proporcional, el promedio diario de casos disminuyó en junio a 127, contra 168 de mayo y 196 del aciago mes de abril. Indudablemente, las mayores restricciones implementadas para frenar la propagación del virus hicieron efecto. No de manera drástica, pero sí suficiente para descomprimir la tensión del sistema sanitario, especialmente en las áreas de cuidados intensivos, donde la ocupación de camas ya no es del 100%.
En contraposición a estos auspiciosos indicadores, y siempre según información del Ministerio de Salud de la provincia, los casos fatales en Escobar no bajaron. Al contrario, en junio se repitió el trágico récord de mayo, con 125 muertes; una cada 6 horas, 4 por día, en promedio. Esto señala, estadísticamente, un aumento significativo de la letalidad, cuyo índice fue de 3,27%. Es decir, 32 decesos cada 1.000 infectados.
Además de alarmante, el dato es hasta desconcertante si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de la población de riesgo -especialmente los adultos mayores- ya recibieron las dos o al menos la primera dosis de la vacuna, mientras que el rango etario más afectado en esta segunda ola viene siendo el de las personas de entre 40 y 60 años.
En tiempo real, y con estadísticas en constante procesamiento, sería aventurado ensayar hipótesis y seguramente existan diversas causas que puedan explicar esta mayor letalidad, que genera tanto dolor y tristeza como angustia y desconsuelo. Por lo pronto, ya son más de 800 las víctimas fatales del coronavirus.
Mientras tanto, así como la curva de contagios empieza a descender de manera sostenida, el ritmo de la campaña de vacunación se siguió acelerando en junio y marcó otro récord: se aplicaron 38.270 inoculaciones -1.276 por día, en promedio-, un 80% más que en mayo (21.228) y 127% en comparación con abril (16.833).
Como el plan de inmunizaciones crece mes a mes desde su inicio, en los días finales de 2020, es lógico especular que en julio pueda registrarse una nueva marca máxima.
Por lo pronto, al 30 de junio se llevaban aplicadas 94.460 dosis: 82.565 del primer componente y 11.895 del segundo. Con estos números, sin embargo, Escobar es uno de los distritos bonaerenses con menor porcentaje de población vacunada: poco más del 30%.
Todavía lejos de volver a la normalidad perdida en marzo del año pasado, la llegada del invierno y la variante Delta al acecho son el nuevo desafío a enfrentar en esta dolorosa salida de una pesadilla que parece interminable.