Maravillosos efluvios brotan de los paquetes de hierbas, especias y semillas que se exhiben en las estanterías de madera que cubren las paredes de arriba a abajo. Modelos y fotógrafos se pasean por el lugar, están haciendo una producción de moda para la revista Hola. Es que el cálido escenario que ofrece La Verdolaga se presta. Una mezcla de almacén naturista con dietética y productos orgánicos que en octubre pasado amplió su propuesta a restaurant vegetariano, en el Mercado de Maschwitz.
“La gente piensa que ser vegetariano es comer puré de calabaza y verdura hervida, pero eso es aburrido, hay cientos de opciones”, afirma a DIA 32 el cocinero, Santiago Gerardi, quien, a pesar de no ser vegetariano, empezó a involucrarse en el mundo de la comida sana en el restaurant Providencia, en Capital, hace unos diez años.
La amplia carta de La Verdolaga ofrece platos potentes como guisos, ravioles de queso de cabra y pistacho que salen con aceite de uva y pimienta roja, risottos, woks o currys, “que son fabulosos”, acota Gerardi. También se puede elegir una pasta con queso brie, corazones de alcauciles, rúcula, cebollas y tomates horneados con aceite de oliva. O quesadillas con guacamole rellenas con queso, tomates, cebollas caramelizadas, espinaca y ensalada.
Pero las opciones culinarias no terminan ahí. Hay tartas con ensaladas que tientan con sus colores y comidas especialmente pensadas para veganos, que no sólo no contienen ningún tipo de carne -obviamente- sino que tampoco poseen huevos o lácteos en su preparación. Para este tipo de cocina se utiliza mucho tofu, harinas integrales y productos como la soja texturizada, que “se puede usar como la carne y permite hacer hasta empanadas y pastel de papas”.
El restaurant está abierto de lunes a domingo desde las 12 hasta las 15.30, cuenta con una carta fija y un plato del día que varía según el clima. Los precios arrancan en $22 y no superan los $60.
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El sector de almacén abre de 9 a 21. Muestra una inmensa variedad de plantas medicinales, hierbas curativas y tisanas. Especias de todos los colores, orígenes y usos, inundando La Verdolaga con su aroma. Vinos e incluso detergentes y limpiadores biodegradables. “Ofrecemos productos para todos aquellos que quieran consumir llevando adelante un modelo de vida sustentable”, comenta, por su parte, la encargada del local, Gabriela Pérez de Simone.
“El público se fue ganando, primero por la novedad que significó la apertura del Mercado. Pero además, en Maschwitz hay mucha movida de vegetarianos, de una vida más sana, los colegios Waldorf ayudan muchísimo, porque es toda una comunidad que se va armando y pasando el dato entre sí”, cuenta.
Sobre la calle Mendoza, desde Colectora Este hasta El Dorado, se armó un polo gastronómico que no sólo disfrutan los maschwitzenses sino que también atrae a gente de Pilar, Tigre y de todo Escobar. Ahí mismo convergen varios lugares donde se pueden adquirir y degustar productos sanos y saludables que amplían el espectro de los amantes de la comida en general.
No hace falta ser vegetariano o vegano para comer en un sitio de estos. Simplemente se trata de probar cosas nuevas y darse el gusto de quedar fascinado y sorprendido después de haber comido un plato sin carne, colmado de nuevos sabores.