Por realizar “acciones inescrupulosas”, “evasión tributaria” y desobedecer expresas indicaciones municipales, el locutor tropical Orlando Guerra y su emisora radial, FM Bárbara, serían sancionados por el Concejo Deliberante de Escobar si prospera un proyecto de ordenanza presentado por el concejal oficialista José “Coty” Rognone.
Las acusaciones que pesan sobre Guerra son contundentes y están documentadas en el expediente legislativo que se inició el miércoles 21 y que al cierre de esta edición permanecía en comisiones.
Para festejar el aniversario de su radio, el domingo 18 el popular “Tony” organizó un recital de cumbia (tocaron La Banda del Lechuga, El Original y La Re Pandilla, entre otras) frente al podeliportivo de Savio. El permiso que la Municipalidad le otorgó contenia precisas restricciones, pero las pisoteó al cercar sin autorización la calle El Ruiseñor para instalar una casilla de madera a modo de boletería y cobrar $ 25 a cada espectador, a pesar de que el escenario estaba montado en la vía pública.
El primer testigo contra el dueño de FM Bárbara es el propio Rognone. Vecinos que estaban en el espectáculo le comunicaron por teléfono estas irregularidades, que a los pocos minutos constató personalmente.
“No debemos permitir que acciones inescrupulosas como las de FM Bárbara (96.5 Mhz) y su responsable, Orlando Guerra, empañen la política de difusión cultural que viene desarrollando el Departamento Ejecutivo, en distintos barrios de nuestro distrito”, argumentó Rognone en su proyecto de ordenanza.
Además, sostuvo que “acciones de esta índole merecen ser sancionadas ejemplarmente, dado que afectan la imagen de instituciones como la Municipalidad y la Policía, por cuanto son burladas en su buena fe, al no cumplirse con las condiciones de la autorización otorgada y realizando un evento con fines de lucro donde se evidencia falta de control fiscal”.
Según lo que establece para este tipo de conductas la ordenanza 2529/97, en su artículo 15º, “cuando se detectare evasión tributaria por parte de los organizadores, los mismos serán inhabilitados para peticionar nuevas solicitudes de autorización para realizar espectáculos”. Y esa es la sanción que Rognone pide para Guerra, además de que les reintegre a los cientos de asistentes el dinero que les cobró indebidamente.
Pese a su condición de pertinaz oficialista, parece que Guerra no podrá salir indemne de esta historia, en la que su transgresión fue mucho más allá de los limites normalmente tolerables.