Es cierto que el 8 de octubre no fue un día más en el almanaque, aunque la celebración del cincuentenario organizada por el Municipio no estuvo ni cerca de ser “la gran fiesta” que el Intendente había anunciado el año pasado y dejó mucho más para la crítica que para el aplauso.
Por la mañana, el obispo Oscar Sarlinga y el ex intendente Fernando Valle participaron del descubrimiento de una docena de placas en el Palacio Municipal. El acto siguió en el atrio de la cocatedral y la avenida principal, donde Sandro Guzmán estuvo flanqueado por el senador provincial electo Roberto Costa, el ingeniero Canio Iacouzzi -miembro de la comisión que impulsó la creación del distrito- y el reconocido vecino y ex concejal Alberto Ranne. Hubo que soportar el errático y hasta disparatado discurso del pastor evangélico Domingo Ibáñez y se ofreció un homenaje a Eugenia Tapia de Cruz, artífice del pueblo de Belén.
En la plaza de las Américas, la estudiante del Instituto Belgrano Paula Gómez Kerbs recibió el premio por haber ganado el concurso del logo del cincuentenario. Y el cofre enterrado en 1989 volvió a ver la luz para ser nuevamente enterrado con otros recuerdos de esta época, entre ellos el último ejemplar de DIA 32. Bailes folklóricos sobre el asfalto y una caminata deportiva le pusieron punto y aparte al Día de Escobar.
A la noche, el teatro Seminari se vistió de frac para una apagada velada de gala. Se entregaron diplomas de honor en reconocimiento a la trayectoria de varios vecinos (algunos de ellos fallecidos): Tomás Seminari, Antonio Zucarelli, Ernesto Poggi, Manuel Rizzardi, Carlos Fangio, Francisco Brosio, Jorge Selva, Atilano Ruiz y Santiago Curlo fueron quienes los recibieron durante el acto, a modo simbólico ya que el número de homenajeados orillaba la centena. También se llevaron distinciones Arturo Carboni, en nombre de su padre, que presidió y llevó la batuta de la Comisión Pro Creación del Partido de Escobar; y Juan “Pichín” Ameghino, también en representación de su padre, el diputado provincial que presentó el proyecto de ley para que se fundara el municipio.
Fuera de libreto, el desplante de la directora del conservatorio Arte Musas, Romina Vergani, quien se quejó públicamente de tener que acortar el espectáculo musical que realizan profesores y alumnos del instituto. El episodio adquirió características de papelón cuando Vergani dejó pagando al locutor Andrés Lamagni, que la convocó repetidas veces a volver al escenario al recibir la contraorden para que el show continuara. Como paradoja, encima, Arte Musas recibe un generoso subsidio mensual de diez mil pesos para becas, a través de un convenio cuya continuidad quedó con puntos suspensivos.
Con la actuación del conjunto folklórico Los Quilla Huasi, el telón cayó pasada la medianoche.
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