De la mano de la inversión privada, que apuesta fuerte al mercado inmobiliario, Belén de Escobar va transitando un nuevo camino de progreso. Mientras que en las afueras de la ciudad ese crecimiento puede verse reflejado en countries y barrios cerrados cada vez más grandes. el emblema del desarrollo en el casco céntrico es la construcción de edificios en altura que rompen la tradicional horizontalidad del paisaje urbano.
Pese a que el interés de los inversores por sembrar sus capitales en la tierra de la flor debería representar una señal positiva, la falta de planificación territorial genera en vastos sectores de la población un racimo de incertidumbre sobre el impacto que causarán estos imponentes inmuebles, que van de 8 a 12 pisos.
Fuera de una cuestión de gustos o preferencias, los interrogantes centran su asidero en la infraestructura de una incipiente ciudad con alma de pueblo que sigue evolucionando sin un norte definido ¿Habrá servicios para todos?, es la pregunta recurrente en la comunidad, que ya desde hace años soporta molestos inconvenientes con las redes de agua corriente y cloacas, al igual que con el tránsito vehicular y el estacionamiento en la vía pública.
Cuando el auge de las torres parecía haber tocado techo, un nuevo emprendimiento de características mucho más ambiciosas que los actuales vuelve a poner el tema en el tapete: Floreal del Sol, un mega complejo residencial de seis torres de once pisos que se edificará en el predio que perteneciera a la fábrica Abraxas, en plena avenida San Martin.
Afectado por las leyes generales del Conurbano, la especulación inmobiliaria y la demanda habitacional en áreas céntricas, “el viejo Escobar” está en franca retirada. ¿Será más amigable el nuevo? Para saciar la sed de un debate que permanece ausente en la escena pública, DIA 32 buscó distintas miradas para interpretar la realidad del siglo XXI en los pagos de doña Tapia de Cruz.
Desarrollo desordenado
El presidente de la Asociación de Arquitectos de Escobar (ASAE), Víctor Berisso, analizó que “Escobar tiene una matriz del siglo 19, es un pueblo de estación que creció hasta cierto punto para contener a la población de ese entonces. Después se empezó a expandir y el resultado es lo que tenemos ahora. Su estructura urbana no tuvo una segunda vuelta, es la asignatura pendiente de siempre”.
“En los años ’90 hubo una posibilidad, era una época en la que había dinero en el Municipio, pero se malgastó con boulevares que no llevan a ningún lado, plazas y toda una serie de inversiones públicas de gran envergadura que no fueron encaminadas hacia algo productivo, algo muy característico de las frivolidades de esos años y cómo se pensaban las cosas en todo el país. Después el crecimiento nos pasó por encima, los tejidos urbanos se expandieron en todo sentido y no cambió la política”, agregó el profesional, si bien reconoció que el Plan de Zonificación sancionado el año pasado podría representar el primer paso en el camino de la planificación urbana.
A modo de conclusión sobre los dilemas del escenario actual, el titular de ASAE sostuvo que “lo que se está defendiendo es la calidad de vida del habitante de Escobar”. Y advirtió que “si el centro de la ciudad se densifica con edificios y torres, se volverá un lugar poco habitable, más si crece dentro de una trama que no puede bancarse semejante desarrollo”. Como salida, volvió a insistir en la necesidad de generar un espacio de participación, intercambio y consenso para delinear un proyecto de ciudad y de distrito.
Falta de infraestructura
Desde un enfoque similar al de Berisso, y su doble calidad de martillera pública y dirigente política, Gilda Giordano diagnosticó que “el mayor problema que tiene Escobar es que de ser una delegación municipal pasó a ser un partido, y de ser un partido con mentalidad de pueblo pasó a ser ciudad por la cantidad de habitantes, pero nunca se mentalizó”.
“La manera en la que nació Escobar no fue proyectada como ciudad. Todo se hizo en base a loteos chicos, de 200 a 300 metros de superficie. No tenemos proyectadas avenidas, servicios, nadie tuvo en cuenta hacer el plano de punto para marcar los niveles, no tenemos bocas de tormenta ni agua corriente suficiente. En definitiva, no tenemos infraestructura para hacer las torres que se ven hoy”.
“Uno no puede ir en contra del progreso, pero hay que ayudar a que se haga organizadamente. Y eso es lo que falta en Escobar, jamás tuvimos un plan urbanístico como la gente Era sabido que esta zona se iba a poblar y no se tomaron las medidas necesarias, porque había gente que no supo o no lo dimensionó y dejó construir indiscriminadamente”.
Giordano también apuntó que “la Municipalidad tiene que evaluar en serio el impacto en cloacas, agua corriente, gas, servicios en general, tránsito, todo, no mentirse, y trabajar para ver cómo se amplían esas redes”.
Aunque advirtió que las decisiones que se tomen en el futuro no evitarán secuelas, la experimentada martillera propuso frenar la habilitación de torres “para que no sea un desastre mayor” y abrir el debate a la comunidad. “Ya se nos tendría que haber preguntado si como pueblo queríamos crecer hacia arriba, porque la gente que vive en un lugar tiene que decir cómo quiere que este sea. Como escobarense ‘aborigen’ me parece una aberración que haya las torres que hay. No puede ser que en una manzana de casas bajas te planten un edificio de catorce pisos”, sentenció la candidata a concejal de la UCR en 2009.
Parar la pelota
En marzo del año pasado, el bloque de concejales vecinalistas presentó un pedido de informes para que desde el Municipio se solicite a ABSA “la solución estructural de la red cloacal en Belén de Escobar y un detalle de las inversiones previstas”. La respuesta aún no llegó.
“No estoy en contra del progreso, pero es necesario que se hagan los estudios pertinentes para que los que ya estamos viviendo acá no tengamos que soportar un atropello Vamos a ver qué pasa cuando se llenen los departamentos, pero en algún momento las cloacas que tenemos no van a dar abasto”, sostuvo el presidente del bloque de AVE, Alejandro Fedeli, que anticipó a DIA 32 su intención de insistir con el pedido de informes de 2009. “El crecimiento inmobiliario tiene que venir aparejado con un crecimiento de los servicios, directos e indirectos”, afirmó el concejal de Belén de Escobar, que coincidió con los planteos de Berisso y Giordano al concluir que «hay que parar la pelota, levantar la cabeza y consultar la opinión de los que saben»
Para lo malo hay solución
“Es una etapa difícil para el desarrollo de Escobar, porque depende mucho de gestiones, de inversión que venga desde otros niveles de gobierno y también de la seriedad de los empresarios para llevar adelante las cosas en forma correcta, más allá del control que deben ejercer los organismos que corresponden”, afirmó el presidente del Centro de Ingenieros, Carlos Azzi, que se mostró más optimista en cuanto al real alcance de los impactos y aventuró un horizonte de bonanza para el distrito.
“El fenómeno de las torres se enmarca en el fenómeno demográfico, urbanístico y de desarrollo inmobiliario en general que ha tenido el partido de Escobar Y su crecimiento responde a una suerte de negocio inmobiliario. Particularmente me agrada un casco en crecimiento, que no sea chato, aunque todo tiene que tener su proporción y estar acompañado de un desarrollo integral”, opinó el ingeniero. Consultado sobre sus preocupaciones, Azzi puso el foco sobre las consecuencias que producirían las torres en las ya recargadas redes de agua y cloacas. “El déficit de los servicios sanitarios es un tema de larga data en Escobar, pero el mayor consumo y las construcciones que hay hacen que esto se vea en una situación límite que podría colapsar si no se hacen las inversiones necesarias, aunque confío en que ABSA las haga», expresó.
“El problema del tránsito, en cambio, no tiene que ver estrictamente con las torres sino con una cuestión estructural de Escobar en cuanto a la subdivisión original que ha tenido, la falta de accesos generales y una infraestructura vial que excede las posibilidades presupuestarias del Municipio para resolverlo. De todos modos, sé que hay negociaciones en función del crecimiento que permitirían lograr accesos y salidas importantes del casco urbano”
¿Se pueden revertir las consecuencias no deseadas de una ciudad desarrollada sobre un trazado urbano pensado en función de un pueblo?
Sí, tiene solución, pero no es sencilla, se requiere planificación y plata. Pilar, con la inversión que ha tenido, no pudo resolver el problema de su casco urbano, que ha quedado totalmente rezagado, mientras que en su periferia tuvo un crecimiento espectacular en barrios, accesos, servicios y comercios. Eso no ocurrió y no creo que vaya a ocurrir acá. Toda etapa de transición conlleva algo de caos, pero la proyección que tiene Escobar es espectacular.
De fábrica a condominio privado
Seis edificios de doce pisos, con cuatro apartamentos en cada uno, son la base del proyecto de condominios privados “Floreal del Sol”, que promete “un diseño urbanístico y una infraestructura superior a la habitual”.
El complejo que se construirá en la avenida San Martín al 565, donde funcionara la fábrica de refractarios Abraxas, tendrá una superficie de 32.000 metros cuadrados cubiertos, incluyendo un paseo de compras y 96 cocheras. Como fecha de posesión se anuncia diciembre de 2011.
“La localización estratégica del predio es inmejorable, teniendo rápido acceso, proximidad peatonal al centro y un entorno de baja altura, lo que permite visuales perfectas a todas las unidades”, promocionan los desarrolladores en la web.
Guzmán: “El futuro no se puede frenar”
Como pata mostrar todo el abanico de opiniones era imprescindible contar con la palabra oficial, DIA 32 esperó al intendente Sandro Guzmán al término de un acto y le formuló un puñado de preguntas, suficientes para que se explayara en su visión y el criterio del Municipio sobre un tema candente.
¿Se tiene previsto poner un freno o establecer nuevas pautas para la construcción de edificios en altura en el centro de Escobar?
En primer lugar, el futuro no se puede frenar. Cuando tengamos aprobado (por la Provincia) el Plan Maestro de Zonificación hay que armar un marco regulatorio, pero no estamos de acuerdo con los que opinan que tenemos que paralizar todas las construcciones. Cuando viene gente a invertir es porque ven que hay crecimiento, ningún empresario invierte su dinero en un lugar al que no le ve futuro. Y esto también hay que verlo desde ese lado.
Pero como secretario de Gobierno de Silvio González usted refrendó en 2006 un decreto para paralizar la habilitación de este tipo de edificios…
Sí, se frenaron para que las autoridades nos respondieran si podían seguir. Cuando nos dijeron que la planta potabilizadora estaba en condiciones de seguir se habilitaron nuevamente.
¿Y cree que todavía tendrán capacidad las redes sanitarias para absorber a todas las torres, además del impacto que producirán en el tránsito y en otros aspectos de una ciudad cuya estructura ya parece colapsada?
Para eso hay que trabajar como lo estamos haciendo, con nuevos puentes y accesos y un túnel que estamos proyectando. Escobar va a salir adelante de una manera progresista, como tiene que ser. Lo que no se puede es seguir pensando que todavía es un pueblo Hay un sector de habitantes, que debe ser el 5%, que quiere vivir como se vivía acá hace 40 años.
Su síntesis sería que hay que acostumbrarse a que Belén de Escobar ya es ciudad y que, guste o no, tendrá que convivir con las torres.
Totalmente, va a ser así.
¿Entonces no prevé poner ningún tope a esta proliferación?
Un tope hay que ponerle, pero en un marco serio. No prohibir por prohibir. En todos los municipios pasa que la inversión privada es siempre más fuerte que la inversión pública. Y en esto si hay que poner un parate, para que los inversores privados también den una mano con rutas, caminos y accesos para no saturar a la ciudad. Esto es lo que hay que hacer una vez que se apruebe el Plan Maestro: empezar a reglamentar y ordenar zona por zona junto a ingenieros, arquitectos, la Municipalidad y todos los actores.
S.O.S. Garín
Pese a la abundancia de torres que pueblan la ciudad, los bomberos voluntarios de Belén de Escobar todavía no cuentan con una escalera mecánica para dar respuesta a eventuales siniestros en altura.
El único cuartel del distrito que está equipado para estos casos es el de Garín, cuya jurisdicción abarca a los monoblocks del barrio 24 de Febrero. Se trata de una escalera de 35 metros donada por la Fundación 911, de EE.UU.