Ya sea a bordo de un colectivo, en auto o en cualquier otro medio de transporte, probablemente muy pocos vecinos del partido de Escobar alguna vez hayan quedado exentos del caos que es la autopista Panamericana en hora pico. La impresionante congestión vehicular y los accidentes de tránsito que se dan a diario -sin contar manifestaciones o piquetes- son motivos suficientes para quitarle el ánimo hasta al más alegre.
En ese contexto, cobra mayor relevancia la figura de tren, una alternativa más que conveniente para ir hasta Buenos Aires en menos tiempo y sin tantas dificultades. Después de años de abandono, el funcionamiento de la línea Mitre cambió rotundamente, en particular el del ramal Zárate-Villa Ballester, que atraviesa las localidades de Belén de Escobar e Ingeniero Maschwitz.
La frecuencia del servicio se quintuplicó en relación a 2017, cuando la línea tocó fondo. Actualmente cuenta con 17 viajes diarios de lunes a viernes, 15 los sábados y 8 los domingos y feriados.
Un viaje hasta la estación de Retiro, haciendo el transbordo en Ballester, dura cerca de una hora y 40 minutos. En contrapartida, ese mismo recorrido en colectivo por la autopista puede llevar tres horas (siempre y cuando no haya un corte total por accidente). La diferencia es abismal.
Esta línea ferroviaria empezó a recobrar forma y sentido desde 2020, pero su derrotero fue bastante complejo. Al ritmo del “ramal que para, ramal que cierra” del presidente Carlos Saúl Menem, fue privatizada y diezmada en la década del 90. La empresa TBA, propiedad de Sergio Cirigliano, obtuvo la concesión en 1995 y recibió millones de pesos en subsidios a cambio de un servicio paupérrimo. En ese período, los accidentes, incendios y descarrilamientos fueron moneda corriente.
Recién en 2012, tras la dolorosa tragedia ocurrida en la estación de Once (accidente de la línea Sarmiento, en el que murieron 52 personas) el Estado volvió a tomar las riendas del ferrocarril y marcó un punto de quiebre.
El servicio de trenes pasó a la órbita del entonces ministro de Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo. Durante su gestión se modernizaron las formaciones, se renovaron kilómetros de rieles y se remodelaron varias estaciones, entre ellas la de Escobar.
Todo ese impulso se frenó de golpe en diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada. No solo se discontinuaron las inversiones sino que el servicio se redujo a su mínima expresión: 3 ó 4 trenes por día, si es que estaban disponibles o no surgía algún inconveniente técnico.
El cambio de gobierno, a pesar de la pandemia, le hizo bien al ramal Zárate-Ballester. Los servicios se multiplicaron y se firmaron convenios para renovar la vetusta infraestructura ferroviaria. Algo que también ocurre, a mayor y menor escala, en otros ramales.
Un logro tan indiscutible como casi silencioso del gobierno del presidente Alberto Fernández, que quizás no tenga muchos éxitos para alardear, pero en este caso se lleva los laureles. Cuesta comprender que la recuperación del tren tenga tan poca difusión, siendo tan importante y esencial.
Resurgir en pandemia
El ramal Zárate-Ballester está dando un servicio bastante acorde a lo que esperan y necesitan sus usuarios. Los coches quintuplicaron la casi nula frecuencia de 2017, cuando apenas circulaban tres formaciones por día, y pasan cada una hora aproximadamente.
De lunes a viernes, el primer servicio en dirección a Ballester sale de la estación de Escobar a las 5:59, mientras que el último pasa a las 21:19. En sentido inverso, la primera unidad sale a las 5:22 y la última a las 19:22.
Las tarifas del tren, como se sabe, son mucho más accesibles que las de cualquier otro transporte urbano, un aspecto cada vez más gravitante teniendo en cuenta la situación económica. El pasaje hasta Retiro cuesta $22,25 con la tarjeta SUBE, casi cuatro veces menos que el boleto de un ómnibus para hacer el mismo trayecto.
Un dato no menor es que los jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo no deben pagar el boleto, al igual que estudiantes primarios y secundarios, personal policial y personas con discapacidad.
La recuperación del ramal viene de la mano de varias obras de infraestructura que se están llevando a cabo sobre su traza, en el marco de un plan integral de modernización de la empresa estatal Trenes Argentinos.
Un viaje hasta la estación de Retiro, haciendo el transbordo en Ballester, dura cerca de una hora y 40 minutos. En contrapartida, ese mismo recorrido en colectivo por la autopista puede llevar tres horas.
A nivel local, la transformación más importante es el paso bajo a nivel que se está construyendo en la calle Podestá, financiado por el Ministerio de Transporte de la Nación, una obra que aliviará decisivamente la circulación vehicular por el casco céntrico de Belén de Escobar.
Este proyecto forma parte de una serie de convenios anunciados por el presidente Alberto Fernández en agosto de 2020. Dentro de ellos también se contempla la colocación de ocho barreras automáticas en los principales cruces ferroviarios del partido de Escobar.
Además, días atrás se renovó el paso a nivel de la avenida Tapia de Cruz, en pleno centro de la ciudad, y lo mismo se está haciendo ahora en el de la calle Estrada.
En septiembre del año pasado desde el Municipio se anunció la posibilidad de habilitar al menos dos apeaderos para que más vecinos puedan utilizar el tren. De hecho, el proyecto del polo agroecológico de Loma Verde, anunciado en 2020, tiene prevista la construcción de una parada ferroviaria.
Hoy no se sabe si eso se materializará algún día, pero lo que sí se sabe es que la recuperación del tren Mitre hace rato que está en marcha.
Avances en marcha
El otro ramal que atraviesa al partido de Escobar es el que une las estaciones de Capilla del Señor y Victoria, con escalas en Matheu, Maquinista Savio y Garín. A mediados de 2019 estaba al borde del cierre. Ahora está recibiendo una fuerte inversión en infraestructura para estar en condiciones de dar un servicio similar al de Zárate-Ballester.
Con la presencia del presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, y del ministro de Transporte bonaerense, Jorge D’Onofrio, el lunes 11 se inauguró la renovación de 20 kilómetros de vías entre las estaciones de Matheu y Los Cardales. De la jornada también participaron el intendente en uso de licencia Ariel Sujarchuk y el intendente interino Carlos Ramil, junto al jefe comunal de Pilar, Federico Achával, quienes realizaron un viaje de reconocimiento.
“Invertimos para que los viajes sean más cortos, para garantizar la seguridad y mejorar las condiciones de nuestros trenes. Es solo un ejemplo más de un modelo que se consolida con obras que no se realizaban hace tiempo y de un país que se está poniendo en marcha”, expresó el titular de Trenes Argentinos.
La intervención tuvo dos etapas. En la primera se desarmó toda la vía existente y se niveló el terreno. Después se colocaron 31.000 nuevos durmientes de hormigón pretensado, 40.000 metros de rieles, 6.000 toneladas de piedra balasto y fijaciones elásticas.
Esta reforma permitirá recuperar la velocidad del servicio, que en algunos trayectos llegaba a ser de apenas 20 kilómetros por hora, mientras que con las nuevas vías podrá desarrollar una velocidad de hasta 100 kilómetros. Así, se reducirá en 20 minutos el tiempo total de viaje en toda la extensión del ramal, optimizando la conectividad ferroviaria.
Complementariamente, el Ministerio de Transporte de la Nación llevó a cabo el ensanche y la ampliación del paso a nivel ferroviario de la ruta 25 y un nuevo paso peatonal sobre la estación de Matheu.
Sin embargo, la realidad de este ramal dista bastante de ser ideal. De hecho, las nuevas vías aún no están en funcionamiento y los siete servicios que hay de lunes a lunes solo llegan hasta Garín, de donde también salen hacia Victoria. La primera formación lo hace a las 6 en punto y la última a las 19:36, mientras que en sentido contrario es a las 7:10 y a las 20:46. La estación de Garín, además, fue íntegramente remodelada a mediados del año pasado.
“Los trenes del ramal Victoria-Capilla del Señor circulan con recorrido limitado por obras de renovación de vías”, reza un anuncio en la web de Trenes Argentinos. Por lo visto, más allá de la inauguración oficial para las cámaras, los usuarios de Matheu y Savio tendrán que seguir ejercitando la paciencia para poder experimentar esta silenciosa recuperación de un servicio tan esencial.
CANCELACIONES, DEMORAS Y DESPERFECTOS
Aspectos a corregir para un servicio más eficiente
Así como es más barato, rápido y seguro, el tren, como todo, también tiene sus contras. Un reclamo habitual de los usuarios es en torno a la impuntualidad y las suspensiones de servicios por problemas técnicos en alguna formación. Son menos frecuentes que otrora, pero siguen sucediendo. Afortunadamente existe la aplicación de Trenes Argentinos para teléfonos celulares, donde están todos los horarios y se puede hacer un seguimiento de cada formación en tiempo real, para no esperar de más ni perderlo.
Otro dato negativo son los problemas técnicos que suelen sufrir las unidades durante el recorrido. No es extraño que una formación se detenga por fallas mecánicas y demore en retomar el viaje. No es algo de todos los días ni mucho menos, pero cada vez que pasa pone a prueba la paciencia de los pasajeros.
Otro ítem en contra, que no afecta directamente al servicio pero que sí hace a la infraestructura ferroviaria, es la falta de pasos bajo a nivel y el riesgo de accidentes con los vehículos que cruzan las vías. Ya sea por imprudencia de los conductores o por fallas en el sistema, a menudo suelen ser noticia los siniestros viales de este tipo.
En lo que hace al partido de Escobar, la construcción del acceso bajo vías de la calle Podestá y la instalación de nuevas barreras automáticas subsanarían esta problemática.