Para demostrar de manera palmaria que el partido de Escobar se vería favorecido políticamente al encolumnarse detrás del proyecto kirchnerista, el ministro de Planificación Federal de la Nación, Julio De Vido, anunció públicamente una inversión de $ 109 millones en obra pública para el distrito.
Hay que remontarse a las épocas doradas de Luis Patti con Carlos Menem y Eduardo Duhalde para encontrar antecedentes de una asistencia económica de esta magnitud para la capital de la flor, que desde 1999 no contó con más recursos que los de su propio presupuesto.
Si Sandro Guzmán hizo bien o mal en soltarse de la mano del ex comisario, cuyo partido político fue su trampolín a la Intendencia, quizás lo juzguen las urnas este 28 de junio. Como sea, sin embargo, queda claro que pertenecer a la corte kirchnerista le trajo a Escobar beneficios que no hubiera obtenido de otra manera.
El anuncio de De Vido tuvo lugar el jueves 30 de abril, en un acto realizado en el complejo Solanas de Escobar, en el marco de un mes cargado de visitas de funcionarios nacionales y provinciales a estos pagos. Ese mismo día, por ejemplo, también estuvieron el jefe de Gabinete de la provincia, Alberto Pérez, y la ministra de Infraestructura bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez.
Con el voluminoso blindaje del gobierno federal, según se detalló, se harán 236 cuadras de asfalto -la mitad ya está en ejecución-, 274 viviendas sociales, la repavimentación de la ruta 9, el ensanche de la ruta 26 y el hospital de Garín.
“Escobar estaba postergado, pero empezó un camino nuevo. Ninguno de nosotros pensaba que en un año y cuatro meses íbamos a avanzar tanto”, expresó el intendente al recibir la visita de De Vido y compañía.
El desfile K siguió días después con una kermesse organizada en Garín por la esposa del gobernador, Karina Rabolini, a través de la Fundación del Banco Provincia que ella preside, y la participación del ministro de Salud provincial, Claudio Zin, en la inauguración del Centro de Estimulación Infantil Temprana de Matheu.
Se llegó a especular que para la primera quincena de mayo también llegaría a estas latitudes el ex presidente Néstor Kirchner, pero por alguna razón eso, finalmente, no sucedió, aunque anduvo por municipios vecinos.
El tiempo, que a todo da una respuesta cierta, parece indicar que Escobar, pese a no ser un distrito pingüino de la primera hora, igual tuvo su recompensa por haber cambiado de signo político. Es que, como dicen, pertenecer tiene sus privilegios.