Desde hace un cuarto de siglo, Roberto Mucci desarrolla su negocio en el local de Rivadavia 536, a media cuadra de la terminal de Escobar. Empezó como un taller de marcos de cuadros y a eso se dedicó durante un lustro, hasta que se le dio por vender pósters de rock y un chico que pintaba remeras a mano le ofreció exhibirlas. Así, sin quererlo, el rubro fue virando hasta convertirse en una rockería, exactamente veinte años atrás, en noviembre de 1993.
Mucci, quien asegura que no tenía una relación especial con el rock pero que durante toda su vida fue la única música que escuchó, cuenta que bautizó el negocio con el nombre de Laps “porque en inglés quiere decir ‘vuelta’, como las vueltas a la pista en una carrera de autos, y fue una manera de decir ‘las vueltas que tiene la vida’, que son increíbles”, asegura.
En el pequeño reducto de Laps es fácil perderse con la vista, ya que está repleto de gorras, remeras, billeteras, mochilas, pins, pósters y todo tipo de accesorios relacionados a bandas y solistas de rock.
El producto estrella son las remeras alusivas a grupos clásicos como Deep Purple, Pink Floyd, Ramones y Los Beatles. Sin embargo, Mucci afirma que no hay otra banda que haya convocado tanto merchandising como Guns N’ Roses, lo que generó buenas ventas en la época de gloria de la banda californiana. De las nacionales, las más buscadas son las remeras de La Renga y Redonditos, los clásicos y de los uruguayos No Te Va Gustar.
“Crecer con la rockería se hace difícil en estos momentos. La poca producción de discos y la ausencia de nuevas bandas de rock relevantes en los últimos tiempos hicieron que el mercado del merchadising no se expanda demasiado”, se lamenta el comerciante. Como siempre que se cumplen fechas importantes, los balances son impostergables: “Recuerdo que empezamos menos diez, con muchas necesidades, y considero que hoy estamos en un 6 ó 7. Es un negocio chico, pero que está en carrera”, dice.
Hace poco más de un año Mucci decidió ampliar hacia el local de al lado e incorporar productos de marroquinería para así captar a un público más masivo y no solamente a los adolescentes. En ese nuevo sector ofrece artículos para hombres y billeteras, carteras, pañuelos, algunas vestimentas y algo de bijouterie, cosas que pueden llegar a servirle a gente de varias edades.
“El local es una unidad que comparte el nombre y donde es posible pasar de un lado al otro dando un solo paso, sin salir a la vereda. El sector de rock se mantuvo pintado de negro porque no hay otro color para el rock, y la parte de marroquinería se pintó de blanco que se identifica más con lo femenino. Pero todavía le falta crecer, hay que instaurarlo”.
Como el rock, Laps hace historia sobre la calle Rivadavia mientras festeja orgulloso sus primeros veinte años.