Corría diciembre de 2011 cuando en esta misma sección se presentaba a una tal Macarena Ledesma como una de las máximas promesas del boxeo femenino local. Por entonces tenía 17 años y su entrenador era Guillermo Barrios, quien la definía con visionaria precisión: “Tiene mucho futuro, es muy corajuda y va para adelante. Es una Monzón mujer, no tiene con quién pelear, le tienen miedo”, aseguraba.
El año pasado marcó su despegue: ganó los títulos sudamericano y latino ligero de la OMB -frente a Melisa Dozo y a la uruguaya Paola Ibarra, respectivamente-, alcanzó el primer puesto del ranking argentino de su categoría y comenzó a delinear una carrera que va en pleno ascenso.
El pasado sábado 19 subió un nuevo peldaño en el gimnasio del polideportivo municipal de Escobar, donde protagonizó una velada boxística que fue televisada en vivo para todo el país por TyC Sports.
“La Diablita” -así le dicen por vestir siempre de rojo, aunque aclara que es hincha de Boca- defendía el título sudamericano y, a su vez, le disputaba el cetro de campeona argentina a “La Brava” Marisa Nuñez (34). La ganadora se llevaba premio doble. Y los cinturones quedaron para Ledesma, por puntos y en fallo unánime.
La garinense, de 24 años, fue superior de principio a fin, aunque en los diez rounds no pudo conectar un golpe preciso que noqueara a Nuñez, quien demostró su experiencia arriba del ring. La pelea era muy esperada y, si bien no terminó con la espectacularidad de un KO, el triunfo nunca estuvo en discusión.
“Me preparé un mes y medio a full, entrenando mucho. Pensé que iba a ser más dura, porque ella siempre va para adelante, pero conmigo salió a contragolpear”, le contó a DIA 32 después de su gran noche.
“En la forma que planteó la pelea me iba a resultar difícil noquearla, es peligrosa con la cabeza y no quería que me corte. Tuve que trabajar más a la distancia y eso ensució la pelea”, reconoció.
Ahora, su palmarés como profesional es de 10 triunfos (2 por KO) y sigue sin besar la lona. En el amateurismo había cosechado 33 victorias y solo 2 caídas. Además, integró la selección argentina de boxeo femenino, apodada “Las Toritas”.
Ledesma había iniciado su camino en los cuadriláteros en Pacheco, a los 15 años. Después pasó a entrenar con Ramón Verón en Garín y con el mencionado Barrios en Matheu.
Hoy, su ilusión no tiene fronteras. “Posiblemente mi próxima pelea sea por un título mundial. Hablé con el promotor y está la posibilidad. Tengo que seguir entrenando duro para estar preparada si de da”, confiesa, sin esquivar las palabras a la hora de expresar su deseo: “Ser campeona del mundo. Y sé que cada pelea es un pasito más que damos para eso”.
La piba de Garín que hace siete años era una promesa, hoy es la campeona sudamericana, no le teme a nada y busca conquistar el mundo.