La novedosa sede del Museo de Arte Latinoamericano ya es una realidad. “Queremos que Escobar se convierta en el centro de zona norte”, expresó su creador.

Donde pone el ojo, Eduardo Costantini (78) pone la bala. A fines de los 90, decidió crear una nueva y moderna localidad de 1.750 hectáreas en Tigre, a la que llamó Nordelta. En 2001, en plena crisis nacional, inauguró sobre la avenida Figueroa Alcorta el Museo de Arte Latinoamericano (Malba). Tiempo después, en 2010, decidió que Nordelta tenga una hermana menor en Escobar y así nació Puertos, convirtiendo 1.400 hectáreas de bañados en una urbanización pensada para 70 mil habitantes. Y ahora también quiso que el Malba tenga una extensión en Puertos. Su apertura fue el pasado 21 de septiembre, festejando el Día de la Primavera.

En diciembre de 2022, el propio Costantini anunció este proyecto, por el que invirtió 12 millones de dólares, según publicó Noticias. Menos de dos años después, Malba Puertos ya es una promesa cumplida. “Queremos que Escobar se convierta en el centro de zona norte, que sea un lugar de destino para compartirlo con todos”, expresó el magnate y coleccionista de arte en el estreno de su nueva creación.

Eduardo Costantini muestra una placa que le entregó el intendente en la inauguración del Malba
Mentor. Eduardo Costantini, fundador de Malba y Puertos, junto a Jaureguiberry y Sujarchuk.

Durante la ceremonia protocolar Costantini estuvo acompañado por el arquitecto español Juan Herreros, diseñador del museo; la coordinadora general de Malba Puertos, Eleonora Jaureguiberry, y el intendente Ariel Sujarchuk. El evento contó con cerca de mil invitados, incluyendo autoridades, artistas, curadores y profesionales involucrados y vecinos de Puertos.

En otro pasaje, Costantini aseguró que este nuevo espacio cultural va a ser “super proactivo” y a “trabajar sobre todo con escuelas públicas de Escobar y también de otros municipios”. Además, recordó el 23º aniversario de la apertura del Malba y consideró a este nuevo hito un “día de mucha felicidad, agradecimiento y mucha emoción”. “Este proyecto hace sinergia con la oferta cultural de Puertos, que da cuenta de su identidad a través del arte”, remarcó.

Por su parte, el intendente le agradeció “en nombre de todo el pueblo de Escobar” a Costantini por “hacer realidad esta idea”. “Eduardo es una personalidad destacada en nuestro partido por su aporte a la cultura y al crecimiento de nuestro distrito”, expresó Sujarchuk en su alocución. Es que el empresario financió varias obras públicas en el partido de Escobar, entre ellas la restauración del teatro Seminari.

El jefe comunal también afirmó: “Este hito que vivimos hoy es un mimo al alma en tiempos por momentos tan violentos. Pero, además, sobresale entre muchos otros cotidianos de nuestra gestión que nos afianzan como faro cultural de la región”.

Exponer lo que se oculta

La creación del nuevo Malba surgió porque el depósito del primero estaba quedando chico. “En Puertos había espacio suficiente, entonces me pregunté: ¿por qué no hago también un museo?”, contó Costantini.

Para diseñarlo volvió a convocar a Herreros, que en 2017 remodeló las áreas públicas del Malba. Su estudio, además, se ocupó de reacondicionar las salas de la colección permanente del Museo Reina Sofía y de concebir el nuevo Museo Munch de Oslo, inaugurado en 2021.

“Hay muchos museos de escultura al aire libre, muchos basados en la idea del pabellón y muchos esfuerzos por integrar el arte y la naturaleza. Pero quizá este es un lugar único en cuanto a que esos tres modelos de institución contemporánea están funcionando a la vez y construyendo un programa invisible, pero de un efecto social enorme”, explicó el especialista sobre esta invención.

Con una superficie de 5.500 metros cuadrados, el flamante espacio es uno de los poquísimos museos del mundo que abre al público su reserva técnica, con capacidad para entre 800 y 900 piezas. De esta manera, los visitantes pueden observar el proceso de conservación de las obras de arte.

“Algo que normalmente es invisible e inaccesible, que ni siquiera sabemos dónde está en los museos convencionales, de repente se convierte en el motor de una institución que es todo lo contrario: transparente, abierta y cotidiana. Hasta el extremo de que la reserva técnica, que es como el lugar tabú en los museos, es accesible y visitable. Imagino a los chicos viendo cómo se almacena el arte en racks, de manera que no tengan solo la experiencia de verlo colgado en la pared y observarlo en silencio”, señaló Herreros.

Constantini remarcó que el Malba 2 aspira a “convocar a los colegios e impulsar un fuerte programa de educación, totalmente inclusivo”. Además de invertir doce millones de dólares entre tierra y edificio, su fundador destinará “entre 500.000 dólares y un millón” por año para financiar este flamante museo del siglo XXI, que propone “visitarlo” no solo durante un par de horas, sino pasar el día e integrarlo a la vida cotidiana.

Creatividad y vanguardia

El Malba Puertos no es museo tradicional. Sus paredes de vidrio y las intervenciones artísticas en su exterior le dan una impronta innovadora, original y moderna. El edificio está conformado por tres módulos centrales en un espacio abierto, unidos bajo un mismo techo de cúpulas traslúcidas de dos mil metros cuadrados.

En su interior se destaca el pabellón que alberga cinco grandes esculturas del artista tucumano Gabriel Chaile, compradas por Costantini en la Bienal de Venecia, que estarán exhibidas de forma permanente. Miden entre tres y seis metros, pesan más de 300 kilos y están realizadas en arcilla sin cocer.

esculturas del artista tucumano Gabriel Chaile
Protagonistas. Las enormes esculturas de Gabriel Chailesin ocupan uno de los pabellones.

Los dos módulos restantes tienen una sala de exposiciones dedicada a proyectos contemporáneos y otra destinada a la reserva técnica de obras, tanto del Malba porteño como de la colección personal de su creador.

En su distribución, los pabellones generan una gran plaza abierta y techada que tiene la vocación de ser un lugar expositivo y estancial en el corazón de Puertos. Este conjunto, a su vez, se integra a un corredor natural bautizado “Salas del bosque” (de 2.500 metros cuadrados), que representa el primer bosque de alisos del país y que contiene tres salas de exhibición al aire libre.

Estas “Salas del bosque” funcionarán como un museo vivo y también como laboratorio para la observación y el estudio de plantas exóticas. Además, ofrecerán talleres para niños, estudiantes y adultos.

Malba Puertos se enfocará en un programa multidisciplinario que prevé desarrollar diferentes exposiciones temporarias, además de actividades educativas y culturales al aire libre como música, cine, literatura, danza, teatro y performances, para todas las edades.

Corredor artístico

La visita de las salas se puede combinar con una larga caminata para recorrer la muestra permanente a cielo abierto, que reúne esculturas de 23 artistas creados específicamente para Puertos. Este trayecto, llamado “Circuito de Arte Público”, se divide en tres zonas. La primera está organizada alrededor de las principales vías de comunicación. La segunda interviene toda la costa del lago central. Y la tercera se interna en la reserva natural.

De este modo, al llegar a Puertos el visitante se encuentra, por ejemplo, con La araña de Eugenia Calvo, justo en la rotonda de acceso, una escultura realizada con piezas de alumbrado público. O con la inmensa figura de un bañista de Hernán Marina, cerca de la costa.

gente recorriendo esculturas del circuito de arte público
Salas del bosque. Sus espacios de exhibición dan al bosque de alisos de Puertos, único en el país.

También podrá ver la construcción de Diego Bianchi de un domo instalado sobre un humedal que alberga libros de botánica y de aves, o el Skate Park de Matías Duville en otro tramo del predio.

“Queremos que Escobar se convierta en el centro de zona norte, que sea un lugar de destino para compartirlo con todos”, expresó Costantini en la inauguración.

Como no podía ser de otra manera, la gastronomía también está presente en esta novedosa propuesta, con una tienda y una cafetería-restaurante con vista privilegiada al lago. Todo el espacio que rodea al museo se constituye, además, en una plaza amplia y cómoda para pasar la tarde, leer, reunirse o solo mirar el cielo.

Con la naturaleza como principal motivo, el nuevo Malba propone una experiencia integral de aire, luz y color, para vivir un momento de conexión con el arte, muy lejos del ruido y de la confusión de la ciudad. Este nuevo emblema cultural de Escobar abre sus puertas de martes a domingos, en el horario de 12 a 19. La entrada es libre y gratuita.

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