Durante los más de siete años que lleva la gestión de Ariel Sujarchuk en la Intendencia, muchos funcionarios fueron y vinieron. Uno de los pocos que está desde el primer día, aunque en distintos cargos, es Marcos Tiburzi (49), actual concejal del Frente de Todos y coordinador de la Unidad de Gestión Comunitaria (UGC) Nº3, de El Cazador.
Su primera responsabilidad fue la Subsecretaría de Comercio, después estuvo a cargo de la Secretaría de Proyección Pública -Tránsito, Culto, Migrantes y la UGC de barrios privados- y desde 2019 integra la bancada oficialista. Además, es vicepresidente primero del Concejo Deliberante y titular de la Comisión de Hacienda y Presupuesto.
Hasta 2015 nunca había estado en la función pública. Es más, ni siquiera participaba en política, algo que sí había hecho mucho tiempo atrás: entre 1997 y 2022 fue presidente de la Juventud Radical y del Subcomité de Belén de Escobar. Era la época en que Luis Patti estaba en pleno apogeo y donde el principal opositor local, al igual que ahora, era Roberto Costa.
“Siempre me interesó la política. En un momento Venancio Giordano me convocó para hablar, pero no me convenció. Después me llamó Roberto, me vio con inquietudes y así arranqué”, le cuenta a DIA 32 sobre su origen boina blanca.
Su paso por la centenaria agrupación duró cinco años. Después, desencantado, se retiró, y se dedicó de lleno a la actividad comercial. Hoy dice sentirse “orgulloso” de pertenecer a un gobierno que “encauzó los destinos de Escobar”.
-¿Cómo se dio tu acercamiento a Sujarchuk y tu regreso a la política?
-Fue en 2014, por un amigo que tenemos en común, Martín Cardona, que me dijo: “tenés que volver a la política, hay que apoyar a este candidato” y me presentó a Ariel. Me senté con él, hablamos de política, de las ideas que tenía y me acoplé a sus sueños.
-¿Cómo es trabajar con él?
-Hay que seguirle el ritmo. Hay que tener el compromiso de no relajarse y de dar todo para el vecino. Pero es gratificante poder caminar con la frente alta, entrar a cualquier lugar y defender una gestión que hizo mucho por Escobar. El cambio de Escobar está a la vista. Por eso estoy muy orgulloso.
-¿Es más difícil ser funcionario en tu barrio?
-Está bueno ser del barrio, recorrer cotidianamente el lugar donde vivís, ver los cambios… Se generaron muchos cambios en El Cazador. También hay una realidad, hay mucha gente que se mudó desde 2015 a la fecha y a esa gente hay que explicarle cómo estaba la situación. Sin correrse, pero que entiendan que vamos avanzando en un montón de cosas, como las 48 cuadras de asfalto que se hicieron, la reconversión a LED de las tres cuartas partes del alumbrado público y la intimación a Edenor para que invierta y que el barrio ya no tenga los cortes de luz permanentes que había antes.
-¿Cómo es la convivencia legislativa con la oposición?
-Yo tengo muy buen trato con la oposición, me gusta mucho el diálogo. Creo que es algo que pide la sociedad.
¿Considerás que es una oposición seria, responsable?
-Salvo algún caso puntual, creo que es bastante responsable. Se puede dialogar y se pueden tratar proyectos en conjunto. Somos todas personas adultas y serias y queremos lo mejor para Escobar. De hecho, con Gabriela Hernández (Juntos) estamos trabajando en un proyecto de protección del patrimonio histórico.
-Dada la creación de las localidades de Loma Verde y 24 de Febrero en los últimos años, ¿sería viable que pueda suceder algo similar con El Cazador y su área de influencia?
-Yo creo que es un paso, lo tenía en mente. En un momento lo había hablado con Ariel. A mí se me ocurre El Cazador, barrios privados y zona del Delta, todo el Paraná de las Palmas. Creo que es un proyecto ambicioso, lindo y que lo amerita. No digo que sea algo inminente, pero es algo que se podría hacer.
-¿Radical? ¿Kirchnerista? ¿Cómo te definís políticamente?
-Yo soy Arielista.
-¿Ya no te seguís identificado con la UCR?
-El radicalismo defraudó a mucha gente. Ya no me sentí parte de esa estructura. Por eso le agradezco al partido peronista, que me dio cobijo y me integró.
-¿Qué referentes políticos tenés a nivel nacional?
-No tengo, no.
-¿Ni Cristina, ni Alberto…?
-La verdad es que yo confío mucho en la conducción, eso se lo dejo al intendente. Confío en las decisiones que tome él y me acoplo a eso.
-Cuando ingresaste a la política, hace 25 años, Roberto Costa ya era el principal referente de la oposición en Escobar y hoy sigue siéndolo. ¿Qué opinión tenés de él y de esa situación?
-Eso habla de la habilidad política que tiene Roberto. Hay que destacar que es una persona inteligente políticamente, se maneja muy bien en la mega estructura de la política, mucho mejor que a nivel local. Podría haber colaborado mucho más con las herramientas que tuvo y eso la sociedad lo recuerda. Después, en lo personal, tenemos buen diálogo.
“Es gratificante poder caminar con la frente alta, entrar a cualquier lugar y defender una gestión que hizo mucho por Escobar”.
-¿Qué pensás que va a pasar en estas elecciones?
-Es muy difícil. De los dos lados hay un descreimiento general de la política, eso es notable. De lo contrario, una persona como Milei no podría ni siquiera aparecer en público diciendo las barbaridades que dice. La realidad es que está complicada la elección tanto para unos como para otros. A nivel local no tanto, porque a Ariel se le reconoce una gestión muy próspera.
-¿Crees que la situación del país y la interna del Frente de Todos pueden complicar que sea reelecto otra vez?
-Obviamente afecta un poco, pero la gente reconoce todo lo que hizo Ariel, lo que viene haciendo y lo que va a hacer. En 2022 se hizo un montón, fue histórico. Creo que eso la gente lo valora y se va a ver plasmado con el voto positivo.
FICHA PERSONAL
Escobarense de cuna, comerciante y aviador
Marcos Damián Tiburzi nació el 4 de diciembre de 1973 en la salita de primeros auxilios que funcionaba donde está el Palacio Municipal. Hijo de Juan Manuel Tiburzi (72) -presidente del Club Sportivo Escobar durante 13 años- y de Mónica Beatriz Di Mare, quien falleció en 2013. Tiene un hermano: Alfredo (44).
Hizo la primaria en la Escuela Nº2 y la secundaria en el Instituto San Vicente. Desde hace veinte años está en pareja con Sandra Kern (43), madre de sus 3 hijos: Agostina (17), Martina (14) y Matías (8).
Se dedica al comercio desde 1995, cuando abrió la vidriería que aún tiene sobre la calle Nazarre, en Matheu, donde también vende aberturas. En 2012 se radicó en el barrio El Cazador.
Su pasatiempo es volar. Se inició en el ala delta, siguió con el trike (ala delta con motor) y después pasó a los ultralivianos: es piloto privado y comercial y está por rendir el examen de instructor de vuelo. “Es mi cable a tierra”, afirma. Aunque ya no ocupa cargos en la comisión directiva, es un referente del Aero Club Escobar, que actualmente preside Gerardo Sánchez.