Por JORGE CARUSSO
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Con su nuevo look, estilo pelotero, el Centro de Monitoreo ahora documenta, segundo a segundo, minuto a minuto, lo que nos pasa. Parece que no basta con verlo todo, el impacto psicológico ya pasó y los vándalos desafían al “Gran Hermano” bajándose los pantalones al mejor estilo de Bart Simpson.
Si eso fuera todo, seriamos Suiza. Pero en el punto ciego donde nada se ve, todo ocurre de tal manera que hasta la pinturería del Director General de Prevención Comunitaria, Juan Carlos Papa, fue asaltada a mano armada y a plena luz del día.
Los maxikioscos de la avenida San Martín cierran en horarios de poco movimiento, el supermercado que está en Lazaristas y Moreno salió en el zonal de Clarín con su reclamo y el almacén de Colón entre Peirano y Callao no llegó a cumplir los tres meses cuando su dueño decidió cerrar, después que en el último asalto le gatillaron en la cabeza sin que saliera el disparo.
Hay más, mucho más. ¿Pero qué demuestra de distinto la cantidad?
Propuesta de los 8
Los intendentes Sergio Massa, de Tigre, Pablo Bruera, de La Plata, y Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas, lideran el “Grupo de los 8”, cuya característica principal -y diría única- fue enfrentar o cuestionar al desaparecido líder del oficialismo Néstor Kirchner.
Además de Massa, Bruera y Cariglino, integran el grupo José María Eseverri (Olavarría), Sandro Guzmán (Escobar), Luis Acuña (Hurlingham), Joaquín de la Torre (San Miguel) y Gilberto Alegre (General Villegas). También están el senador Jorge D’Onofrio (ex Unión-Pro), los diputados Carlos Mosse, Juan Garivoto, Adriana Toloza, Angel Villegas y Gabriel Bruera, entre otros.
Buscan formar a su propio cuerpo de policías y hacerse cargo de la responsabilidad de conducirlos y de equiparlos. La iniciativa no es nueva, pero promete hacer ruido, aunque de difícil implementación.
La ofensiva apunta a crear en cada lugar la Policía Municipal, un modelo similar, aunque menos pretencioso, que el que impulsó Mauricio Macri con la Metropolitana.
Massa, el ideólogo del proyecto, dijo que está en condiciones de ponerlo en práctica en cualquier momento. En cambio, sus colegas no están seguros de donde conseguir los fondos para llevarlo a cabo. “No todos somos Tigre”, dijo uno.
El viejo anhelo de tener una fuerza armada bajo el poder político local no es nuevo. Es difícil verlo como una solución a algo. Mas bien apunta a la incorporación de una nueva herramienta de poder que, como otras, ya sabemos cómo será utilizada.
Propuesta de Scioli
Entre la mejor policía del mundo y la utopía del “Grupo de los 8”, Daniel Scioli propondrá poner en marcha policías regionales en un eventual segundo mandato. La idea es eje de la presunta reelección y promete hacer foco en la descentralización administrativa y la lucha contra la inseguridad, preocupación central de los bonaerenses según todas las encuestas.
El plan de Scioli de “Regionalización” consiste en dividir la provincia en nueve áreas administrativas. Cuatro en el interior provincial, otras cuatro en el Gran Buenos Aires y una más que incluiría a la zona metropolitana de La Plata.
De concretarse el plan, cada una de las zonas quedaría conducida por un “ministro regional” designado por el gobernador, junto a sus respectivos secretarios de seguridad, salud y educación. En ese mismo esquema encajarían las policías regionales.
El proyecto incluye una gran renovación tecnológica de las fuerzas policiales que abarcaría desde patrulleros con capacidad de acceder al instante a las fichas de antecedentes personales a sistemas de mapeo satelital para rastreo de prófugos.
El gobernador sostiene que una policía regional tiene la necesaria autonomía pero al mismo tiempo conserva la eficacia necesaria para atender el delito en territorios de no más de un millón de habitantes. De cualquier manera, las investigaciones complejas y el sistema integrado de alerta quedarían al comando de un área centralizada de la Bonaerense.
La Policía Bonaerense cuenta con unos 54.000 efectivos en actividad (enero de 2010). Además, tiene a su cargo una población aproximada de 15 millones de habitantes, cerca del 38% de la población total del país y una de las más numerosas, en cuanto a la cantidad de efectivos que posee, en toda Sudamérica. En la provincia de Buenos Aires hay un policía cada 1.300 habitantes. En los países desarrollados la relación es de 1 cada 200.
Conclusión
Ante el problema de la inseguridad que se vive y se percibe, la respuesta de gobernantes y legisladores ha sido como mínimo insuficiente. Pero también carente de creatividad y hasta podríamos decir de sospechosa minimización.
El desafío de la inseguridad no puede seguir abordándose con retórica insustancial, declaraciones demagógicas o acciones de populismo penal.
La criminalidad ha acompañado a la humanidad desde los tiempos bíblicos. Pero la inseguridad desbordada no tiene que ser una fatalidad. Se puede ir abatiendo si se dan los pasos acertados. Lo peor que nos puede pasar es que lo comencemos a ver como un hecho normal.
“Una muy buena herramienta”
“El sistema de videocámaras nos ha sorprendido a todos, en cuanto a que tenemos una mirada extendida de toda la comunidad. El Centro de Monitoreo es una herramienta muy buena. La escalada de cámaras que se conectaron nos ha permitido ayudar mucho a la policía, hacer una prevención efectiva y, además, tener la posibilidad de documentar, a través de las imágenes, hechos que ocurren en la vía pública”.
“Muchos hechos se han resuelto in fraganti gracias a las cámaras. En el radio de acción de las cámaras el delito ha disminuido o se ha corrido. No lo decimos nosotros, es lo que nos dice la Policía”.
Director de Prevención Comunitaria del Municipio, Juan Carlos Papa