Cientos de chicos miraban el escenario como encantados. Muchos de ellos veían títeres por primera vez. Del 20 al 24 de julio se llevó a cabo el primer Festival Internacional de Títeres de Ingeniero Maschwitz (FITIM), una propuesta más que interesante ya que, esta vez, los titiriteros y sus muñecos se acercaron a cada localidad del distrito, llenándolas de alegría.
“El balance es muy positivo, porque el público respondió y superó nuestras expectativas en cuanto a cantidad de gente. Más de 3.500 personas vieron títeres durante el festival y descubrimos la necesidad que tiene la gente de la zona de recibir distintas propuestas artísticas”, señaló Julieta Esteves, organizadora del evento y creadora de Títeres La Revoltosa.
Del festival participaron La Quimera y Pablo Sáez (Capital Federal), el Teatro de Títeres Anticostumbrista (Lomas de Zomora), La Revoltosa, que jugó de local, Kossa Nostra (Misiones), Grupo Bermejo (Chaco) y dos compañías extranjeras: Titiritainas (Ecuador) y Tato Creacao Cenica (Brasil). Cada uno mostró estilo y técnica propios, pero con algo en común: la calidad artística y estética.
Algunos de ellos ofrecieron shows tanto para chicos como para adultos. Julieta conocía a estas compañías de festivales donde había participado en años anteriores. Dio la casualidad de que, al mismo tiempo, se llevaba a cabo otro festival en Capital y muchas andaban por Argentina.
La titiritera comenzó a pergeñar esta idea luego de mudarse a Maschwitz: “Se me ocurrió que por qué no generar un espacio donde la gente tenga la posibilidad de elegir propuestas de este maravilloso arte para llevar a los chicos y también disfrutar de títeres para adultos en el lugar donde viven”, explicó.
Cuestiones de logística
La organización no fue fácil, debido a las diferentes locaciones y a la diversidad de los espectáculos. “Fue un aprendizaje, porque la programación y los espacios, exceptuando el teatro Seminari, no fueron convencionales. Todas las otras sedes hubo que armarlas, desde las luces, las sillas, hasta el escenario”, explica. Algo que facilitó el trabajo fue haber visto a las compañías de antemano y saber cuáles eran las necesidades de cada una.
El tema de los traslados fue igualmente complejo. Algunas jornadas hubo de tres a cinco funciones y varias a la misma hora. “Hubo dos días que tuvimos que agregar funciones fuera de programa por la cantidad de personas que vinieron. Los comentarios, tanto de las funciones para todo público como las de adultos, fueron halagadores y de agradecimiento”.
El objetivo principal de la iniciativa fue generar un movimiento en la gente, poder llegar a toda la comunidad con los títeres, con espectáculos tanto nacionales como internacionales. En cuanto a si todos los objetivos fueron logrados, Julieta afirma que sí, “aunque en el proyecto original figuraba la idea de brindar un taller de títeres gigantes y otro de manipulación, pero por falta de tiempo y presupuesto no se pudo”.
El evento fue organizado a pulmón, de forma independiente, por Títeres La Revoltosa. Es algo que Julieta quiere dejar en claro y puntualiza: “La Municipalidad de Escobar auspició, no organizó el evento como se dijo en algunos medios. Yo decidí buscar apoyo y auspicios, y lo presenté a la Dirección de Cultura ofreciéndoles los distintos espectáculos para cada localidad. Ellos accedieron entusiasmados, no solo comprando funciones sino también afrontando los gastos de impresión de afiches y programas”.
La positiva experiencia de este primer festival dejó de par en par abiertas las posibilidades para una segunda edición, el año que viene. Y aunque falta bastante, la idea ya empezó a tomar forma en la mente de su artífice: “Estamos pensando a qué compañías vamos a invitar y qué mejorar para el FITIM 2012. No está la fecha establecida aún, pero estamos trabajando con la idea de armar un corredor, compañías que vengan de Capital a Ingeniero Maschwitz y de Maschwitz a Misiones. ¡De festival en festival! Ojalá que para ese entonces haya un teatro en el pueblo”.