Por DAMIAN FERNANDEZ
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En Escobar se encuentran solistas y bandas a granel y para todos los gustos, pero ninguna presenta una seña tan particular como Madeja, que fue gestada y está conformada por docentes de distintas escuelas públicas del distrito. Desde hace tres años, estos amantes del rock nacional llevan adelante, paralelamente a su trabajo educativo, un proyecto musical que encaran con tanta seriedad como pasión.
Los Madeja son una banda de rock en el más amplio de los sentidos. Canciones de Soda Stereo, Divididos, Los Redondos y Charly García forman parte de un repertorio al que aseguran ponerle su sello personal. Sus inicios se remontan a julio de 2010, cuando a José Guido (45) -en ese entonces director de la Escuela Agraria Nº25 de Maschwitz y actualmente de la Secundaria Nº8 de Garín- se le ocurrió que era hora de despuntar el vicio.
“En el colegio había un profesor de Música que tocaba el bajo, Mauro Papalea, y justo ese año entró por movimiento un docente de Educación Física, Adrián Vargas, que yo lo conocía y sabía que tocaba la guitarra en La Mensajera. Un lunes nos juntamos y les dije: ‘ya tenemos el power trío’. Pero yo lo tiré por tirar”, recuerda a DIA 32 Guido, el baterista e impensado fundador del combo.
Al poco tiempo esa idea “tirada para juntarnos a zapar” empezó a tomar forma y se sumaron a la troupe otros amigos docentes de Guido que también tenían conocimientos musicales: Daniel Porrazzo, en voz y armónica; Adrián Acevedo, guitarra y voz, y Eva Meza; en saxo. Así las cosas, cuatro meses después los profes rockers realizaban su primer concierto en un local gastronómico del pueblo de las artes.
El nombre de la banda surgió de combinar las iniciales de sus primeros seis integrantes: Mauro, Adrián, Daniel, Eva, José y Adrián. Sin embargo, el grupo fue sufriendo varias modificaciones y actualmente está compuesto por Guido (45), Vargas (42), Porrazzo (47) y el bajista Fernando Bugallo (45), último en incorporarse y quien rompió la regla de oro de Madeja porque es mecánico.
“Lo que más nos importa, más allá de que nos contraten para una fiesta privada y demás, es colaborar con todo lo que tenga que ver con eventos culturales dentro del distrito. Ya hemos tocado en el Colectivo Cultural, en el Día del Bombero en Maschwitz, en una escuela de Loma Verde… La idea es colaborar voluntariamente con escuelas y entidades que necesitan recaudar fondos aportando nuestra artística”, afirma Guido.
Más allá de este desinterés por lo material, en estos tres años de vida la banda ya fue contratada para tocar en varias fiestas privadas y tuvieron una muy buena repercusión en el público. “Porque hacemos música para todos y nos adecuamos a los pedidos de la gente”, señala el batero.
Además, en su corta trayectoria ya tienen grabados tres demos -un tema cada uno-, cuentan con “siete u ocho” canciones grabadas para un futuro disco y entre 35 y 40 covers preparados y listos para ser tocados a primera orden. Ensayan todos los jueves de 22 a 24 en una sala de la ciudad de Martínez, donde, además de experimentar su hobbie predilecto y el placer de hacer música, toman a esas dos horas como un cable a tierra después de las agotadoras jornadas educativas.
“Siempre hablamos y pensamos qué haríamos si se nos presenta una oportunidad importante para salir a rodar, grabar o dedicarnos a esto íntegramente. Está dentro de las posibilidades, pero es dificilísimo. Creo que ya estamos grandes y eso no va a pasar”, comenta Guido. Pero ya está dicho que “todo hecho artístico se sabe dónde empieza pero no dónde se termina”, por lo que vaya a saber qué futuro les tiene deparado el destino a los Madeja.
