Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web
Cuando en 2011 se formó el equipo de ciclismo MTB Maschwitz, él era el benjamín del grupo y los demás lo señalaban como el distinto. “Acordate de este chico, tiene un futuro bárbaro” le decían a quien escribe esta nota. El joven era Franco Ibarra, quien acaba de cumplir 21 años y asoma como un gran proyecto dentro del mountain bike nacional.
Oriundo de Ingeniero Maschwitz, empezó a salir a pedalear junto a su padre, Enrique, cuando tenía 13. Las salidas se fueron haciendo cada vez más seguidas, hasta que un día se enteraron que había una competencia en Baradero y se anotaron. “Ahí empezó todo. Después conocí a los chicos del MTB y me enseñaron cómo era el tema de las carreras”, le cuenta a DIA 32. Su debut en la montaña fue en la Revancha al Río Pinto (Córdoba), en 2011.
Durante tres años formó parte del equipo local, hasta que en una carrera en las sierras de Mina Clavero conoció a gente de la marca de bicicletas Venzo, que cuenta con uno de los más importantes equipos de ciclismo en el país. Nicolás Paulino, también corredor, fue el nexo entre ambos. “Ellos me dan la ropa, me pagan las inscripciones y me consiguen los repuestos para la bici. Olmo es el principal competidor y entre los dos equipos siempre están en la punta de las carreras”, explica, orgulloso de pertenecer al plantel de la prestigiosa empresa.
Actualmente es entrenado por Oscar García, a quien define como su referente, y este año se perfila como uno de los mejores para él. Salió quinto en su categoría en el Campeonato Argentino de MTB en Mina Clavero, Córdoba, y el 1º de mayo participó en la Vuelta al Río Pinto (La Cumbre) y terminó octavo en Sub 23, en una prueba de casi 5.000 competidores. “Esa fue, hasta ahora, mi mejor carrera. Llegué muy bien entrenado, hice los 82 kilómetros en 3 horas y 8 minutos”, señala.
En estos circuitos los caminos son la principal dificultad de los bikers, con tierra, ripio, agua, barro, subidas y bajadas de montaña muy pronunciadas. “Hay que darle para adelante como sea, no podés tener miedo. Hace unos años me caí mal, en un descenso de 30 kilómetros en Córdoba. No podía respirar del golpe que me di y terminé en la ambulancia. ¡Encima era la primera vez que corría para Venzo! Pero pasa, esto es así”, afirma el joven, desnudando los riesgos de un deporte bastante extremo.
La preparación física es clave para los ciclistas de aventura. Franco a la mañana trabaja como parquista y a primera hora de la tarde sale a pedalear y va al gimnasio. Su rutina le lleva entre cuatro y cinco horas diarias. “Además, es importante el descanso y la alimentación, al mismo nivel que el entrenamiento”, asegura.
Como si fuera poco, también es personal trainer, prepara alumnos en atletismo y MTB y formó su propio equipo de competición todo terreno. Con tantas ocupaciones, casi que no le queda tiempo libre: “Son las 8 de la noche y ya me quiero ir a acostar, no doy más”, confiesa.
Este año todavía le quedan desafíos muy importantes. Sus grandes objetivos son el Trasmontaña de Tucumán, donde correrá en dupla con Pablo Rey, la Revancha al Río Pinto y el Rally de las Sierras (Tandil), tres pruebas de primer nivel nacional. Antes de eso, este mes estará en el Rally de Villa Carlos Paz.
Franco Ibarra lleva una vida de viaje en viaje, siempre arriba de su bicicleta y donde la adrenalina del mountain bike lo llame. No para de rodar y no hay circuito que se le resista.
Su fiel compañera
Marca Venzo, la bicicleta de Franco es de fibra de carbono y tiene frenos hidráulicos, como las motos. Cuenta con 30 velocidades, que se usan de acuerdo al terreno donde se circule y si va en bajada o subida. Las gomas son sin cámara y adentro cuentan con un líquido que se activa en caso de pinchadura. Tecnología pura.